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Nochebuena, partido de alto riesgo por culpa de Vinicius y Yamal

La moviola del Clásico ya no es solo entre madridistas y culés, sino entre conducta o talento, dilemas que suelen resolver de forma diferente entrenadores y aficionados

Una semana después sigue hablándose del Clásico y la moviola ya no es solo entre madridistas y culés, sino entre los propios aficionados de cada equipo, subdivididos, a su vez, entre partidarios o detractores de la conducta de Vinicius y la de Lamine Yamal, respectivamente. De seguir así, la cena de Nochebuena va a ser partido de alto riesgo en muchas casas de Madrid y Barcelona.

Vinicius, es decir, Mourinho reenca...

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Una semana después sigue hablándose del Clásico y la moviola ya no es solo entre madridistas y culés, sino entre los propios aficionados de cada equipo, subdivididos, a su vez, entre partidarios o detractores de la conducta de Vinicius y la de Lamine Yamal, respectivamente. De seguir así, la cena de Nochebuena va a ser partido de alto riesgo en muchas casas de Madrid y Barcelona.

Vinicius, es decir, Mourinho reencarnado en jugador, vuelve a hacer elegir a los madridistas entre las formas y el fondo; esta vez, entre el niño rebelde y el entrenador adulto. Es uno de los responsables —no el único— de que la profusión de vídeos del encuentro que han circulado estos días por las redes tengan más que ver con lectura de labios que con el tradicional VAR casero de injusticias y robos varios. Cómo sería la tangana para que se hable más de lo que se dijo en el campo que de lo que se pitó (o no) en un Madrid-Barça.

Se fue Vini-no-te-metas muy enfadado cuando Xabi Alonso decidió sacarlo del césped en el minuto 72, en un momento en el que estaba enchufasísimo física y verbalmente —“Solo pases atrás”; “¡Llorón”!; “¡No es el capitán!”...—. “¡Me voy del equipo!”, gritó, de camino al túnel de vestuarios, que no al banquillo. Ni era la primera vez que lo hacía, ni el primero en hacerlo. Es antológica la espantá de Schuster en 1986, cuando Terry Venables, el técnico del Barcelona, lo sustituyó en la final de la Copa de Europa en Sevilla y Schuster, indignado, abandonó el Sánchez Pizjuán, cogió un taxi y se fue a ver el final del partido al hotel. Pero la jurisprudencia señala que cuando el enfrentamiento entre entrenador y futbolista alcanza ciertas cotas —las del público—, solo puede quedar uno. Los duelos espalda contra espalda tienen un número concreto de pasos al frente antes de darse la vuelta. La liga es larga, el campo, no tanto.

Entre Clemente y Sarabia, ganó Sarabia. Entre Mourinho e Iker Casillas, Mourinho. Entre Simeone y Fernando Torres, Simeone. Vinicius, que bajó del avión a toda la delegación del Madrid cuando dio por hecho que no iban a darle el balón de Oro en París en 2024, pidió perdón tres días después del Clásico por su reacción ante la sustitución. A la afición, a sus compañeros, al club y al presidente. Es decir, a todos menos a Xabi Alonso.

Del otro lado están los culés divididos con Yamal. Como se sabe, el 10 del Barça participó tres días antes —cosa rara— del Clásico en una charla con Ibai LLanos para comentar la Kings League. “Para ti, El Porcinos [el equipo de Llanos, que se enfrentaba al de Yamal] es el Madrid, ¿no?“, le preguntan. ”Sí, roban, se quejan...“. El streamer, que de viralizar contenidos sabe latín, declaró después del Madrid-Barça y de la tangana: “La que se ha liado en el Clásico y la que se ha liado en el mundo con lo que dijo Lamine Yamal creo que, en parte, es culpa mía (...). Es que esta noticia ha llegado a Estados Unidos, a Argentina, a México, a Colombia, a todos los sitios (...) Yo, os juro por mi padre que mi única intención era pasarlo bien y picarnos en la Kings League. El problema es que de repente suelta la frase del Madrid también roba y lo que parece una tontería se ha convertido en que en el Clásico ha intervenido la policía”. El caso es que llegó el partido de verdad y las palabras de Yamal, como comentó Tchouaméni, hicieron que el Madrid saliera más motivado a ganar. Eso, unido a que el 10 del Barça pasó bastante inadvertido en el partido —no así en el final, cuando se produjo la tangana— dividió a los barcelonistas. Si hubiera marcado gol, como en anteriores encuentros, quizá el cuento habría terminado de otra manera, pero no fue así y también en la afición culé empiezan a surgir dudas con el crack. debate de fondo es qué pesa más, la conducta o el talento, el juego o las declaraciones. Son dilemas que suelen resolver de forma diferente entrenadores y aficionados. Veremos. En todo caso, el mejor vídeo de la semana es el análisis de Nagore, de ocho años, socia de Osasuna con las ideas muy claras: bloque alto y bloque bajo. Habrá que verla cuando crezca, los pondrá a todos firmes.

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