Rory McIlroy, cuando el golf no tiene piedad
El norirlandés no pasa el corte en el Open Británico tras su drama en el US Open. Jon Rahm, a ocho golpes del líder, Shane Lowry
El golf muestra toda su naturaleza salvaje en un Open Británico. Es el juego más puro, el de los orígenes, el de los campos nacidos de la propia vida junto a las costas, campos diseñados por las brisas del mar, y luego retocados por el hombre. Si el Masters de Augusta es el museo del golf, un cuadro pintado hasta el más mínimo detalle, el Open Británico es el golf mismo. Es ahí donde todo el carácter imprevisible de este deporte sale a flote. En Royal Troon, la tierra escocesa que acoge este British a las puertas de los Juegos Olímpicos, revive por ejemplo Justin Rose, que a los 43 años es segundo en la clasificación general después de la segunda jornada, con -5, empatado con el también inglés Daniel Brown, ambos dos golpes por detrás del líder, el irlandés Shane Lowry (-7). Rose terminó con dos birdies en los tres últimos hoyos y puja por un grande después de triunfar en el US Open de 2013 y de algunos buenos coletazos en la Ryder Cup y con hasta otros 16 top ten en las paradas del Grand Slam.
Por el grupo de cabeza asoma el número uno del mundo, Scottie Scheffler (-2), y sigue a la vista Jon Rahm (+1 tras -1 en el día). El vasco coleccionó muchos pares sufridos, cargó con un bogey en el par cuatro del tres y dejó para la hemeroteca un birdie magnífico en el 9 embocando desde la calle en una posición muy incómoda, con los pies más altos que la bola. Y cuando parecía resurgir con dos golpes descontados en los hoyos 14 y 15, otro bogey en el 16. No hay manera de exprimir los pares cinco.
Sonoro adiós con +11 de Rory McIlroy, la cara de la tragedia después de perder el pasado US Open en el último hoyo. Aquella herida no ha sanado ni en el alma ni en el juego. Un tripe bogey en el par cinco del 4, con otro golpe de más antes y otros dos en la mochila en los dos siguientes hoyos fueron un bofetón del que ya no se recuperó, tocado como está en su confianza. Curiosamente también falló el corte Bryson DeChambeau (+9), ganador de aquel US Open.
Camino de los 49 años, Tiger Woods hace otra vez las maletas en el viernes de un grande, como le pasó este curso en el Campeonato de la PGA y en el US Open, tres cortes fallados de cuatro torneos, y un 60º puesto en el Masters de Augusta. Es su peor registro histórico contando las temporadas en las que ha disputado las cuatro citas del Grand Slam. Y sin embargo, pese a un abultado +14, el Tigre herido no habla de rendirse, sino de lamerse las heridas y volver a la selva. “He ido sufriendo todo el tiempo. Un grande exige mucho desde el punto de vista físico, mental y emocional y no he estado lo sereno que debía. Pero me encantan los grandes y los voy a seguir jugando. Volveré el año que viene. Mi juego está mejor de lo que dicen los últimos resultados”, expresó el campeón de 15 grandes.
Pasaron el corte Luis Masaveu y Jorge Campillo con +6. Fuera del fin de semana se quedaron Nacho Elvira (+7), Ángel Hidalgo (+11), el amateur Jaime Montojo (+13) y David Puig (+13), el compañero olímpico de Rahm en París.
Clasificación del Open Británico.
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