Una tanda de penaltis calamitosa hunde al Barcelona de balonmano en la Final Four
Cuatro fallos en cinco lanzamientos condenan al conjunto azulgrana en semifinales ante un Magdeburgo convertido en su bestia negra y que disputará la final contra el Kielce de los Dujshebaev
La tanda de penaltis, gloria y tumba del Barcelona de balonmano. El éxtasis hace un año para levantar su undécima Copa de Europa y el llanto en esta. Una serie calamitosa con cuatro fallos en cinco lanzamientos enterró a un conjunto azulgrana que durante el partido escapó dos veces del desfiladero, pero terminó muriendo en el paredón de los siete metros. Ludovic Fàbregas cantó bingo en 2022 desde el mismo punto y, en este nuevo thriller, fue el autor ...
La tanda de penaltis, gloria y tumba del Barcelona de balonmano. El éxtasis hace un año para levantar su undécima Copa de Europa y el llanto en esta. Una serie calamitosa con cuatro fallos en cinco lanzamientos enterró a un conjunto azulgrana que durante el partido escapó dos veces del desfiladero, pero terminó muriendo en el paredón de los siete metros. Ludovic Fàbregas cantó bingo en 2022 desde el mismo punto y, en este nuevo thriller, fue el autor del último error. Antes los habían mandado fuera de forma casi idéntica Hampus Wanne, Melvyn Richardson (su único tiro del partido) y Dika Mem. Uno detrás de otro. Solo acertó Aleix Gómez. Demasiado lastre, incluso ante un Magdeburgo que también se dejó dos cuando ya daba el triunfo por cantado. Los culés cayeron en semifinales y no podrán enlazar su tercera corona seguida. El Kielce de la familia Dujshebaev (24-25 al PSG) es el otro finalista de este domingo (18.00, DAZN).
Al conjunto de Carlos Ortega le ha salido una china en el zapato. Y qué china. Sus dos únicas derrotas de esta campaña han sido ante los germanos, y las dos le han dejado sin dos títulos: a principios de curso en la final del Mundial de Clubes y ahora. En 2022, ya le había derrotado en otra final del Mundial. 25 encuentros acumulaba imbatido el Barcelona en Europa, pero le dio igual a este clásico (campeón en 1978, 1981 y 2002) que, eso sí, llevaba tiempo alejado de las alturas continentales. Esta es, de hecho, su primera Final Four, el formato vigente desde 2010 para decidir el rey de Europa.
El Magdeburgo se sobrepuso a todo. Acudió a la cita sin Omar Magnusson, en el tramo final perdió por lesión a Gisli Kristjansson y, nada más empezar la prórroga, se quedó sin Christian O’Sullivan por tres exclusiones. Tres bastiones. A todo sobrevivió en un choque angustioso que dejó caídos en ambos bandos e incluso decisiones de VAR.
Visto el drama in crescendo a partir de la segunda parte, el arranque fue un juego infantil. De entrada, dos cuerpos que se daban la réplica, pero no chocaban del todo. Faltaba fuego saliendo por las bocas, lo que cualquiera esperaría de unas semifinales de la Champions. El escenario, en todo caso, favorecía al Barcelona. Tenía a esas alturas más portería con Emil Nielsen (35% de acierto hasta el descanso) en lugar de Gonzalo Pérez de Vargas, y más munición.
Fue el cuerpo ligero de Domen Makuc el que demarró antes del intermedio. El Magdeburgo, que en ataque se agarraba a un Damgaard colosal de principio a fin, se había repuesto bien de la primera desventaja (11-13 en el minuto 20) y estaba ajustando los tornillos en defensa, cuando el esloveno oxigenó la primera línea y agujereó el sistema alemán con tres tantos consecutivos que marcaron las sensaciones en la pausa (16-18).
Hasta entonces, el Barcelona afinaba mejor en ataque con Mem y Aleix Gómez, pero los germanos dominaban un aspecto tan rudimentario como atrapar mejor los rechaces. Paraba bastante Nielsen, aunque sus compañeros no andaban listos para hacerse con los balones sueltos. Esa era la principal vía de fuga azulgrana.
