La optimista realidad de Xavi: “No quiero fallar y menos al club de mi vida”
Ante la cita de Valencia, el técnico del Barça defiende su “proyecto ganador”, acusa a la prensa de crear una “irrealidad” e invita a hablar sobre su futuro al final de temporada
Xavi Hernández, el entrenador del Barcelona, pide “estabilidad” para “continuar en la carrera por ganar cuatro títulos” y sostener “un proyecto ganador”, como quedó demostrado la pasada temporada con la conquista de la Supercopa y la Liga. La “final” de este sábado en Mestalla (21.00, Movistar), anunciada por el propio técnico en Amberes, ha pasado a ser un partido importante. “Por la necesidad que tenemos de puntos, porque no estamos donde deberíamos en la Liga”, a cinco del Madrid, ...
Xavi Hernández, el entrenador del Barcelona, pide “estabilidad” para “continuar en la carrera por ganar cuatro títulos” y sostener “un proyecto ganador”, como quedó demostrado la pasada temporada con la conquista de la Supercopa y la Liga. La “final” de este sábado en Mestalla (21.00, Movistar), anunciada por el propio técnico en Amberes, ha pasado a ser un partido importante. “Por la necesidad que tenemos de puntos, porque no estamos donde deberíamos en la Liga”, a cinco del Madrid, a siete del Girona y con los mismos que el Atlético, con un partido pendiente con el Sevilla. Xavi no ha pensado en irse ni en que le puedan echar en diciembre; espera a que concluya el curso para pasar cuentas en el Camp Nou.
Así se escribe el relato azulgrana, según la versión del entrenador, y no como lo cuenta la prensa, que crea “una irrealidad” después de que al equipo le “afectaran las derrotas contra el Madrid y el Girona”. Xavi ha recuperado el discurso que utilizó el 12 de noviembre, después de ganar al Alavés, cuando denunció: “Lo que diga la prensa afecta al equipo. Se generan situaciones y escenarios que no son reales. Se genera una negatividad que no es buena”, afirmó entonces para precisar ayer: “Veo que los medios de comunicación no están unidos. Los medios que son afines al Barça no nos pueden dejar en la primera curva. Merecemos un respeto”.
“Todo está en juego, pero no aprendemos” prosiguió. “La temporada pasada estábamos mucho peor que ahora y acabamos sacando un notable. ¿Por qué la actual no puede acabar en excelente? Hay que ser más positivos que nunca y creer en el proyecto. Me extraña que los culés no nos unamos en los momentos difíciles”, insistió Xavi, que se cree víctima del entorno, el recurso que utilizó en su día Johan Cruyff, aunque entonces el técnico azulgrana no solo se refería a los medios sino a ejecutivos y directivos de la directiva de Josep Lluís Núñez. Xavi, en cambio, se siente muy bien acompañado y reforzado tanto por el director deportivo, Deco, como por el presidente Joan Laporta, y clama también por la “unidad” y la “confianza” en el Barça.
“Yo me siento muy bien, positivo e ilusionado”, argumentó el técnico. “No me siento nunca solo, en absoluto. El staff no me fallará porque ahí tengo a un hermano y amigos con mayúsculas; el presidente no me ha fallado nunca, ni Deco, con el que tengo una relación extraordinaria. Me siento respaldado, con fuerza”. Tampoco tiene dudas sobre los jugadores: “El vestuario es una maravilla y la gente cree en lo que hacemos; se trata de trabajar, esforzarse más y jugar mejor. Creo más que nunca en los futbolistas. Llevamos dos años muy bien y estamos a mitad de camino de hacer un gran Barça”, apostilló Xavi.
El técnico especificó después que le estimula que se cuestione su tarea e incluso su continuidad: “Intento tirar del carro y me gusta que me critiquen a mí antes que a los jugadores; doy más de mí para que las cosas salgan. Me siento más implicado, con más interés, o sea todo lo contrario a la sensación de tener que irme. No quiero fallar al club de mi vida”. “Todo es muy emocional”, añadió para explicar que últimamente le mandan mensajes. “Como si todo fuera un funeral, como si se hubiera muerto mi madre o mi padre. Ninguno de vosotros me felicitó cuando nos clasificamos para octavos de la Champions”.
En Amberes, el equipo perdió ante el colista de Europa. Fue la segunda derrota consecutiva después del 2-4 contra el Girona, la segunda también en la Champions por la caída anterior frente al Shakthar y la cuarta desde el 1-2 alcanzado por el Madrid en Montjuïc. El Barça ha encajado siete goles en los dos últimos encuentros, su fútbol no mejora y ha perdido el poderío en las áreas que le dio los dos últimos títulos: Lewandowski, el Pichichi, solo lleva nueve goles, y las últimas actuaciones defensivas, personificadas en Koundé, han comprometido al portero Peña, sustituto del lesionado Ter Stegen, actual Zamora. Hay serias dudas sobre la identidad del Barcelona de Xavi, más resultadista que nunca.
También se discute por el ascendente de Xavi sobre la plantilla, después de algunas declaraciones de jugadores como Lewandowski, Gündogan y De Jong, y la directiva y el secretario técnico han empezado a fiscalizar las tareas del técnico por entender que la carga de trabajo es baja en la Ciudad Deportiva. La salida de Jordi Cruyff y Mateo Alemany tampoco ha ayudado al entrenador y pésima fue la gestión de la convocatoria para Amberes. Tampoco se advierte un liderazgo desde la salida de Alba, Piqué y Busquets. Xavi, sin embargo, simplifica la situación: “Hay tiempo para recuperarnos del pequeño bache. Se trata de ganar y convencer”.
“Hace un mes me preguntabas —le recriminó a un periodista— si iba a ser el Ferguson del Barça y ahora me dices si voy a ir a la calle. Me voy a volver loco. El club necesita estabilidad, y más en la era post Messi”, apostilló Xavi, que se siente arropado por la afición —”corean mi nombre en cada partido”. “En todo caso hay que hablar cuando acabe la temporada y si no va bien al menos lo habremos intentado”, acabó el técnico, que vive una realidad paralela a la de la prensa, capaz de “generar una tensión innecesaria”, manifiesta camino de Valencia.
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