Arranca la final de la Louis Vuitton Cup: “El campo de regatas de Barcelona es el más difícil de la Copa del América”

Los cambios meteorológicos ponen a prueba a Luna Rossa (Italia) e Ineos Britannia (Reino Unido) en la eliminatoria de la que saldrá el rival del Team New Zealand en el desafío para conseguir el título

El Luna Rossa Prada Pirelli, durante la última jornada de las semifinales de la Louis Vuitton Cup de Barcelona.Quique García (EFE)

Con cinco participaciones en la Copa del América a sus espaldas, la sexta en Barcelona, a Francesco Bruni (Palermo, 51 años), timonel del Luna Rossa Prada Pirelli (Italia) se le desencaja el rostro cuando observa las predicciones meteorológicas del litoral catalán. A las puertas de disputar contra Ineos Britannia (Reino Unido) la final de la Louis Vuitton Cup que empieza este jueves y que determinará el rival del Team New Z...

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Con cinco participaciones en la Copa del América a sus espaldas, la sexta en Barcelona, a Francesco Bruni (Palermo, 51 años), timonel del Luna Rossa Prada Pirelli (Italia) se le desencaja el rostro cuando observa las predicciones meteorológicas del litoral catalán. A las puertas de disputar contra Ineos Britannia (Reino Unido) la final de la Louis Vuitton Cup que empieza este jueves y que determinará el rival del Team New Zealand (el Defensor del título de 2021) en el Match final, teme que la falta de viento vuelva a convertir las regatas en un infierno para los barcos voladores. “Barcelona es de lejos, el campo de regatas más difícil al que me he enfrentado en una Copa del América”, asegura.

De los seis días programados para celebrar la final, que ganará el primer equipo que consiga siete regatas (cada día se disputan dos), las previsiones señalan que existe un riesgo de que la fuerza del viento no alcance el mínimo reglamentario (las carreras se celebran con una fuerza mínima de 6,5 nudos y un máximo de 21) en la mitad: domingo 29, miércoles 2 y viernes 4. En cambio, este jueves se prevén en la jornada inaugural unas condiciones excepcionales: entre 12 y 17 nudos. Barcelona es la capital náutica de los contrastes. Y los navegantes lo notan.

“Está siendo muy complicado”, explica Bruni. “Las condiciones de las semifinales acabaron siendo difíciles. El campo de regatas era difícil de leer y necesitabas un poco de suerte de tu lado”, comparte. Las dos últimas jornadas de las semifinales, con previsiones similares a las de algunas jornadas venideras, acabaron con la mayoría de barcos sobre el agua, incapaces de volar y con la organización reduciendo la distancia del campo de regatas para facilitar la culminación de todo el recorrido.

Los equipos ya sabían a lo que se enfrontaban cuando se alistaron a la edición catalana de la mejor competición de vela del mundo. El viento es más irregular en Barcelona y las olas son más agresivas en el Mediterráneo que en Auckland (Nueva Zelanda), Bermuda o San Francisco (Estados Unidos), los escenarios de las ediciones anteriores. El mérito de los navegantes es anticipar los cambios de vientos para optimizar su recorrido, pero no siempre es fácil. “Barcelona tiene olas y poco viento; y esto no combina muy bien con los barcos voladores”, señala Bruni.

Ante tanta variabilidad, el diseño de los barcos está pensado para rendir con condiciones meteorológicas diferentes. Ni Luna Rossa ni Ineos, los aspirantes a enfrentarse al Tem New Zealand en el desafío final, construyeron su AC75 pensando en alcanzar grandes velocidades, sino en encontrar el equilibrio entre maniobrabilidad y capacidad de aceleración. En una regata, cuanto menos viento, más maniobras sobre el agua deben realizar los marineros para encontrar la estabilidad. Y si la fuerza eólica es mínima, los barcos que pierden el vuelo ya no consiguen levantarse. Los AC75 necesitan un impulso mínimo para que los foils (las aletas inferiores que van sumergidas en el agua y que levantan el barco con la misma ley física que permite a los aviones volar) catapulten el velero. Cuando no hay viento suficiente, una lancha de apoyo tira del barco para que este vuele antes de la salida. Una vez arriba, la pericia de los regatistas es clave para no caer definitivamente durante el cuerpo a cuerpo.

A pesar de que ambos equipos niegan que su AC75 tenga limitaciones de vuelo con poco viento, los británicos se han mostrado hasta ahora menos regulares en condiciones cambiantes. “El Ineos es rápido con viento alto, pero sufre si hay poca fuerza”, explican desde el Alinghi Red Bull Racing (Suiza), su rival en semifinales.

Durante la competición oficial, los escuadrones se han encontrado un escenario diferente al de septiembre de 2023, cuando vinieron a entrenar durante unas cuantas semanas. “El año pasado el viento soplaba súper estable, con aguas planas todo el mes de septiembre; y la competición nos ha ofrecido un año después olas cruzadas y vientos impredecibles”, lamenta Tom Slingsby, timonel del American Magic (Estados Unidos), equipo ya eliminado. “Barcelona ha sido el lugar más desafiante sobre el agua. Fue un verdadero reto para los marineros navegar aquí, y fue increíble formar parte de ello”, añade.

Luna Rossa e Ineos nunca han conseguido levantar la preciada Jarra de las Cien Guieneas, el trofeo que acredita el ganador de la Copa del América. El ganador de la final de la Louis Vuitton Cup retará al Team New Zealand en dos semanas para conseguir un título que durante muchos años ha parecido imposible. “En Italia, la Copa del América es un sueño, y llevamos muchos años intentando alcanzarlo”, resumió el miércoles Bruni en la rueda de prensa de presentación de la ronda final de la Louis Vuitton Cup. “Solo ganaremos sin conseguimos rendir al máximo”, insistió. Barcelona y su campo de regatas más impredecible esperan.


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