Ana Peleteiro: “Antes de la lesión de Yulimar entrenaba para ser segunda, ahora lo hago para ser campeona olímpica”

La doble medallista mundial y bronce en los Juegos de Tokio comienza el miércoles su temporada al aire libre en el Canarias Athetics Invitational de Santa Cruz de Tenerife

Ana Peleteiro, en Glasgow, en el pasado Mundial en pista cubierta.ADAM VAUGHAN (EFE)

Un campeón olímpico y Ana Peleteiro se encuentran en un coqueto estadio de atletismo de Santa Cruz de Tenerife. Es la conferencia de prensa en vísperas del Canarias Athletics Invitational, un nuevo mitin. “Eres saltadora, ¿no?”, le pregunta, en inglés, el campeón, que se llama...

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Un campeón olímpico y Ana Peleteiro se encuentran en un coqueto estadio de atletismo de Santa Cruz de Tenerife. Es la conferencia de prensa en vísperas del Canarias Athletics Invitational, un nuevo mitin. “Eres saltadora, ¿no?”, le pregunta, en inglés, el campeón, que se llama Daniel Ståhl, es sueco y lanza el disco. Acaba de aterrizar desde Estocolmo y de la cara no se le borra la sonrisa que le dibujó el viento fuerte que sopla del norte, desde el océano y agita las palmeras a la entrada de la pista. El viento perfecto. El sueño del discóbolo, hacer planear su disco de tres kilos y pasar de 70 metros. “Sí, saltadora de triple”, responde la atleta gallega, que tampoco puede borrar de su cara la sonrisa que llevaba puesta al aterrizar en Canarias, sonrisa doble, dibujada tanto por la visión constante en su móvil de vídeos de su hija Lúa, año y medio, haciendo equilibrios en el jardín de su casa y trasteando entre las vallas de la pista de Guadalajara, como por la satisfacción interior de saberse en plena forma, más fuerte que nunca, y qué buenas están las papas arrugadas. Y lo verbaliza. “Estoy mejor que nunca, estoy…”, dice. Y lo repite después, cuando le preguntan qué cambia en su cabeza la lesión de su compañera de entrenamientos e inalcanzable reina mundial del triple salto, Yulimar Rojas, campeona olímpica en Tokio el domingo de agosto en la que ella conquistó la medalla de bronce, que se rompió el tendón de Aquiles de su pierna izquierda la primera semana de abril. “Siendo totalmente honesta”, dice Peleteiro, “yo hasta hace un mes estaba entrenando para ser plata olímpica y ahora estoy entrenando para ser campeona olímpica”.

El viento le encanta a Ståhl, que no esconde un silbido de admiración por el récord del mundo (74,35m) conseguido hace un mes por el lituano Mykolas Alekna en el lanzadero ventoso de Ramona, en Oklahoma. “Fue una gran noticia para el atletismo. Acabó con un récord de 38 años. Yo me alegré mucho. Mykolas tiene un gran talento, es muy técnico y es muy joven. Seguro que lanzará más”, dice el sueco, de 31 años, 202 centímetros de altura y 160 kilos de peso, y doble campeón mundial también. “Yo aquí he venido a divertirme con buenos lanzamientos y a dar espectáculo”. Su mejor marca, la quinta de la historia, es de 71,86m, y data de 2019.

El viento en la pista de Tíncer, la de la rotonda del muñeco de nieve en la linde entre La Laguna y Santa Cruz, no le importa a Peleteiro, de 28 años, que solo quiere saltar en competición, lo que no hace desde que quedó tercera en el Mundial de pista cubierta, hace dos meses y medio. “Comienza una nueva temporada”, dice la gallega, que solo competirá en otro mitin, en Castellón la próxima semana antes de los Europeos de Roma, a mediados de junio, y los Juegos de París, el 3 de agosto.

El viento que no cesará sí que podría arruinar las aspiraciones de una buena marca de Bruno Hortelano, que correrá el tercer 200m en los últimos dos años, marcados por las dudas y escasas competiciones del actual plusmarquista nacional de 100m (10,06s), 200m (20,04s) y 400m (44,69s). El turco Ramil Guliyev, campeón del mundo en 2017, será la referencia para Hortelano, que se entrena en Madrid con Pedro Jiménez Reyes y espera que la reunión en la pista de Tenerife en la que en 2018 regresó al atletismo después de destrozarse la mano derecha en un accidente tras ser semifinalista en los Juegos de Río sea el comienzo de una temporada con continuidad, solo centrada en los 200m. “Mis objetivos siguen siendo los máximos”, dice Hortelano, de 32 años. “Si no, no seguiría trabajando tan duro como lo hago”.

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