Sainz y Verstappen se cruzan en Singapur
Tras un arranque de curso brillante y una posterior desaceleración, el español y el holandés buscan reencontrarse en el Marina Bay, con Norris en la ‘pole’
Del bajón de enterarse de su salida forzada de Ferrari, al mazazo de tener que retirarse de la segunda parada del año, en Arabia Saudí, como consecuencia de una apendicitis operada de urgencia, a la jarana del triunfo inmediatamente posterior, en Australia, todavía medio doblado por el dolor; Carlos Sainz ha vivido una primera parte de Mundial que desquiciaría al más cuerdo del paddock de la Fórmula 1, que seguramente sea él. El español reaccionó a lo grande a la noticia del...
Del bajón de enterarse de su salida forzada de Ferrari, al mazazo de tener que retirarse de la segunda parada del año, en Arabia Saudí, como consecuencia de una apendicitis operada de urgencia, a la jarana del triunfo inmediatamente posterior, en Australia, todavía medio doblado por el dolor; Carlos Sainz ha vivido una primera parte de Mundial que desquiciaría al más cuerdo del paddock de la Fórmula 1, que seguramente sea él. El español reaccionó a lo grande a la noticia del fichaje de Lewis Hamilton por parte de la Scuderia, que prescindirá de él la temporada que viene y le ofrecerá su coche al supercampeón británico. Con un triunfo y tres podios en las cuatro primeras paradas del calendario, Sainz se colocó en el escaparate de la mejor manera imaginable, por más que no pudo concretar ninguna de las alternativas de futuro que figuraban entre sus preferencias; esto es, Red Bull y Mercedes. Los condicionantes de ambos equipos a la hora de elegir a sus candidatos jugaron en contra del madrileño, que finalmente se decantó por el proyecto de Williams, una opción que cada vez parece más acertada si tenemos en cuenta la progresión de la estructura de Grove (Gran Bretaña), que el domingo pasado, en el laberinto de Bakú, colocó sus dos monoplazas entre los diez primeros al cruzar la meta. La efervescencia del arranque del de Ferrari experimentó una posterior desaceleración que tuvo impacto en sus números: un podio en las últimas nueve carreras.
Sin margen para bajar la guardia, la caravana del certamen ya está instalada en Singapur, donde este domingo (14:00 horas, Dazn), Sainz arrancará el décimo con la intención de reencontrarse con su mejor versión en el escenario más propicio y tras un sábado de los amargos: el de Ferrari se estampó contra el muro a falta de ocho minutos para el final de la tercera criba de la cronometrada (Q3). La pole position se la llevó Lando Norris, la cuarta en seis grandes premios para McLaren. Fernando Alonso, por su parte, comenzará el séptimo.
Fue aquí, por las calles que culebrean por el Marina Bay, donde Sainz logró hace un año la única victoria que no se llevaron entonces los pilotos de Red Bull. Especialmente llamativa fue la serie de diez triunfos consecutivos de Max Verstappen, que se apuntó 19 de 22 en total, y que como su excompañero en Toro Rosso también confía en que Singapur le devuelva la pegada que perdió al rebasar el ecuador de este ejercicio: tras apuntarse siete victorias de diez posibles, el actual campeón lleva sin escalar al escalón más alto del podio desde junio (Montmeló). Aún más alarmante es el hecho de que solo se haya subido al cajón en uno de los últimos cinco grandes premios (Holanda). Mad Max saldrá el segundo una semana después de verse eclipsado por Checo Pérez, su vecino en el taller del búfalo rojo, que por primera vez en mucho tiempo fue superior al chico de Hasselt. Si Pérez no terminó por delante de él fue, precisamente, por el accidente que sufrió con Sainz en la penúltima vuelta de la prueba, cuando ambos peleaban con Charles Leclerc por las dos últimas plazas del podio. En Azerbaiyán, Verstappen lo pasó fatal durante todo el fin de semana y esa misma inercia fue con la que comenzó en Singapur. Sin embargo, el holandés enderezó las cosas en la cronometrada, donde rindió por encima de su bólido.