El Villarreal se rehabilita ante un Betis en declive

La victoria de los de Marcelino se asentó en un paradón de Jorgensen y los destellos de Gerard Moreno

Baena y Fekir pelean por un balón aéreo.Julio Muñoz (EFE)

Hay momentos decisivos en el desarrollo de los partidos. A los 66 minutos, con el 2-2 en el marcador, Jorgensen realizó una parada brutal ante Fekir. A la siguiente jugada, Gerard Moreno se inventó un control de altos vuelos para dejar solo a Sorloth, que hizo el 2-3. Acciones claves de un choque que ganó de forma merecida el Villarreal. Los de Marcelino se rehabilitaron después de su derrota europea ante el Marsella (4-0) y mostraron mucho orgullo. El Villarreal es un ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Hay momentos decisivos en el desarrollo de los partidos. A los 66 minutos, con el 2-2 en el marcador, Jorgensen realizó una parada brutal ante Fekir. A la siguiente jugada, Gerard Moreno se inventó un control de altos vuelos para dejar solo a Sorloth, que hizo el 2-3. Acciones claves de un choque que ganó de forma merecida el Villarreal. Los de Marcelino se rehabilitaron después de su derrota europea ante el Marsella (4-0) y mostraron mucho orgullo. El Villarreal es un equipo de calidad, que sumó su tercera victoria seguida en la Liga y que se aprovechó de un Betis que pierde fuelle en la pelea por Europa. Los verdiblancos jugaron de forma aceptable en la primera mitad y cayeron en una pereza inexplicable en la segunda. Regalaron un gol en propia puerta, el 2-2, de Sokratis, y luego no fueron capaces de someter a un rival con problemas en defensa. El Betis fue blando, con Fekir sin fuerzas, y con jugadores como el Chimy Ávila con poca cabeza. Vio la segunda amarilla en una absurda protesta después de que el colegiado hubiera expulsado a Alberto Moreno un minuto antes. Desquiciado y sin ideas, el Betis quedó a merced del Villarreal. Sorloth marcó el 2-3 (volvió a anotar tras su triplete ante el Granada) y su equipo dominó a placer el tramo final del choque ante la incapacidad del conjunto verdiblanco, ahora séptimo y fuera de Europa.

El Betis necesitaba el triunfo ante el Villarreal. Apurado por la victoria de la Real Sociedad, que lo relegaba a la séptima plaza, los de Pellegrini se aprovecharon del ambiente festivo del Benito Villamarín para intentar someter al conjunto de Marcelino. Aunque herido en Europa, el Villarreal llegaba con una racha de siete partidos sin perder en la Liga (cuatro empates y tres victorias) y mostró que tiene toque y peligro. Ahora son ya ocho. El problema de los de Marcelino, no obstante, está en su falta de pasión. Es un buen equipo, pero demasiado frío y con serios problemas atrás.

Por eso, un choque muy igualado, de mucho balón al pie, se fue definiendo con tres jugadas de eficacia y calidad. La primera, a balón parado, con los dos medios del Betis, Carvalho y Guido, actuando de delanteros ante la pasividad de la defensa amarilla. Marcó Guido, con la grada reclamando su renovación, tras asistencia del portugués. Y lo hizo también Baena después de una excelente jugada entre Moreno y Sorloth, que aprovecharon la posición retrasada de Fornals. Dos goles producto de dos sociedades y un tercero, el segundo del Betis, dibujado con precisión de cirujano. William Carvalho, titular tras su buen partido en el Metropolitano, lanzó un gran pase a Fornals, que centró al área sobre la línea. Willian José se adelantó a Bailly, que no leyó bien la jugada. Un buen gol que desarmó al Villarreal tras el empate.

Todo lo bueno que mostró el Betis en la primera mitad se diluyó en la segunda. Sokratis se marcó un gol en propia puerta que le dio mucho aire al Villarreal. Gerard Moreno hacía estragos entre líneas y la jugada clave llegó en el minuto 66. De un paradón, de Jorgensen, se pasó el 2-3. El control del juego de los visitantes fue total en el tramo final del choque. Mucho más después de que ambos conjuntos se quedaran con 10 por las expulsiones de Alberto Moreno y el Chimy Ávila. Parejo comenzó a controlar el balón y el Betis se fue diluyendo. Fekir, lentísimo, era la viva imagen del declive bético. El Villarreal sumó su tercera victoria consecutiva en la Liga sin que le pesara la goleada recibida contra el Marsella. El Betis, con toda una semana limpia para preparar el partido, acabó asfixiado. El fútbol no hay quien lo entienda.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Más información

Archivado En