El Oviedo jugará la final del ascenso a Primera tras sorprender a un Eibar sin pegada
Los goles de Alemao y Moyano sentencian al equipo armero en su tercera promoción consecutiva (0-2). El Espanyol y el Sporting buscan este jueves la otra plaza (0-1 para los catalanes)
Sorpresa en Ipurua, o no tanto, porque el Eibar ha perdido ya en las últimas tres fases de ascenso después de estar a un paso de subir a Primera. Los aficionados eibarreses, que han visto en las tres últimas temporadas cómo el impulso directo a la máxima categoría se escapaba por pequeños detalles, se resignan de nuevo al destino de la fase de promoción. Esta vez le tocó en la semifinal, frente a un Oviedo que partía como víctima y al que no le bastaba el empate, ya que tenía que ganar a domicilio. Hace 15 días recibió cuatro goles en el último partido de Liga en el mismo escenario; esta vez no encajó y marcó dos para buscar la última plaza disponible, otra vez a doble partido, con el Espanyol, que lleva ventaja (0-1) o frente a su eterno rival, el Sporting.
Comenzó dinámica la primera parte, con el Eibar jugando rápido al primer toque, como con ansias de resolver pronto, aunque el empate les valía a los guipuzcoanos para estar en la final. El Oviedo esperaba paciente en esos primeros minutos, tal vez demasiado pasivo para lo que necesitaba, pero quedaba mucho por delante todavía para quemar todas las naves. Así que tal vez se trataba de aguantar el tirón inicial.
Esa actitud, sin embargo, propiciaba que el Eibar pudiera acercarse con peligro al área de Leo Román. Primero fue Stoichkov el que recibió una pelota profunda, aunque perdió pie en el último instante y el disparo le salió demasiado centrado. Unos minutos más tarde, el portero del Oviedo respondió con solvencia al disparo de Corpas, pegado al poste, después de una jugada coral de los eibarreses.
Sin embargo, decayó el impulso azulgrana con el paso de los minutos y el Oviedo siguió con su plan en el que la paciencia seguía jugando un papel importante. Se estiraron los asturianos y llegaron algo más a la zona defensiva local, aunque los intentos quedaron en nada.
No cambió demasiado el panorama en el comienzo de la segunda parte. Disimulaba el Oviedo su ansiedad y trataba de traspasársela al Eibar, que tuvo su mejor opción en un saque de falta al borde del área, que su especialista Aketxe colocó junto al palo pero Leo Román acertó en su estirada.
A partir de ahí se quedó seco el Eibar, que se estrelló contra el muro que presentaba su rival. Además, a los 58 minutos, en un centro lejanísimo de Bretones, muy bien tocado, Alemao se adelantó a Arbilla para rematar de cabeza y poner por delante por primera vez a su equipo en la eliminatoria. El gol reforzó la idea de juego del equipo asturiano, que se defendió sin demasiados agobios, aunque tuvo el Eibar una ocasión, casi la última, en un disparo de Soriano que se marchó fuera por muy poco.
Fue el principio del fin de los armeros. El fútbol alegre de la primera parte se diluyó en la definitiva; las segundas acciones le costaban más, y la portería de Leo Román les quedaba muy lejos, así que cuando en el minuto 78, una desatención de Arbilla la aprovechó Borja Bastón para centrar al área, en la que ingresó Moyano por el carril central para conseguir el segundo, el mundo se le vino abajo al Eibar, que solo acertó a deambular sobre el campo como un boxeador noqueado hasta que el árbitro decidió cortar por lo sano y señaló el final.
Fue la apoteosis para los 500 seguidores azules que viajaron a la localidad guipuzcoana y que se encomiendan a la segunda oportunidad de su equipo en la final. Ellos, probablemente, prefieran al Sporting, pero para que se dé, los rojiblancos tendrían que conseguir un gran revolcón en el campo del Espanyol, que intentará no dejarse.
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