Valderrama, un torneo de golf mundial

El club acoge hasta el domingo una prueba del LIV a la que no falla ninguno de los golfistas grandes del circuito

Dustin Johnson, Koepka y Mickelson, en la rueda de prensa en Valderrama.Román Ríos (EFE)

Todo está listo en el Real Club Valderrama. Están las carpas exclusivas, como la del hoyo 18, con unos precios de 600 euros hasta los 2.500 si se coge un palco. Otras más asequibles por unos 200 euros y las entradas normales que alcanzan los 42 euros. Sonará la música con Dj’s en vivo, habrá puestos de comida y hasta para tatuarse en la cara los colores del equipo al que se anima. También acudirán, claro, los mejores golfistas del circuito LIV con ...

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Todo está listo en el Real Club Valderrama. Están las carpas exclusivas, como la del hoyo 18, con unos precios de 600 euros hasta los 2.500 si se coge un palco. Otras más asequibles por unos 200 euros y las entradas normales que alcanzan los 42 euros. Sonará la música con Dj’s en vivo, habrá puestos de comida y hasta para tatuarse en la cara los colores del equipo al que se anima. También acudirán, claro, los mejores golfistas del circuito LIV con Koepka —ganador de cinco majors a la cabeza, seguido por otros genios de los palos como Dustin Johnson, Dechambeau, Mickelson, Cam Smith, Sergio García... Es la fiesta del golf —que tendrá una recompensa de cuatro millones para el ganador— desde hoy hasta el domingo que promueve el LIV, animador de un deporte hasta ahora rígido, también agitador en los dos últimos años que ahora, bajo el paraguas de los petrodólares de Arabia Saudí, ha alcanzado un acuerdo con el PGA Tour para unificar el circuito y, de paso, ondear la bandera de la paz tras muchas tensiones. Es un torneo mundial. Pero hay mucho trabajo por detrás.

Valderrama tenía una asociación con el circuito europeo desde hace 25 años con el Andalucía Masters, pero en 2012 se decidió cancelar hasta 2017, recuperado el pulso con la imagen y catapulta de Sergio García, al fin con patrocinios a la altura. Pero al campo, sede de la Ryder Cup de 1997, le faltaba acoger a la alta alcurnia del golf. Eso lo apreció Majet Al Sorour, CEO de Golf Saudí, que se acercó a Andalucía a ver el año pasado un torneo del circuito femenino Aranco Team Series en La Reserva Club, en San Roque. Unos días después, a finales de agosto, decidió reunirse con la cúpula de Valderrama para plantearle la opción de acoger un evento del LIV. “Vimos que era muy interesante, que era lo que queríamos”, señala orgulloso el CEO de Valderrama, Javier Reviriego; “nos dará visibilidad, habrá un retorno directo en prestigio, reputación y de la marca Valderrama, además de económico”.

Tanto le gustó a Majet, que el campo no ha sufrido remodelación alguna para adaptarlo a unos golfistas que los hoyos casi siempre se les quedan pequeños por su pegada. Pero se ha trabajado a destajo en los últimos cinco meses y, en las semanas postreras, pues hasta 1.400 empleados han ayudado para que el torneo sea redondo y que las calles sean una moqueta, que el rough esté un poco más alto de lo habitual y que los greens sean rápidos y firmes, por más que el calor es el peor de los aliados. “Normalmente, los torneos aquí se celebraban en octubre, pero en este mes hay que cuidar que los greens no se estresen demasiado”, acepta Reviriego.

“Es un campo fantástico y hay que pensar mucho el camino para llegar al green porque si te despistas, puede ser complicado hacer el par”, dijo Koepka. “Es un campo increíble”, se sumó Dustin Johnson; “tienes que ir recto y tener cuidado con los greens porque son pequeños y con mucha pendiente”. Así lo vio Mickelson: “Hay que darle crédito al diseñador Robert Trent Jones Sr. porque el recorrido exige tener precisión y, para ganar, debes ser muy completo y no solo pegarle a la bola. Este campo, con los árboles y las calles en movimiento, obliga a ser creativo a la hora de escoger los palos y ejecutar los golpes”.

Desde Valderrama se felicitan por el tirón del torneo, pues cuentan con un mínimo de 12.000 espectadores por día. “No falta ninguno de los grandes. Vienen todos”, se felicita Reviriego, al tiempo que admite que es el principio de algo grande, pues el club acordó con el LIV un contrato por cinco años, por lo que, a la espera de la unificación con el PGA Tour, saben que seguirán celebrando torneos, al fin, mundiales.

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