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Rory McIlroy gana la Race to Dubai y Ayora se queda a las puertas del PGA Tour

Fitzpatrick vence en el último torneo del circuito europeo, el norirlandés logra su séptima corona como el mejor del curso y el malagueño roza la élite

El título para Matt Fitzpatrick, la corona para Rory McIlroy. La final del circuito europeo de golf, el DP World Tour Championship en el trazado de Jumeirah, en Dubái, ha elevado este domingo al inglés como campeón de la cita después de imponerse en un desempate al norirlandés tras finalizar ambos en -18. McIlroy se quedó sin una copa pero se adjudicó otra más jugosa, la de rey de la Race to Dubai, la clasificación que premia al mejor del año y que ha conquistado por séptima vez en su carrera. El registro le permite superar los seis bingos de Seve Ballesteros y quedarse a solo uno de los ocho de Collin Montgomery.

Rory culmina así una temporada de ensueño en la que ha celebrado el Masters de Augusta, la chaqueta verde con la que completaba el Grand Slam, y en la que fue pieza clave en la Ryder Cup festejada por Europa en Nueva York.

A las mismas puertas del billete para el PGA Tour se quedó Ángel Ayora. El malagueño de 21 años finalizó octavo en Dubái con -14, un notable puesto de honor que sin embargo resultaba insuficiente para atrapar una de las 10 tarjetas del circuito americano que se repiten en la Race to Dubai. En su temporada de novato en el tour europeo, el español ha rozado el premio gordo que siempre tuvo entre ceja y ceja. Ayora piensa a lo grande, y no le bastaba con pisar el próximo curso algunas citas del Grand Slam (se ha clasificado para el Open Británico), sino que aspiraba a meterse en el bolsillo el pase completo a la élite mundial a las primeras de cambio. La llama siguió prendida hasta el hoyo 72 en Jumeirah tras una emotiva carga final con tres birdies seguidos del 14 al 16 que no pudo coronar para escalar más puestos.

Ayora cazó así su octavo top ten del curso, cinco de ellos en las seis últimas citas, un fabuloso sprint a partir de octubre que incluyó un noveno puesto en el Open de España. Su entrenador y caddie, Juan Ochoa, y su representante, Javier Ballesteros, el hijo mayor de Seve, tienen en las manos un diamante, un pegador estratosférico con una gran cabeza y un entorno que le fija los pies en la tierra. Reflejo de su personalidad, y de lo claro que tiene el camino, es el rechazo el pasado año a una oferta de dos temporadas para jugar en la Liga saudí, LIV. “Prefiero que me recuerden por la historia que haya escrito que por el dinero que haya ganado”, afirmaba en diciembre en EL PAÍS.

El PGA Tour sigue esperando a un golfista español desde la marcha de Jon Rahm a LIV y el fugaz paso de Jorge Campillo. Ayora ha rozado la clasificación este curso y asoma, junto a Eugenio López-Chacarra, como la gran baza para alcanzar la cumbre.

Clasificación del DP World Tour Championship en Dubái.

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