Cruel descuento para el Sevilla ante la Juventus

Un gol de Gatti pasado el tiempo de alargue propicia un empate para el equipo italiano tras un gran partido de los andaluces, sobre todo en el primer acto

Gatti marca el gol del empate de la Juventus ante el Sevilla en el minuto 97.VALERIO_PENNICINO (Getty Images)

Un gran Sevilla vivió un cruel descuento ante la Juventus. El histórico equipo italiano empató en su segundo disparo a puerta en la última jugada de un partido que el conjunto andaluz dominó después de un gran primer tiempo y un excelente ejercicio defensivo en el segundo. Habían pasado los seis minutos del alargue y Siebert concedió, sin embargo, un saque de esquina que acabó con el gol de Gatti prácticamente bajo los palos de Bono. Sin duda, el empate le dejó un sabor amargo al Sevilla, que compitió de man...

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Un gran Sevilla vivió un cruel descuento ante la Juventus. El histórico equipo italiano empató en su segundo disparo a puerta en la última jugada de un partido que el conjunto andaluz dominó después de un gran primer tiempo y un excelente ejercicio defensivo en el segundo. Habían pasado los seis minutos del alargue y Siebert concedió, sin embargo, un saque de esquina que acabó con el gol de Gatti prácticamente bajo los palos de Bono. Sin duda, el empate le dejó un sabor amargo al Sevilla, que compitió de manera excelente y mereció el triunfo. A la Juventus le faltó fútbol, pero tiene el orgullo que le da su escudo. Gracias a ello empató cuando nadie lo esperaba. Eso sí, el Sevilla escapó vivo de Turín y se llevó un aceptable resultado para la vuelta el próximo jueves en un Sánchez Pizjuán que estará a reventar.

El primer tiempo del Sevilla fue excelente, con un gran juego y una eficiente colocación en el campo, ejerciendo además una presión alta a la Juventus que le hizo mucho daño. El segundo acto fue otra cosa. El Sevilla, de todas formas, se defendió con mucho orden y obligó a Allegri a sacar todo lo que tenía en su banquillo.

Gatti celebra el gol de empate ante el Sevilla. Alessandro Di Marco (EFE)

La lesión de Bonucci, en su partido 500 con la Juventus, provocó la entrada de Gatti, que, al final, logró un empate que deslució mucho todo lo que ofreció el Sevilla en un magno escenario y ante un rival de mucha enjundia. Quizás venido a menos, pero con mucha historia y mucho peso en su camiseta. Partidazo de hombres como Fernando o Rakitic, veteranos que elevan el nivel de este Sevilla tan competitivo siempre en la Liga Europa.

Hace tan solo un mes, estos mismos jugadores que se plantaron con tanta personalidad y tanto fútbol en el estadio de la Juventus estaban en el ojo del huracán. El Sevilla se jugaba el descenso a Segunda. Apenas un mes después, el trabajo de Mendilibar y el poder de la mente en un deporte como el fútbol ha transformado a un equipo que peleaba por el descenso en un aspirante a ganar la Liga Europa. Si a eso se une la mística que esta competición tiene para el Sevilla, el resultado se plasma, por ejemplo, en la media de hora de fútbol fantástico que el equipo andaluz dio en el campo de uno de los grandes de Europa. Un equipo que se sobrepuso a un inicio titubeante y que a partir del minuto 20 le dio un soberano repaso a la Juventus, una escuadra más bonita que buena, sin carácter y con muchos problemas en defensa.

En-Nesyri celebra el gol del Sevilla. VALERIO PENNICINO (Getty Images)

El Sevilla, soberbio, bien colocado, dominando todos los tiempos del partido a su antojo, avisó en un remate de Ocampos solo dentro del área que salió fuera por poco. El aviso se transformó en un fútbol de mucha calidad, preciso, con un puñal por la banda como Ocampos y una perfecta organización en el campo. Así llegó el primer gol. Una delicia, un canto a Luis Aragonés. Un contragolpe dibujado en un espectacular cambio de juego de Óliver Torres a Ocampos, que la puso al punto de penalti, donde En-Nesyri, cómo no, hizo el 0-1. La Juventus tembló. El Sevilla se creció y empezó a coleccionar una ocasión tras otra. La tuvo el propio Ocampos antes de salir tocado de su aductor. Luego Rakitic y En-Nesyri. El Sevilla, para gozo de los 1.500 sevillistas desplazados a Turín, dibujaba un gran partido al descanso de un choque que dominaba a su antojo. Como ejemplo, los 12 remates realizados por el conjunto andaluz por los tres de la Juventus.

Allegri cambió sus bandas al descanso. Buscó velocidad y desborde con Illing-Junior y Chiesa. Su equipo mejoró, sin grandes alardes, pero lo hizo. El Sevilla se metió atrás y ya no tuvo el balón con la jerarquía que exhibió en el primer acto. Sin embargo, los de Mendilibar siguieron teniendo el control del choque ante un rival que se desesperó, con unos problemas tremendos para generar juego. El Sevilla ya no tuvo llegada, sí colocación y orden para detener a la Juventus. Hasta que Gatti, en el minuto 97, empañó el gran encuentro del equipo andaluz.

Samuel Iling-Junior controla el esférico con la cabeza, durante el partido este jueves en Turín. MARCO BERTORELLO (AFP)

En la otra semifinal, la Roma le ganó al Bayer Leverkusen (1-0). Una vez más el escaparate europeo mostró a Mourinho, que hace un año llevó a la Roma al triunfo en la Conference League y ahora la tiene a un paso de la final en el escalón superior, el de la Europa League. Las señas de identidad son invariables, las de un equipo armado que si atisba el desorden tiene capacidad para detener los partidos, competitivo al máximo en una escena que exige pericia en la administración de esfuerzos y talentos. La Roma es un dolor de cabeza, canchera porque además optimiza al máximo sus recursos. En la ida de la semifinal dejó atrás al Bayer Leverkusen, un equipo muy mejorado desde que Xabi Alonso llegó el pasado octubre cuando ocupaba puesto de descenso en la Bundesliga.

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