Sin Nadal, otro mundo; otro Roland Garros
La ausencia del español abre por completo un torneo tan incierto como atractivo, con el foco en la candidatura de Alcaraz y los interrogantes en torno a Djokovic
Aunque el nombre de Marc Maury sea desconocido para el gran público, de ningún modo lo es para los aficionados al tenis. El francés no es solo un miembro más del tour, sino una de las voces más reconocibles e icónicas del circuito. La de Roland Garros. Antes de que el grande parisino despegue este domingo, el speaker transita y silba por el boulevard principal del complejo del Bois de Boulogne, mientras el aficionado va aceptando que esta vez todo será distinto: se acabó el interminable canturreo que precede a ...
Aunque el nombre de Marc Maury sea desconocido para el gran público, de ningún modo lo es para los aficionados al tenis. El francés no es solo un miembro más del tour, sino una de las voces más reconocibles e icónicas del circuito. La de Roland Garros. Antes de que el grande parisino despegue este domingo, el speaker transita y silba por el boulevard principal del complejo del Bois de Boulogne, mientras el aficionado va aceptando que esta vez todo será distinto: se acabó el interminable canturreo que precede a cada intervención de Rafael Nadal en la Philippe Chatrier, ese que hasta la última entonación –antes de la resolución del torneo del año pasado– sonaba así y que le hace perder el aire al locutor por la extensión de los éxitos.
“Il a 36 ans, a remporté 91 titres dans sa carrière, dont 21 en Grand Slams, 13 à Roland Garros [Tiene 36 años, se ha llevado 91 títulos a lo largo de su carrera, de los cuales 21 son de Grand Slams, 13 de Roland Garros]...: 2005, 2006, 2007, 2008, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2017, 2018, 2019 et 2020… l’espagnol… ¡Rafaeeeeel Nadaaaaal!
No está él, el mallorquín, y ya lo decía L’Èquipe, la biblia deportiva de Francia: “Une terre sans son roi”. Una tierra sin su rey. Todo es distinto, todo es diferente, todo se abre. Un nuevo paisaje. Una circunstancia completamente novedosa en un escenario monopolizado durante casi tres lustros por el gran campeón español, hoy lesionado y ausente, batido en retirada hasta finales de año –o hasta que lo determinen cuerpo y mente– para tratar de restablecer su maltrecho chasis y poder despedirse así de su deporte como él y todo el mundo lo desea, ¿cómo si no? Peleando. Falta Nadal, y todo cambia.
“De alguna forma, Rafa es Roland Garros y a la inversa, Roland Garros es Rafa. La sensación es muy extraña, todo es muy raro, pero la situación es la que es y desafortunadamente este año no ha podido venir. Ojalá pueda hacerlo el próximo para despedirse de este lugar como se merece”, afirma a este periódico una integrante de la organización, que a su vez señala que el lamento por la ausencia de del mallorquín coincide con el entusiasmo de la dirección ante lo que se prevé como dos fantásticas semanas de sorpresas, incierto el desenlace por más que Novak Djokovic haya alzado la Copa de los Mosqueteros dos veces y coleccione también 22 grandes, la misma cifra que posee Nadal.
Irrumpe el serbio, pero lo hace con el gesto serio. Perfil bajo de Nole. Poco que ver con la dentadura y la sonrisa que luce Carlos Alcaraz, número uno y ganador esta temporada de Buenos Aires, Barcelona y Madrid; tres títulos, 20 triunfos y solo dos derrotas sobre tierra batida. Todo convicción y apetito, sin obstáculos de antemano: “Nunca he tenido miedo a nadie”. Pies de plomo del balcánico, que departe ante los periodistas con una ligera congestión nasal y ofrece un discurso preventivo, rodeado de vendas sin que la acción haya comenzado siquiera.
