El atletismo busca nueva estrella en el Danubio en el Mundial de Budapest
María Pérez, Álvaro Martín Jaël Bestué y los tres del 1.500m, voces españolas en el coro de Sha’Carri Richardson, Noah Lyles, Faith Kipyegon, Jakob Ingebrigtsen, Yulimar Rojas...
El estadio es magnífico, dicen todos, abrumados por el calor y la humedad que brota del Danubio, tan cerquita, y las mosquitas mínimas que se posan pesadísimas en las camisetas blancas de los atletas que descubren la pista, estiran sus músculos, ensayan en los tacos de salida, clavan los pies en la arena color cemento, grano finísimo, casi polvo, de los fosos de salto, o se tumban en sus toallas al borde de la pista, que juzgan muy rápida. Vísperas de ...
El estadio es magnífico, dicen todos, abrumados por el calor y la humedad que brota del Danubio, tan cerquita, y las mosquitas mínimas que se posan pesadísimas en las camisetas blancas de los atletas que descubren la pista, estiran sus músculos, ensayan en los tacos de salida, clavan los pies en la arena color cemento, grano finísimo, casi polvo, de los fosos de salto, o se tumban en sus toallas al borde de la pista, que juzgan muy rápida. Vísperas de Mundial de atletismo, cónclave de los mejores deportistas del mundo en una función festiva de carácter bienal a la que la pandemia, el retraso de los Juegos de Tokio a 2021, ha convertido casi en rutinaria: hubo Juegos en el 21 y Mundial en el 22, y habrá Mundial en el 23, Juegos en el 24 y Mundial de nuevo, en Tokio, en el 25.
“En mi pueblo las llamamos moscas del vino”, dice, intentando hacerlas volar lejos, Ricardo Diéguez, que es de Lubián, en Sanabria, y está también atento a Jaël Bestué, la atleta a la que entrena en el CAR de Sant Cugat, en Barcelona. Bestué, de 22 años, velocista de 11,10s en los 100m y 22,54s en los 200m, es una de las nuevas figuras del atletismo español, toca el saxo y canta muy bien, y no tiene dudas en la mirada, solo valor, cuando, después de aguantar sus buenos metros la velocidad de Shelly Ann Fraser-Pryce en Vallehermoso, le dice a Diéguez que en Budapest correrá los 100m, los 200m y el relevo, y que aunque en el camino tenga que batir el récord de España de los 100m (los 11,06s que Sandra Myers clavó en 1991) ella llegará a las semifinales, lo que es un mundo, y a su lado por la pista pasa, indiferente y tranquila, Sha’Carri Richardson (10,71s este año), la norteamericana díscola, imagen de rebelde, de estrella, que el atletismo mundial, en su permanente búsqueda de figuras que devuelvan al llamado deporte rey la popularidad perdida. La saturación de competiciones mundiales, y la trivialización de los récords acelerada por la tecnología de zapatillas y el uso de luces led como liebres, no ayudan, sin embargo, a la federación internacional (WA, World Athletics) en su misión.
Con la sprinter de Dallas, 23 años, su nulo historial internacional y sus dos millones de seguidores en Instagram, no competirá Bestué, que está en otra liga, sino, en el hectómetro, las jamaicanas Shericka Jackson y Fraser-Pryce y la marfileña Marie-Josée Talou, y en el escenario total de Budapest, los otros grandes que el atletismo ha dado a la luz los últimos años, talentos únicos, los mejores de la historia, plusmarquistas mundiales e imbatibles, pero no muy populares fuera de las fronteras del atletismo. Son Faith Kipyegon, la madre keniana que este verano ha batido los récords mundiales de 1.500m, milla y 5.000m, que intentará ganar los 1.500m y los 5.000m ante los 36.000 espectadores del Estadio Nacional de Budapest. Son también Yulimar Rojas, venezolana, plusmarquista mundial de triple salto (15,74m), que logrará, si no se tuerce un tobillo, y también así, casi, su cuarto Mundial al aire libre; Mondo Duplantis, sueco, recordman mundial de pértiga (6,22m) e imbatible; Ryan Crouser, de Portland, Oregón, que ha revolucionado la manera de lanzar el peso y lanza la bola de 7,260 kilos a 23,56 metros, más que nadie nunca, o el vallista de 400m Karsten Warholm, que batió el récord del mundo (45,94s) para ganar el oro en Tokio. O, el más extravagante, el sprinter norteamericano Noah Lyles, que ha desafiado públicamente los récords imposibles de Usain Bolt (9,58s y 19,19s) en los 100m y los 200m.
