La identidad: fórmula del éxito del Espanyol
La afición del club perico se entregó al equipo cuando reconoció a los futbolistas y sintonizó con el plan de juego en una temporada con tres entrenadores que culminó con el ascenso a Primera
El Espanyol recuperó en el momento decisivo la identidad con el mando del técnico Manolo González y los goles del capitán Javi Puado y alcanzó el ascenso después de una temporada de extravío deportivo —ha tenido hasta tres entrenadores: Luis García, Ramis y González— y desinterés de su dueño Chen Yansheng. La hinchada, siempre fiel —los socios superaban en septiembre los 28.000 y los abonados sumaban 24.311— se entregó al equipo cuando r...
El Espanyol recuperó en el momento decisivo la identidad con el mando del técnico Manolo González y los goles del capitán Javi Puado y alcanzó el ascenso después de una temporada de extravío deportivo —ha tenido hasta tres entrenadores: Luis García, Ramis y González— y desinterés de su dueño Chen Yansheng. La hinchada, siempre fiel —los socios superaban en septiembre los 28.000 y los abonados sumaban 24.311— se entregó al equipo cuando reconoció a los futbolistas y sintonizó con el plan de juego en el Stage Front Stadium. La comunión certificó en el último partido el regreso del Espanyol a la Liga tal como ya se anunció justo después de perder la categoría por sexta vez en mayo de 2023 en Mestalla.
Los blanquiazules nunca han estado dos temporadas seguidas en Segunda División, en sus 123 años de historia siempre subieron al año siguiente del descenso, sexto club con más tiempo en Primera División. Aunque su manual de supervivencia estaba contrastado, el ascenso nunca había sido tan imprescindible como ahora por la delicada situación de la entidad: el propietario no invierte ni vende o no acaba de encontrar comprador, la política deportiva no se estabiliza desde la partida de Rubi en 2019 y la caída del equipo coincidió con el éxito del Girona. El adversario catalán del Barça pasó a ser el equipo de Montilivi. Un año más en Segunda podía haber sido insoportable para el Espanyol.
El impacto económico negativo se estimaba en más de 50 millones y se daba por descontado que muchos empleados perderían su puesto de trabajo por la necesidad de ajustar cuentas en un momento en que, además, el valor de mercado de la entidad había bajado —oscilaba entre 100 y 160 millones— y queda pendiente todavía una deuda de 60 millones a Rastar Group. No se sabe cuáles serán ahora los planes de Cheng Yanheng, el empresario que en 2016 compró las acciones a Daniel Sánchez Llibre y que no visita Barcelona desde hace mucho tiempo, recluido en China. La encrucijada tiene en cualquier caso mucho mejor solución porque ha crecido el interés por el Espanyol.
Una ciudad que presume de su oferta deportiva necesita del mejor derbi futbolístico, y más si se trata de Barcelona, que desde hace años prioriza la rivalidad con el Real Madrid y la última temporada incluso con el Girona. La marca Barcelona pretendía recuperar sin demora el Barça-Espanyol y el Espanyol-Barça para completar un catálogo que se ha ampliado con acontecimientos tan cotizados como la Fórmula 1, la salida del Tour o la Copa América. La declaración del alcalde fue inequívoca: “Todas y todos a una (…). El Espanyol es un equipo de Primera División. Barcelona está con vosotros” escribió en las redes sociales Jaume Collboni antes del 2-0 alcanzado contra el Oviedo.
Hay mensajes institucionales y también se cuentan declaraciones a título individual de diferentes políticos que se han significado por su condición de periquitos como Salvador Illa (PSC), Daniel Sirera (PP), Jordi Turull (Junts), Gabriel Rufián (ERC) o Gonzalo de Oro (Vox). Los colores blanquiazules están representados en prácticamente todo el arco parlamentario después de un tiempo en que parecía haber una cierta tendencia al silencio o al anonimato, como si ser del Espanyol penalizara en los años de éxito del Barça, cuando mandaban Cruyff, Guardiola, Ronaldinho o Messi. Hoy hay aficionados notables y miles de anónimos que sustentan al equipo y piden acabar con la indefinición de Chen.
El desafío es dar por fin con un plan económico y deportivo firme que estabilice al Espanyol después que el sentimiento perico y las esencias blanquiazules hayan quedado avaladas por Manolo González y Javier Puado. El mérito del exentrenador del filial y también exconductor de autobuses, así como del controvertido capitán no tiene precio, como por otra parte acostumbra a ser norma en el Espanyol. Quizá muchos recuerden hoy por ejemplo a Juanjo Díaz y Diego Orejuela.
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