Era el tiempo de Makuc, que puso el 16-19 nada más regresar de los vestuarios. Sin embargo, el Barça se empachó pronto de Makuc. Colgaba en exceso del joven y el Magdeburgo se lo hizo pagar con un parcial de 3-0 (21-21 en el 38). Ahí empezó a virar la tarde. De ese 16-19 se pasó al 25-23. Los azulgranas apenas se sostenían con tres dedos de la cornisa. Mem se retiraba muy dolorido del gemelo derecho, Nielsen no paraba una (salió Pérez de Vargas) y Aleix Gómez fallaba un penalti. Quizás en otros tiempos más quebradizos, ese hubiera sido el final del Barça, pero no de este Barça. Perdedor en último término, pero con más cuajo.
Makuc se había ido al banco, regresó Cindric y poco a poco los de Ortega fueron saliendo del túnel. Se aferraron a N’Guessan y Wanne, evitaron males mayores y todavía retomaron el mando a falta de cuatro minutos (29-30). A esas horas, Colonia ya era el escenario de otro thriller. Y con lesionados en las dos orillas: Kritsjansson quedó fuera por un golpe muy fuerte en el hombro derecho, y Mem discutía con Ortega para continuar pese a su evidente cojera.
El Barcelona se puso a un pasito de la victoria con el tanto de Aleix Gómez (30-31) a falta de 57 segundos. Tras un rechace, casualmente. Pero entre Kay Smits (gol a falta de cuatro segundos) y Damgaard, otra vez él, con un bloqueo sobre la bocina a un lanzamiento de Janc que exigió la consulta al VAR para comprobar que no había invadido el área, llevaron el encuentro a la prórroga.
El Barcelona volvió a estar a dos centímetros de la tumba al final de la primera parte de la prórroga con el 35-33 de Damgaard, cómo no. Pero volvió a levantarse en un intercambio de golpes enorme para frenar a un Magdeburgo tan afeitado de piezas como poderoso. Ahí andaban, además, Smits (12 tantos, seis de penalti) y Bezjak (cuatro dianas sin fallo). Todo quedó abocado a los siete metros, el punto de los lamentos azulgranas.
Barcelona, 39 - Magdeburgo, 40
Barcelona (18+13+7+1): Nielsen (Gonzalo Pérez de Vargas); Aleix Gómez (8,4p), Mem (4), Thiagus Petrus (-), Fábregas (6), N’ Guessan (9), Wanne (3), siete inicial, Luka Cindric (2), Makuc (4), Janc (2) Carlsbogard (-), Frade (1) y Richardson (-).
Magdeburgo (16+15+7+2): Jensen (Portner (1)): Smits (12,6p), Saugstrup (3), Chrapkowski (1), Kristjansson (5), Damgaard (8), Mertens (2), siete inicial, Pettersson (-), Meister (-), Bergendahl (-), O’ Sullivan (1), Bezjak (4), Hornke (1p) y Weber (2).
Árbitros: Jonas Eliasson (ISL) y Anton Palsson (ISL).
Parciales cada cinco minutos: 2-2, 6-6, 10-9, 15-12, 16-15,18-16 (descanso), 21-19, 22-22, 23-25, 26-26, 29-29 y 31-31 (final). 38-38 (prórroga) y 39-40 (1-2, penaltis).
Tanda penaltis: Aleix Gómez, gol (1-0). Hornke, gol (1-1). Wanne, fuera (1-1). Smits (1-2). Richardson, fuera (1-2). Pettersson, para Pérez de Vargas (1-2). Mem, fuera (1-2). Saugstrup, larguero (1-2). Fàbregas, para Jensen (1-2).
Exclusiones: A Fàbregas (m. 13), Janc (m. 25), N’ Guessan (m. 34), Kristjansson (m. 17), Bergendahl (m. 25), O’ Sullivan (m. 43, 48 y 51), Saugstrup (m. 44) y al técnico Bennet Wieger.
Lanxess Arena de Colonia (Alemania). 19.200 espectadores.
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