El Barcelona y João Félix toman el Metropolitano con una victoria rotunda sobre el Atlético
El atacante luso, repudiado por la que fue su hinchada, marca el primer tanto de un partido que el Atlético dominó la primera media hora y después fue gobernado por un Barça serio y eficaz ante el gol
João Félix y el Barcelona asaltaron el Metropolitano. El luso hizo un tanto ante la que fue su hinchada, que le repudió, y el equipo de Xavi, de menos a más, creció con un ejercicio, primero de practicidad y después de eficacia. Empezó timorato el Barça y acabó endosándole su primera derrota liguera en casa a su rival con autoridad, con tres goles que acallaron el coliseo rojiblanco. La victoria le permite seguir vivo en la pelea por el título, mientras ...
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João Félix y el Barcelona asaltaron el Metropolitano. El luso hizo un tanto ante la que fue su hinchada, que le repudió, y el equipo de Xavi, de menos a más, creció con un ejercicio, primero de practicidad y después de eficacia. Empezó timorato el Barça y acabó endosándole su primera derrota liguera en casa a su rival con autoridad, con tres goles que acallaron el coliseo rojiblanco. La victoria le permite seguir vivo en la pelea por el título, mientras al Atlético la derrota le saca de los puestos de Champions. Al contrario que su rival, no encontraron el gol los de Simeone cuando fueron superiores.
Los dos equipos se presentaron subidos en la ola de su clasificación para los cuartos de final de la Champions League. Y en las dos alineaciones, Simeone y Xavi jugaron a guardarse algo para el segundo tiempo. Más el entrenador del Atlético, que dejó a dos intocables como Koke y Griezmann y a Memphis, decisivo en la épica noche del Inter. Xavi reservó a Lamine Yamal, su futbolista más desequilibrarte. En el calentamiento se le cayó Christensen, el mediocentro que se ha inventado para meter cemento en el medio. La baja del danés obligó a Gündogan a ocupar la base del trío de centrocampistas. Del once de Xavi formaba parte João Félix. Ni a él ni al Atlético deben quedarle dudas, si es que le quedaban, de que el regreso al término de la cesión es inviable. Sus declaraciones y su actitud para forzar su marcha en verano le han dejado si defensa. Ya no es una cuestión de que Simeone gestionara mal su talento. Ya es una cuestión de piel. Su placa en los aledaños del estadio fue mancillada de manera desagradable, y desde el calentamiento cada vez que tocaba la pelota el griterío fue ensordecedor. También cada vez que iba a presionar. Probablemente, João Félix no haya jugado bajo un ambiente tan áspero y hostil hacia su figura como el que se encontró anoche en el Metropolitano.
Tardó João Félix casi diez minutos en tocar su primera pelota porque el Atlético salió mandón y dispuesto a cortocircuitar la salida del balón del Barça. De Paul rebañó en las inmediaciones de la frontal del área una mala entrega de Ter Stegen y le puso la pelota franca a Barrios. El canterano, al que Simeone entregó el bastón de mando en el medio, ajustó su rosca más de la cuenta. Más intenso y más bullicioso, el Atlético, empastó el juego del Barça. La posición de pivote de Gündogan le alejaba de zonas de creación más dañinas. No le corría la pelota al equipo de Xavi por lo que no había rastros ni de João Félix ni de Raphinha. Intentaba romper la presión del Atlético saltándose líneas con pases rasos de Ter Stegen a Lewandowski, que se encontraba con Witsel. Al toque, era un equipo pastoso y las pocas veces que parecía poder acelerar aparecía una falta táctica de un jugador del Atlético.
Fue la primera media hora del Atlético, más por revoluciones, que por presencia amenazante en el área. Cubarsí y Araujo desesperaron a Morata, que vivió una de esas noches en permanente fuera de juego. Koundé también terminó por tomarle la medida a Riquelme y contribuyó al apagón rojiblanco. No había rentabilizado su gobierno el Atlético y asistió al despertar del Barça desde el temple y el criterio de Sergi Roberto. Una jugada bien ligada en la izquierda acabó en un centro pasado que Raphinha cabeceó mal en el segundo palo. El segundo aviso fue con un globo venenoso por encima de la defensa rojiblanca que citó a Fermín con Oblak. Salió ganador del duelo el meta esloveno. A la tercera, el Barça ya no perdonó. Gündogan se descolgó y a la primera que acercó su talento al área se inventó un recorte y un pase filtrado a Lewandowski que abrió en canal a la zaga rojiblanca. El centro atrás del polaco fue empujado por João Félix con un giro de tobillo delicado. No exteriorizó júbilo el luso, pero habría festejo interior seguro. Ya en el Camp Nou fue el verdugo con su gol y su mejor actuación como azulgrana y anoche empezó a apagar a su exequipo. Xavi fue expulsado por protestar. El técnico azulgrana parece haber revivido a Cruyff cuando este rompía la baraja para llamar la atención y espolear a su equipo. Lo mismo anuncia a mitad de curso que no sigue que se busca una expulsión evitable.
Del golpe de João Félix ya no se levantó el Atlético. No le dio tiempo a que la entrada tras el descanso de Memphis y Griezmann tuviera algún efecto. No habían pasado ni dos minutos cuando De Paul tuviera una de esas pérdidas groseras que le acompañan en los últimos partidos. Raphinha puso en órbita a Lewandowski y este le ganó la carrera a Reinildo. Escorado y cayéndose hizo un gol de esos delanteros que tienen la portería en la cabeza. Su derechazo cruzado entró tras tocar en el palo derecho de Oblak.
De inmediato a ese mazazo, Llorente pudo meter al Atlético en el partido, pero a su volea respondió Ter Stegen con un vuelo rasante y una manopla espectacular. Fermín terminó por reventar al Atlético con un frentazo a rosca templada de Lewandowski. El polaco puso el centro, pero la incursión previa de Koundé coronó el partido del francés, primero autoritario atrás y después profundo y martilleante por su banda. Con 0-3 ya no hubo partido. Apenas la honra que buscó el Atlético con un gol y transiciones del Barça que pudieron concretar un marcador más abultado.
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