Fallida vuelta de Ancelotti a la vieja guardia

El italiano recurre por sorpresa y sin éxito a Kroos y Modric, que terminan sustituidos, tras dar pista en el inicio de curso a los jóvenes centrocampistas

Modric, defendido por Saúl, este domingo en el Metropolitano.OSCAR DEL POZO (AFP)

Y cuando llegó la hora de cruzar el viejo puente del Manzanares, más de lo mismo en el cuaderno de Carlo Ancelotti. Kroos, Modric y nueve más. Empezó el curso con la cuadrilla de jóvenes en el medio, pero en cuanto apareció el primer duelo de cartel, lo de siempre en esa zona, más Camavinga, Valverde (también fijos hace meses) y el inevitable Bellingham. Así arrancó una noche de quiebra blanca en el barrio de San Blas, con Carletto rectificando en el descanso y ejecutando cuatro cambios antes de la hora, un dato que ilustra el nivel de la crisis que ...

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Y cuando llegó la hora de cruzar el viejo puente del Manzanares, más de lo mismo en el cuaderno de Carlo Ancelotti. Kroos, Modric y nueve más. Empezó el curso con la cuadrilla de jóvenes en el medio, pero en cuanto apareció el primer duelo de cartel, lo de siempre en esa zona, más Camavinga, Valverde (también fijos hace meses) y el inevitable Bellingham. Así arrancó una noche de quiebra blanca en el barrio de San Blas, con Carletto rectificando en el descanso y ejecutando cuatro cambios antes de la hora, un dato que ilustra el nivel de la crisis que sufrió este domingo el Madrid, con una actuación defensiva ruinosa

Fue la primera titularidad del alemán y el croata juntos esta campaña, y para el minuto 70 ya no estaba ninguno en el campo. Innegociables hasta mayo, con el inicio del nuevo año el de Reggiolo puso a los veteranos a la cola de los más fibrosos y lozanos. Desde el club, a la hora de planificar el curso y tras el 4-0 del City, había recibido la idea de que era conveniente dar un paso más en la tan cacareada transición de la medular. Y eso hizo en los seis primeros partidos, resueltos con seis victorias. Eso sí, en cuanto se había visto en dificultades en los encuentros, había recurrido a ellos. Y al séptimo día, domingo de tardoverano en el Metropolitano, Ancelotti volvió sobre sus pasos y recurrió a Kroos y Modric de inicio en lugar de Tchouameni y Joselu. Por la mañana, Vinicius, de vuelta de la lesión, se había caído de la lista por una gastroenteritis.

“Con ellos [Kroos y Modric] buscaba tener más control de balón con un centrocampista más. Y para dar descanso a Tchouameni, que había jugado mucho hasta ahora”, explicó luego el preparador italiano, que achacó el revolcón a la fragilidad defensiva —”los tres goles han sido una fotocopia”— , negó un cambio de planteamiento (Modric estaba en el vértice del rombo y Bellingham, más en punta), y lamentó que el equipo no estuviera compacto. La puesta en escena del imprevisto viraje de Ancelotti tuvo efectos catastróficos para sus intereses. En el minuto tres, 1-0 (siempre que el Madrid ha encajado, lo ha hecho antes del minuto 10), un tanto que anticipó la rotura absoluta blanca durante (salvo el cuarto de hora final de la primera parte). El centro de campo, con más sabiduría que piernas, era un lugar de amable tránsito para los muchachos de Simeone y la zaga se había acostado antes de tiempo. Dos centros en completa soledad de Lino (hizo un estropicio durante un buen rato) y Saúl, y dos cabezazos en el área chica que nadie discutió. Alaba, Camavinga y Fran García aparecieron en la foto de ambos tantos, incapaces de atar en corto a los rematadores. Y todavía Giménez y Saúl tuvieron el tercero (buena parada de Kepa a este segundo).

“¿Cambiaría algo del planteamiento?”

En ese fango andaba el Madrid cuando Kroos, el elemento más en vigor de la vieja guardia de marras, se inventó el 2-1 de un derechazo. La palanca para un Madrid con más brío hasta el descanso. El final del primer acto, sin embargo, no evitó que Ancelotti se corrigiera. No es habitual que haga cambios en el descanso y menos aún con alguno de sus jugadores bandera. Ese ha sido Modric hasta ahora, aunque el croata acabó en la ducha de pensar en el intermedio. Joselu al campo y vuelta a un orden más natural.

No hubo ni tiempo de comprobar el efecto porque el 3-1 en el segundo 33 de la reanudación vino por la misma vía que los otros dos: centro, desatención colectiva y cabezazo letal de Morata, con Alaba y Camavinga en las musarañas. Los laterales del Madrid se habían convertido en una feliz autovía para los locales, y en el 55 Carletto quitó a los dos (Lucas y Fran García, por Nacho y Mendy). No dejaba de mover Ancelotti en busca de un orden perdido. El último, Brahim por Kroos. Una noche para la reflexión en Valdebebas.

¿Cambiaría algo del planteamiento?, le preguntaron a Ancelotti. “Buena pregunta. Se puede hacer mejor cuando el equipo no lo hace bien. Tengo las espaldas muy anchas. Asumir la responsabilidad es lo mínimo”, zanjó el técnico.

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