Diego Botín contra Tom Slingsby, el duelo final de SailGP
El F50 español debe quedar cinco puestos por delante del australiano en la regata de flota para disputar el domingo en Abu Dabi la gran final de la quinta temporada
Son enemigos íntimos, vidas paralelas en el mar. Dos de los más brillantes entre los regatistas del siglo XXI, aunque Tom Slingsby, de 41 años,10 años mayor que Diego Botín, disfrute de un historial más nutrido: tres ligas de SailGP, una Copa América, un oro olímpico, frente a un solo campeonato de SailGP por parte del santanderino, que también es campeón olímpico y campeón mundial de 49er junto a su compañero de siempre, Florian Trittel.
A la temporada quinta le queda solo un GP, el de este sábado y domingo en Abu Dabi (11.00, Movistar Deportes), campo de regatas pequeño, vientos ligeros, una lotería. Los tres primeros de la clasificación general una vez disputadas las entre cinco y siete regatas de flota con los 12 F50 en acción competirán el domingo en la gran final. El ganador se llevará dos millones de dólares. El segundo, nada. Después de 11 GPs, lidera la clasificación Gran Bretaña, con 85 puntos. Nueva Zelanda es segunda, con 82, y con 80 va tercera Australia. España es cuarta, 76, en una temporada montaña rusa, con dos victorias parciales y algunas decepciones, como la última prueba, hace un mes, en Cádiz. Para llegar a la final deberá superar en cinco puestos a Australia o en siete a Nueva Zelanda o en 10 a Gran Bretaña.
¿Imposible? Complicado para el defensor del título, aunque a Los Gallos les concede cierto oxígeno la duda de Peter Burling, el dios neozelandés, que se ha cortado un dedo toqueteando una orza de su catamarán. Si finalmente no pudiera agarrar el volante de los Black Foils, sería una gran pérdida para su futuro el ganador de las tres últimas Copas América despechado porque le han dejado fuera de la defensa dentro de dos años en Nápoles.
Hablando de Botín, a quien tanto teme, Slingsby se expresa como el Clint Eastwood fatigado que en uno de sus thrillers de asesinos en serie vive en un barco anclado en el puerto al que ha bautizado Following Sea (mar de popa) para recordar siempre que nunca hay que olvidarse de vigilar a su espalda, de donde llegan el peligro, la vida, la muerte, donde están las olas. “Y créanme, gente”, dijo Slingsby en la conferencia de prensa en Abu Dabi previa a la gran final de la quinta temporada de SailGP. “Si hay uno que no me gusta tener detrás es Botín. Es un competidor increíble. Está hecho para estos momentos. Le gusta salir como outsider, se siente supercómodo ahí… Es el hombre a batir”.
Slingsby es el piloto de los Flying Roos (canguros voladores), el F50 australiano que se impuso en las tres primeras temporadas de la llamada Fórmula 1 del mar. Sabe de lo que habla. Botín maneja el volante de Los Gallos, el F50 español, que en 2024, contra todo pronóstico, derrotó a Slingsby y llevó a España la victoria final de la temporada cuatro. Sabe dónde está. Sabe lo que puede hacer. “Por supuesto que nos gustaría estar más arriba en la clasificación y tener más posibilidades de llegar a la Gran Final”, dijo el regatista santanderino, que recuerda que el barco español es el único que ha entrenado con la nueva vela de 27,5 metros, ideal para vientos ligeros, que es la que usarán todos los barcos en el campo de Abu Dabi. “Pero seguimos en una buena posición porque lo único que podemos hacer ahora es mirar hacia adelante. Este fin de semana lo daremos todo. El lugar y las condiciones también deberían jugar a nuestro favor: en un circuito pequeño con vientos suaves, se convierte más en un juego que en cualquier otro lugar. Así que puede pasar cualquier cosa”.
¿Imposible? No. El SailGP español es una contradicción con foils. Un barco que vuela en un país en el que ni la clase empresarial ni los poderes políticos se matan por promocionarlo. El F50 español es de los pocos que aún quedan en propiedad de Russell Coutts y Larry Ellison, los creadores de la competición. En la mayoría de los restantes países, famosos, fondos de inversión o empresas importantes han comparado los barcos y los gestionan. Si no llegan inversores para Los Gallos tampoco está asegurado que en Cádiz siga celebrándose el GP. La oferta por un año más de la Junta de Andalucía no parece satisfacer a Coutts en un momento en el que la liga vive una fuerte expansión. En 2026, la temporada que empieza dentro de nada, llegará un 13º barco a la competición, el Artemix sueco. No es imposible que Suecia reclame en su Báltico un GP que podría dejar a Cádiz fuera del calendario.