El Manchester City desafía a la Premier League con una demanda que puede cambiar la historia del fútbol inglés

El equipo que entrena Guardiola acusa a la liga inglesa de haber impuesto la “tiranía de la mayoría” al impedir al club recibir sumas millonarias de los patrocinadores de Abu Dabi

Los jugadores del Manchester City celebran la consecución de su cuarto título de liga consecutivo.ADAM VAUGHAN (EFE)

La principal victoria del Manchester City, un triunfo capaz de dar la vuelta a la historia de la Premier League, puede tener lugar en un tribunal de arbitraje y no en un estadio. El próximo lunes comenzarán dos semanas de vista para resolver la demanda sorpresa presentada por el club propiedad de Abu Dabi contra la liga inglesa, una maniobra defensiva que permite al equipo que entrena Guardiola tomar la iniciativa en la batalla judicial en la que está inmerso. Si el City logra imponer su criterio, no solo sentará un pre...

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La principal victoria del Manchester City, un triunfo capaz de dar la vuelta a la historia de la Premier League, puede tener lugar en un tribunal de arbitraje y no en un estadio. El próximo lunes comenzarán dos semanas de vista para resolver la demanda sorpresa presentada por el club propiedad de Abu Dabi contra la liga inglesa, una maniobra defensiva que permite al equipo que entrena Guardiola tomar la iniciativa en la batalla judicial en la que está inmerso. Si el City logra imponer su criterio, no solo sentará un precedente favorable de cara al juicio al que se enfrenta el club el próximo otoño –la Premier acusa a la entidad deportiva de 115 infracciones financieras entre 2009 y 2023–, sino que cambiaría las reglas de la competición, en detrimento de los equipos más pequeños.

El 14 de diciembre de 2021, la Premier aprobó las llamadas Reglas de Transacciones con Partes Asociadas (APT, en sus siglas en inglés). Era un modo de responder a la alarma desatada ante la compra del Newcastle United F.C. por parte del Fondo de Inversión Público de Arabia Saudí. Esa adquisición añadía preocupación extraordinaria a la que ya habían provocado los famosos Football Leaks (Filtraciones del Fútbol) lanzadas por el hacker informático portugués Rui Pinto y publicadas por la plataforma digital del semanario alemán Der Spiegel, que derivaron en una investigación. Entre las acusaciones de esa exclusiva estaba la dirigida contra el Manchester City, al que se imputaba que había exagerado sus ingresos presuntamente derivados de patrocinios, cuando realmente gran parte del dinero obtenido procedía directamente del bolsillo de los propietarios de Abu Dabi.

Bajo esas reglas de APT, endurecidas en una reunión y votación del pasado febrero, cualquier acuerdo de patrocinio entre un club y una empresa relacionada con su propietario debía estar dentro de lo que se considerara un “precio justo de mercado”, y no una cantidad inflada de modo artificial. Queda en manos de la propia Premier decidir, a través de asesoramiento de expertos y comparando contratos anteriores en su base de datos, qué precio sería justo y cuál no.

La liga inglesa perseguía mantener su competitividad, y evitar que los equipos con propietarios acaudalados sortearan de modo tramposo las llamadas Normas de Beneficio y Sostenibilidad (PSR, en sus siglas en inglés), o lo que en la jerga se conoce como el fair play financiero.

Básicamente –es algo más complejo, porque entran en juego muchas excepciones–, ningún club de la Premier puede acumular más de 105 millones de libras (unos 123,4 millones de euros, o 134 millones de dólares, aproximadamente) a lo largo de tres temporadas.

Los patrocinios inflados con empresas de fondos soberanos o consorcios multimillonarios servirían, sospechaba la Premier, para poder saltarse ese intento de imponer disciplina financiera y trato justo en la competición.

La “tiranía de la mayoría”

En la demanda que el Manchester City ha planteado contra la Premier League y que se comenzará a ver el lunes, a la que ha tenido acceso en exclusiva el diario The Times, el club que entrena con éxito Pep Guardiola pretende acabar con las reglas APT, que considera ilegales. Persigue además una indemnización por los daños millonarios que, según asegura, habría sufrido con su aplicación.

El City, en un documento de 165 páginas redactado por un potente equipo legal, se presenta como la víctima de una “discriminación” diseñada por el resto de clubes, que han intentado frenar sus éxitos deportivos imponiendo lo que la demanda define como una “tiranía de la mayoría”.

Cualquier decisión adoptada por la Premier requiere el voto favorable de 14 de los veinte equipos que la forman. Las reglas APT tuvieron el respaldo de todos ellos salvo el Newcastle y el Manchester City. La liga ha invitado al resto de clubes a participar en el juicio de arbitraje que comienza el lunes en calidad de testigos afectados. Al menos doce de ellos ya han anticipado su voluntad de incorporarse a la respuesta. Solo uno, según The Times, ha decidido respaldar al equipo de Guardiola.

El City asegura en su demanda que los patrocinadores vinculados con los propietarios del club deben poder determinar de un modo autónomo cuánto están dispuestos a pagar, sin tener que someterse a la evaluación o control de la Premier. Cuatro de los diez patrocinadores actuales del club tienen vínculos con los Emiratos Árabes Unidos, incluido Etihad Airways, que aparece en las camisetas y da nombre el estadio de Mánchester.

Un peligroso precedente

Aunque la demanda presentada por el City no tiene nada que ver con la demanda a la que hará frente el club el próximo otoño, un primer resultado arbitral favorable al equipo de Guardiola supondría un importante precedente que condicionaría la decisión.

Esa vista se prolongará durante seis semanas, ante una comisión disciplinaria independiente de la liga inglesa. En el caso de que el City fuera considerado culpable, se enfrentaría a multas astronómicas y a la posibilidad de que el equipo de Guardiola fuera relegado de la competición. Entre otros trofeos, el entrenador catalán, que dirige el equipo desde 2016, ha ganado seis títulos de Premier, una Champions y una supercopa de Europa.

En 2020, el Tribunal de Arbitraje del Deporte ya revocó una sanción que alejaba al club dos años de la competición europea y lo sancionaba con 30 millones de euros, después de que la UEFA detectara “graves infracciones” del City respecto a las reglas de “juego limpio financiero”. El Tribunal redujo la sanción a 10 millones de euros, y señaló que “parte de las infracciones, bien no habían sido demostradas, bien habían prescrito”. La Premier League, sin embargo, que emprendió su propia investigación, no tenía las mismas limitaciones temporales a la hora de investigar infracciones cometidas en el pasado.

Exigencia de indemnización

El City reclama en su demanda “daños por las pérdidas en las que ha incurrido como resultado de la ilegalidad que suponen las reglas del ‘precio justo de mercado”. Señala costes derivados de los retrasos ocasionados por la aplicación de las normas, sumas que no llegó a cobrar derivadas de acuerdos comerciales ya cerrados o proyectos cancelados. Sin poner una cifra concreta, los abogados del City hablan de indemnizaciones por valor de decenas de millones de euros.

La seriedad del desafío jurídico del club a la Premier se deriva de la relevancia, el coste y la potencia de los abogados que ha contratado. Son un equipo de cuatro –todos ellos KC, King Counsel o Consejero del Rey, una distinción que solo ostentan los mejores letrados británicos–, encabezados por David Pannick, el profesional que torció el brazo del Gobierno de Boris Johnson en 2019 ante el Tribunal Supremo y logró la anulación de la suspensión de las sesiones del Parlamento impuesta por el entonces primer ministro para cerrar en falso el debate del Brexit.

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