Ferland Mendy, el cerrojo que libera a Vinicius
El francés, en un curso con menos lesiones, vuelve a imponerse en el lateral izquierdo por su capacidad para defender la banda del brasileño
A Antonio Rüdiger le pidieron que elaborara el jugador perfecto del Madrid. Mientras citó a Özil (pie izquierdo), Cristiano (derecho), Vinicius (velocidad), Kroos (inteligencia) y Modric (habilidades), no tuvo que dar ninguna explicación. Parecían respuestas esperables. Pero le preguntaron por la fuerza, mencionó a Fer...
A Antonio Rüdiger le pidieron que elaborara el jugador perfecto del Madrid. Mientras citó a Özil (pie izquierdo), Cristiano (derecho), Vinicius (velocidad), Kroos (inteligencia) y Modric (habilidades), no tuvo que dar ninguna explicación. Parecían respuestas esperables. Pero le preguntaron por la fuerza, mencionó a Ferland Mendy y, entonces sí, se tuvo que justificar. “Este chico es fuerte como un buey”, le advirtió a su interlocutor, que, puesto a buscar el retrato ideal, esperaba un apellido más distinguido.
Frente al habitual desinterés por su figura más allá de Valdebebas, al prosaico Mendy (Meulan-en-Yvelines, Francia; 28 años) nunca le ha faltado el aprecio de sus técnicos. Zinedine Zidane reclamó su fichaje, le dio carril para acabar con un cuarto de siglo de monocultivo brasileño (Roberto Carlos y Marcelo), y Carlo Ancelotti le dio jabón recientemente al llegar a definirlo como “el mejor lateral izquierdo defensivamente del mundo”.
Este sábado, antes de encarar al Sevilla (21.00, DAZN), ofreció detalles de la importancia de este defensor, menos castigado esta temporada por las lesiones: “Con Vinicius [más arriba], que ofrece una calidad muy ofensiva, Mendy lo tiene todo para ese lateral izquierdo. Maneja muy bien el dos contra uno y las inferioridades que a veces afrontamos en esa posición”, argumentó sobre este factor corrector de un Vini con pocas carreras hacia atrás.
No se sabe mucho de este zaguero tímido y patilargo al que sus compañeros regalaron en su primera Navidad en el Bernabéu un ladrillo por los palos que metía en los entrenamientos; sus aventuras en ataque generan inquietud en el bando propio porque acostumbra a meterse por cuenta propia en una selva de rivales de difícil escapatoria; y durante largos periodos de tiempo ha caído sine die a la enfermería. Pero desde que firmó en 2019 procedente del Lyon por 48 millones (tiene contrato hasta 2025), sus entrenadores no han dudado en considerarlo prioritario. Esta temporada, con más salud, ha vuelto a tener continuidad muy por delante del repescado Fran García. Este domingo regresa a una lista donde no aparecen Carvajal, Camavinga (sancionados), Bellingham, Joselu (dos-tres semanas de baja por un edema óseo en el tobillo derecho) y los tres cruzados (Courtois, Militão y Alaba). Rüdiger, en cambio, vuelve a la titularidad.
Con Vinicius [más arriba], Mendy maneja muy bien el dos contra uno y las inferioridades que a veces afrontamos en esa posiciónCarlo Ancelotti
Más allá de la poca huella ofensiva (seis goles y 10 asistencias en 156 choques), la acumulación de lesiones ha sido su gran agujero. En sus cinco cursos en el Madrid, en un cuarto de los encuentros no ha entrado en las convocatorias por problemas físicos. La pasada campaña, en el culmen de sus penalidades, apenas salió del parte médico desde finales de enero.
Un carrusel de desgracias en este lustro en el que, en ocasiones, se ha sentido empujado a jugar sin estar completamente recuperado o con molestias por la condición de indispensable que le han concedido sus entrenadores. Quizá el caso más claro fueron los seis meses de baja en 2021 por una periostitis tibial tras forzar en la vuelta de las semifinales de Champions frente al Chelsea. Esta campaña, salvo un problema al inicio, ha vuelto a enlazar semanas sin grandes problemas. “Trabajó duro con los médicos y fisios en la pretemporada, y parece haber encontrado el equilibrio mecánico”, apuntan desde la ciudad deportiva sobre un defensor al que, en la infancia, llegaron a advertirle de la posible amputación de una pierna por una infección.
Con el lateral zurdo en el once, el Madrid gana el 70% de los partidos; sin él, el 62%
Mendy fue una petición expresa de Zidane para, según lo definió el club, “europeizar” el lateral izquierdo después de 25 años casi ininterrumpidos de aires brasileños. Un cambio radical: de la expansión ofensiva (103 asistencias de Marcelo en 546 partidos) a la contención atrás. En estos cinco años, prácticamente los únicos canteranos que han opositado de verdad al primer equipo han sido tres laterales izquierdos, y todos han acabado a su sombra. Zidane renunció al entonces emergente Sergio Reguilón, en 2019, para traer a Mendy; Ancelotti descartó pronto a Miguel Gutiérrez, por detrás incluso de un Marcelo de retirada; y ahora a Fran García el italiano lo ve con mucho menos cuajo defensivo que al francés.
“Ofensivamente puede mejorar, sí”, admitió Carletto nada más calificarlo en Riad como el mejor en defensa en su demarcación. Allí metió un gol en un toque sutil y el entrenador de Reggiolo se giró para preguntar si de verdad había hecho eso Mendy. Su mejor tarjeta siempre fue lo que restaba al contrario, y el porcentaje de victorias con él en el once (70,8%) y sin él (62,2%).
Francia dejó de convocarlo desde septiembre de 2002 (en el Mundial, el suplente era Camavinga) y el Madrid sigue de cerca a Alphonso Davies, del Bayern, pero ahora el fijo para las grandes batallas es Mendy, el cerrojo que libera a Vinicius.
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