David Soria: “Tras salir del Madrid, estuve a un día de jugar en Preferente”

El portero del Getafe, que este sábado visita el Bernabéu, habla de los duros meses que pasó hasta que dio el salto a la élite y se queja del “sambenito de duro” que carga el equipo de Bordalás

David Soria, el jueves en el Alfonso Pérez.Álvaro García

El portero del Getafe David Soria (Madrid, 30 años) se formó en Valdebebas hasta el verano de 2012. Allí pasó casi una década y ascendió hasta el Juvenil A, aunque al final apenas jugaba. “Mi idea era salir porque no me sentía realizado”, recuerda ahora sentado a lo largo (mide 1,92) en una silla del estadio Alfonso Pérez. Entonces le quedaban seis meses para que su carrera empezara a cambiar de verdad, en el Sevilla. Pero lo que le ocurrió en ese medio año fue un camino muy movido. “Mejor dicho, muy duro”, ...

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El portero del Getafe David Soria (Madrid, 30 años) se formó en Valdebebas hasta el verano de 2012. Allí pasó casi una década y ascendió hasta el Juvenil A, aunque al final apenas jugaba. “Mi idea era salir porque no me sentía realizado”, recuerda ahora sentado a lo largo (mide 1,92) en una silla del estadio Alfonso Pérez. Entonces le quedaban seis meses para que su carrera empezara a cambiar de verdad, en el Sevilla. Pero lo que le ocurrió en ese medio año fue un camino muy movido. “Mejor dicho, muy duro”, puntualiza en la previa de la visita al Bernabéu (16.15, Movistar).

“Cuando salgo del Madrid, me fui al Leicester a probar, con la mala suerte de que me lesioné nada más llegar”, arranca Soria su relato de penalidades, aunque visto ya con la distancia de quien se ha asentado en la élite. “Me recuperé en España, pero ya no me dejaron volver. Luego lo intenté en el Birmingham y el Stoke, y tampoco me quisieron. Cuando estás a prueba, es más complicado. Te miran diferente. Y creo que tampoco me encontraba en mi mejor etapa porque estaba pegando un cambio físico y venía de la lesión. Entre el Birmingham y el Stoke, además, estuve muy pocos días en el Atlético”, detalla.

Así que, rechazado por varios conjuntos ingleses, se vio camino de los 20 años en las profundidades del fútbol español y sin equipo. La temporada había comenzado y su destino fue ejercitarse en solitario, sin jugar, en un club de barrio de Madrid, el Canillas. “Allí estuve entre octubre y diciembre. Entrenaba a las 10 de la noche con un técnico que me ayudó bastante”, explica.

Con todo, el peor golpe aún no había ocurrido. Fue en Gijón, en ese otoño-invierno, y en otra prueba. “Estuve una semana en el Sporting. Creo que tenía bastante nivel para quedarme, pero no me cogieron. Ese fue el momento más duro”, confiesa sin detenerse en más detalles. “Seguí entrenando solo en el Canillas. Ellos ya me iban a hacer ficha para jugar en Preferente, cuando justo un día antes, un miércoles, me llamó el Sevilla”, apunta. La palanca que activó su carrera: seis meses en el C, en Tercera; luego en el Sevilla Atlético, en Segunda B; y salto al primer equipo, con quien levantó como titular la Liga Europa de 2016, frente al Liverpool.

“Además del trabajo, la suerte es que te den la oportunidad. Yo la tuve con Unai Emery y la aproveché”, cuenta. El Sevilla lo rescató y aupó, y el Getafe, desde 2018, lo ha consolidado. En las últimas cinco temporadas, en Liga, solo Jan Oblak ha disputado más minutos (16.105 frente a 16.149), y es el cuarto guardameta con más porterías vacías (64), por detrás de Oblak (79), Ter Stegen (78) y Courtois (69). El sueño de la selección se le rompió, pero la opción de regresar este último verano al Madrid como segundo portero, antes de la grave lesión del belga, circuló en el ambiente y él no fue ajeno. “Quizás si hubiera habido otro movimiento en la portería [blanca], habría tenido la oportunidad. Pero no he querido pensar más allá por si las cosas no salían”, afirma. Y no salieron.

“El día del Barça nos hizo mucho daño”

Su presente sigue siendo el Getafe, un equipo que ha formado parte de la comidilla futbolera de este arranque liguero tras el agitado encuentro contra el Barcelona en casa (0-0), que dejó un descuento de 25 minutos, polémicas arbitrales y el ruido a cuenta del plan de partido de los azulones para frenar a los azulgranas. “Ese día nos hizo mucho daño por todo lo que se habló. Nosotros competimos siempre igual, es la única manera de que los grandes no te humillen. Nos ha colgado un sambenito irreal. El otro día estaba viendo Las Palmas-Real Sociedad, la Real hizo 29 faltas y nadie habló. Al Getafe se le mira con lupa. Incluso, hay árbitros que vienen condicionados, como nos pasó en Girona, que las tres primeras faltas fueron tarjetas”, se queja Soria, que no oculta que el nombre de su entrenador, José Bordalás, influye en esta situación.

“Desde que estuvo aquí en la primera etapa, se nos puso el cartel de equipo duro. Todos sus equipos cogen la fama incluso sin jugar. Él solo busca que compitamos. Y si tienes que hacer faltas tácticas, las hacemos, como todo el mundo. Pero cuando se les hace a los grandes, les molesta”, continúa. El objetivo de los madrileños, en todo caso, es pasar menos apuros para mantenerse que los tres cursos anteriores. “En los últimos años hemos tenido buenos jugadores, pero no buenos equipos”, analiza Soria.

Con cuatro puntos, el Getafe visita un Bernabéu que se va acercando a su aspecto final, y sin Vinicius en la otra orilla. “Un dolor de cabeza menos, aunque por una lesión nunca es bueno”, indica. Sobre los tiempos convulsos del fútbol español a cuenta de Luis Rubiales, no escurre el bulto: “Está claro que lo que hizo no está nada bien, pero a partir de ahí que la gente haga lo que quiera”, zanja David Soria. De profesión, portero, una especie, asegura, incomprendida en el vestuario.

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