En su mundo poco pueden alzar la voz los atletas españoles, pero sí en otros ámbitos, como, tradición histórica, el de la marcha, la especialidad, precisamente, a la que la federación internacional quiere condenar a muerte. Tres oros en maratón (dos de Abel Antón y Martín Fiz), uno en longitud (Niurka Montalvo) y tres en marcha (Josep Marín, Chuso García Bragado y Miguel Ángel López) conforman el botín español en 40 años de Mundiales. La jefa del equipo español, la atleta que más posibilidades tiene de sumar a los siete oros el suyo, y dos veces, en los 20 y los 35 kilómetros, y la peruana Kimberly García como gran rival en ambas distancias, es la granadina de Orce María Pérez, de 27 años, la marchadora campeona de Europa que en mayo batió el récord mundial de los 35 kilómetros. Y en hombres, levantando el telón del Mundial recién amanecido el sábado entre las estatuas de la Plaza de los Héroes con los 20 kilómetros, Álvaro Martín, Alberto Amezcua y Diego García tampoco estarán muy lejos.
Salvo dos ganadoras desposeídas en 2009 –el fugaz triunfo de Natalia Rodríguez en los 1.500m, descalificada a los pocos minutos por empujar a una rival a juicio de los comisarios; el triste de Marta Domínguez en 3.000m obstáculos, sancionada años después por dopaje—ningún atleta español ha levantado los brazos tras imponerse en la pista. En el reino de otro de los imbatibles, el del noruego Jakob Ingebrigtsen, aún casi adolescente, 22 años, y tantos triunfos ya en 1.500m y 5.000m, tres españoles confían en su voz. Son Mo Katir, que roza los 12m 45s en la distancia larga, de la que es plusmarquista europeo, y los 3m 29s en los 1.500m, y también doblará en Budapest, Mario García Romo y Adel Mechaal. En la humedad del estadio, entre las mosquitas del vino que no cesan de revolotear pegajosas, todos los focos españoles estarán centrados en ellos ya el sábado por la tarde, cuando la primera eliminatoria de 1.500m. Y en Bestué tantas tardes, por supuesto.
Las grandes finales
Sábado 19 08.50 horas, 20km marcha hombres (Álvaro Martín, Massimo Stano)
Domingo 20 07.15, 20km marcha mujeres (María Pérez, Kimberly García)
19.10 100m hombres (Fred Kerley, Noah Lyles, Marcell Jacobs, Ferdinand Omanyala)
Lunes 21 21.50, 100m mujeres (Sha’Carri Richardson, Shelly Ann Fraser-Pryce, Marie-Josée Jaël Bestué)
Martes 22 21.30, 1.500m mujeres (Faith Kipyegon)
21.42, 3.000m obstáculos hombres (Lamecha Girma, Soufiane el Bakkali, Dani Arce)
Miércoles 23 21.15, 1.500m hombres (Jakob Ingebrigtsen, Mo Katir, Mario García, Adel Mechaal)
21.50, 400m vallas hombres (Karsten Warholm, Rai Benjamin, Allison dos Santos)
Jueves 24 07.00 35km marcha mujeres y hombres (María Pérez, Álvaro Martín)
21.35, 400m hombres (Wayde van Niekerk)
21.50, 400m vallas mujeres (Femke Bol)
Viernes 25 19.35, Triple salto mujeres (Yulimar Rojas)
21.40, 200m mujeres (Gabby Thomas, Shericka Jackson, Richardson, Bestué)
21.50, 200m hombres (Noah Lyles, Letsile Tebogo)
Sábado 26 19.25, Pértiga hombres (Mondo Duplantis)
20.30, 800m hombres (Emmanuel Wanyonyi, Adrián Ben, Saúl Ordóñez, Mohamed Attaoui)
20.50, 5.000m mujeres (Faith Kipyegon)
21.50, Relevo 4x100m mujeres
Domingo 27 20.10, 5.000m hombres (Jakob Ingebrigtsen, Mo Katir)
20.45, 800m mujeres (Athing Mu, Keely Hodgkinson, Mary Moraa, Lorea Ibarzabal)
21.37, Relevo 4x400m hombres
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.