¿Hacia un nuevo naufragio?
Cristóbal Villalobos relata su pasión por el Málaga y, al mismo tiempo, retrata la dinámica de los clubes de fútbol
Las pasiones futboleras tienen ciclos. La frase aquella de que en esta vida se puede cambiar de todo menos de equipo de fútbol acepta matices. Porque no hace tanto, en muchos lugares, lo más normal era que el hincha destinara una parte de sus afectos para el equipo local, al que seguía cada domingo, y otra para el mal llamado equipo grande, que permitía disputar competiciones internacionales y ganar títulos. Te preguntaban de qué equipo eras. Contestabas y, si la respuesta no era el Madrid o el Barcelona, te volvían a preguntar hasta que encajabas en algún molde. Esa tendencia ha ido cambiando...
Las pasiones futboleras tienen ciclos. La frase aquella de que en esta vida se puede cambiar de todo menos de equipo de fútbol acepta matices. Porque no hace tanto, en muchos lugares, lo más normal era que el hincha destinara una parte de sus afectos para el equipo local, al que seguía cada domingo, y otra para el mal llamado equipo grande, que permitía disputar competiciones internacionales y ganar títulos. Te preguntaban de qué equipo eras. Contestabas y, si la respuesta no era el Madrid o el Barcelona, te volvían a preguntar hasta que encajabas en algún molde. Esa tendencia ha ido cambiando con el tiempo. Los clubes más ricos siguen siendo los más globales, pero la cultura de club ha reflotado en otros niveles. Hoy, ya no es tan extraño que alguien conteste que es únicamente de su equipo. Porque es lo suficientemente grande. Incluso, a veces, sin existir.
El profesor y escritor Cristóbal Villalobos se hizo hincha del Club Deportivo Málaga el mismo día que el equipo andaluz desapareció. Se enteró a través de la radio del coche de su padre. En julio de 1992 y después de no lograr convertirse en Sociedad Anónima Deportiva -se suscribió únicamente el 10% los 5,6 millones de euros necesarios-, la entidad quedó disuelta. Como el equipo filial tenía una licencia federativa diferente a la del primer equipo, se pudo ocupar su plaza y empezar la remontada desde Tercera División con el Málaga Club de Fútbol. Tardaron años, pero lo lograron. Llegaron, incluso, a disputar la Liga de Campeones.
En Sueños y naufragios (Libros del K.O.), Villalobos ofrece una interesante crónica del recorrido personal de su pasión balompédica: del descubrimiento de las rivalidades a la existencia de la injusticia, pasando por la elección de un ídolo o la emoción de ver que uno de los héroes del ascenso de tu equipo trata con respeto reverencial a tu madre, porque fue su maestra. También de la montaña rusa que es el fútbol y de que los ciclos no solo atañen a las pasiones: en los 90, se pegó una patada hacia delante con las deudas de los clubes, después, llegaron los ricos -algunos de cartón-piedra-, la próxima parada ¿será sueño o naufragio?