El gran salto con 33 años
Goles de obrero, de picardía, de delantero puro, de suplente, de titular…, goles que le han abierto las puertas no sólo del Madrid, sino también de la selección
En estos tiempos modernos, en los que jugadores con gran renombre y mejor currículum se ven seducidos por el dinero saudí como colofón a sus carreras, todavía existe un tipo de futbolista rara avis al que le llega su gran oportunidad bien entrado en la madurez.
Joselu Mato es ese delantero que empezó su andadura en este deporte con los guantes de portero puestos. Pronto descubrió que se le daba mejor controlar el balón con los pies que con las manos. Y no le ha ido nada mal. El gran ...
En estos tiempos modernos, en los que jugadores con gran renombre y mejor currículum se ven seducidos por el dinero saudí como colofón a sus carreras, todavía existe un tipo de futbolista rara avis al que le llega su gran oportunidad bien entrado en la madurez.
Joselu Mato es ese delantero que empezó su andadura en este deporte con los guantes de portero puestos. Pronto descubrió que se le daba mejor controlar el balón con los pies que con las manos. Y no le ha ido nada mal. El gran salto de su carrera llega con 33 años. Para algunos, demasiado tarde. Yo prefiero pensar que ha sabido esperar su momento y generarse él mismo esta gran oportunidad.
Después de haberse criado futbolísticamente entre A Madroa y Valdebebas, pasó por ocho equipos desde que se marchó del Castilla, hace ahora una década. Ahora vuelve a la Casa Blanca con la misma ilusión con la que se levanta un niño el día Reyes. Como dijo Florentino Pérez en su presentación: “Tus goles te han traído de vuelta al Real Madrid”. Goles de obrero, de picardía, de delantero puro, de suplente, de titular… goles que le han abierto las puertas no sólo del Madrid, sino también de la selección española.
Este verano será especial para él después de haber cerrado la mejor temporada de su carrera. Una temporada que se enmarca, irónicamente, entre dos descensos, hace un año con el Alavés, y hace mes y medio con el Espanyol. Entre medias, recibió la llamada de Luis de la Fuente con el que vivió el debut soñado por cualquiera. Marcó un doblete el día que vestía por primera vez la camiseta de La Roja, contra Noruega, cuatro minutos después de saltar al campo. Más recientemente anotó ante Italia el tanto que metió a la selección en la final de la Liga de Naciones. Cinco remates, tres goles. Una barbaridad de estadística con la que se ha ganado el cariño de España.
Nada se le puede reprochar a su notable temporada como perico. Marcó 16 goles en Liga, sólo superado por Lewandowski y Benzema en la tabla de pichichi, y acabó el curso como Zarra. No le dio para salvar al equipo y en Cornellà-El Prat ya se imaginaban que retener en Segunda División a un delantero como él, después de la temporada que había hecho, era misión imposible.
Ahora ha decidido hacer las maletas y coger el puente aéreo rumbo a la capital para formar parte del nuevo Madrid que llega. Regresa a Valdebebas, en principio, para ocupar la plaza de Mariano; es decir, en calidad de suplente, aunque algo me dice que va a tener más peso y más presencia que el futbolista de Premià de Mar. Llevará el dorsal 14, con lo que el 9 sigue libre. Pero no se descarta que tenga que asumir un rol con mucho más protagonismo. El Madrid presentó ayer al que puede ser el único delantero centro puro del que disponga Ancelotti para la 23-24. Joselu puede convertirse en el ariete que tenga que hacer de Benzema, aunque eso sean palabras mayores.
Su amor y devoción por el Madrid son innegables: “He soñado con este momento desde el día que me marché”. Y como el que deja una relación y espera volver a retomarla algún día, llega mucho más hecho, más maduro y con una carta de presentación que firmarían muchos delanteros que han pasado por el Madrid. Ya sea como titular o como suplente, me parece un fichaje enorme para cualquier equipo grande. Joselu está de moda y el fútbol le sonríe.
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