O’Connor, el líder de la Vuelta que se entrenó en solitario para poder estar con su hija recién nacida
El AG2R, que tras el Giro le permitió no ir a la concentración en Tignes y aprobó el viaje a los Juegos a última hora, encuentra la mejor versión del australiano
Ya en el hotel, después de quebrantar la Vuelta porque en una etapa monumental, de esas que quitan el hipo y que le sirvió para ponerse el maillot rojo con casi cinco minutos de diferencia sobre los favoritos, Ben O’Connor alzó la pequeña copa de champán. “¡Por vosotros!”, celebró al tiempo que el equipo y el staff estallaba en vítores. “Pero fue una celebración modesta porque la carrera está lejos de terminar”, revela Cyril Dessel, exciclista profes...
Ya en el hotel, después de quebrantar la Vuelta porque en una etapa monumental, de esas que quitan el hipo y que le sirvió para ponerse el maillot rojo con casi cinco minutos de diferencia sobre los favoritos, Ben O’Connor alzó la pequeña copa de champán. “¡Por vosotros!”, celebró al tiempo que el equipo y el staff estallaba en vítores. “Pero fue una celebración modesta porque la carrera está lejos de terminar”, revela Cyril Dessel, exciclista profesional de 2000 a 2011 y bandera en muchos de esos años del AG2R, donde ahora es director deportivo, consciente también de que ahora el tiempo sobre Roglic, el segundo, está en 3m 53s. Una carrera, en cualquier caso, que no la habían contemplado desde ese ángulo. “Vinimos a la Vuelta con el objetivo de quedar entre los cinco primeros de la general y ganar una etapa”, revela Dessel; “pero tener el maillot rojo ha alterado nuestra estrategia porque, en este contexto, ahora nuestra prioridad es mantenerlo el mayor tiempo posible, incluso si eso significa sacrificar la posibilidad de ganar la segunda etapa”.
Sucede que nadie esperaba a O´Connor. Al menos, en ese día y con ese resultado. “Era una etapa destinada a especialistas en escapadas y no contábamos con que Ben estuviera a la ofensiva ese día”, desliza Dessel; “más bien queríamos que fueran Berthet o Lafay”. Pero se formó un grupo de escapados de 30 corredores y los más fuertes hicieron la fuga de la fuga. Ahí estaba Berthet, todo en orden. Pero después, en una nueva ola, O’Connor se sumó a los que pedían marcha. “No pensábamos que los otros equipos lo dejarían escapar, pero cuando vimos que la diferencia superaba el minuto, decidimos dejar a Ben delante con Berthet porque había 12 corredores fuertes y el recorrido era muy técnico y duro”. Poca cosa para el australiano, que estaba en combustión. “Estaba increíblemente fuerte ese día y fui el primero en sorprenderme de que los demás equipos permitieran que la diferencia creciera más allá de los 3m 30s sin reaccionar desde atrás”, reseña Dessel. Inalcanzable después para todos, rompió el crono y la Vuelta. Pero desde AG2R no creen que sea casualidad sino que dieron con la receta para encontrar la mejor versión de un ciclista que, sin embargo, el año que viene se irá al Jayco.
Aunque no acabó de funcionar demasiado bien en el curso anterior -siempre con el cuarto puesto del Tour de 2021 en la retina- y se repartió el liderato del equipo con Felix Gall, cosa que le irritó un pelo, O’Connor decidió variar su hoja de ruta en este año para correr el Giro -donde acabó cuarto en la general- y la Vuelta. Y encontró el abrigo del AG2R, los mimos que necesitaba. Resulta que tras el Giro, Ben viajó a Barcelona para ver el nacimiento de su hija y, en lugar de unirse al campo de entrenamiento del equipo en Tignes (Francia), le permitieron irse a su casa de Andorra para prepararse para la Vuelta y estar con la familia. “Se entrenó solo, con la orientación de su entrenador, Stephen Barrett. Ben es un ciclista muy dedicado y disciplinado, y sabíamos que este enfoque podría funcionarle”, se congratula Dessel. El plan, más tarde, era que se reincorporara al equipo en la Vuelta a Burgos para establecer algunos automatismos a su alrededor, pero fue seleccionado en el último minuto para competir en los Juegos con Australia. “Le dimos luz verde, lo que probablemente también contribuyó a darle tranquilidad de cara a la Vuelta”, apunta el director deportivo. Y acertaron, pues han topado con el mejor O’Connor.
“Los últimos resultados le han reforzado la confianza y le han ayudado a crecer en su papel de líder”, destaca Dessel, que añade: “Es un verdadero líder que es capaz de soportar la presión. Es impulsivo y a veces puede frustrarse durante la carrera o en la meta cuando las cosas no salen como quería. Sin embargo, rápidamente recupera la compostura y analiza la situación con perspectiva”. Es O’Connor, el rival de todos en lo que resta de Vuelta, el primer corredor de AG2R en ponerse en su historia este maillot. “Hacía muchos años que nadie llevaba el maillot de líder en una gran vuelta, ¿no? Desde que tú corrías…”, bromeó el australiano a su director, que portó el jersey amarillo en el Tour de 2006. “No, fue Rinaldo Nocentini durante el Tour de Francia de 2009″, le corrigió Dessel, conmovido en cualquier caso por la hazaña de su corredor. Queda mucho, pero el AG2R y O’Connor tienen claro que su apuesta es todo al rojo.
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