La melancolía de Nole
“¿Por qué es favorito Alcaraz, si…?”, se le pregunta al serbio, que interrumpe la enunciación y dispara tajante: “Porque es el número uno del mundo y ganó grandes títulos en tierra batida esta temporada. Así que en este momento, él es el mayor favorito, independientemente del hecho de que tenga un grande y yo 22″. E incide: “Si miramos los últimos meses, la forma en que está él y la mía, creo que es más favorito. Esto es un Grand Slam, un torneo diferente, a cinco sets, y la experiencia está de mi lado, pero ¿hasta qué punto jugará eso un papel importante en un eventual cara a cara con él? Ya veremos. Por juego y forma, él es el número uno”.
Djokovic asiste en París con un discretísimo balance en la gira preparatoria sobre arcilla. Ha participado en tres torneos, en los que ha registrado cinco victorias y tres derrotas. “No he tenido demasiado éxito, pero ya saben, esto es un Grand Slam, un deporte diferente…”, precisa. El de Belgrado parece no verlo del todo claro. Unos problemas en el codo le obligaron a bajar de marcha durante la primavera y a comienzos de año, una lesión muscular en el muslo condicionó su recorrido en Melbourne, donde volvió a triunfar. “No tengo ningún problema que me preocupe, espero en no tener que lidiar con algo así otra vez…”, confía, al mismo tiempo que desprende una frase enigmática: “Pero tengo que estar preparado, porque cosas como esa puedan suceder hoy en día más que antes”.
A los 36 años, ni rastro del tono altivo, voraz y convencido con el que Djokovic trata de empezar a ganar los torneos desde el día previo. Sí una repentina invasión de la melancolía: “Que Nadal no juegue aquí es una gran pérdida para el tenis y para Roland Garros. He logrado ganarle aquí dos veces, pero tuve que dejarme el corazón y las agallas para conseguirlo. La noticia [del adiós anticipado por el español] fue un shock para todos. La gente me preguntaba cómo me sentía cuando dijo eso. Él es mi mayor rival, por eso sentí que parte de mí también se iba con él; Me hizo preguntarme cuánto tiempo voy a jugar. Me emocioné por lo que estaba diciendo”.
No está Nadal. Solo la reproducción de 800 kilos y tres metros del tenista que preside el acceso al complejo por la Avenue de la Porte-d’Auteuil. Y refuerza la teoría de lo imprevisible el ruso Daniil Medvedev, hasta hace nada alérgico a la tierra y ahora otro aspirante: “Sin Rafa, todo es definitivamente diferente. Este año no va a ser lo mismo; antes, cada dos días podías verle jugar en la tele porque lo ponían en la pista central... Todo el mundo se está preparando, todos estamos locos por nuestras primeras rondas. Sin él, tal vez pueda haber un nuevo campeón, ¿quién sabe?”.
TRES ESPAÑOLES A ESCENA
Este domingo comienza la acción en el distrito de Boulogne-Billancourt, a partir de las 11.00, y la jornada inaugural contará con la intervención de tres jugadores españoles. Nuria Párrizas, una de las cinco representantes femeninas, se medirá a primera hora del día con la australiana Storm Hunter (202ª). A esa misma hora, Pedro Martinez afrontará un duro escollo en Tallon Griekspoor (39º), tras haber sorteado la fase previa, y hacia las 15.00 (en Eurosport también) saltará a la pista Roberto Carballés, enfrentado al estadounidense Emilio Nava (238º).
Por otra parte, el alemán Alexander Zverev (26 años) ha finalizado el vínculo con el preparador Sergi Bruguera (52), al que contrató en mayo del año pasado. Ambos decidieron separar sus caminos tras la disputa del Masters de Madrid. La decisión responde a criterios puramente técnicos, dado que el jugador (apoyado por su padre, siempre presente) y el entrenador barcelonés no coincidían a la hora de perfilar el juego tras la grave lesión sufrida hace un año en París.
Cabe recordar que la Real Federación Española de Tenis (RFET) decidió sellar en diciembre la etapa de Bruguera como capitán de la Copa Davis, al entender que existía una “incompatibilidad entre los dos puestos”.
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