Sevilla, como la calle Estafeta un 7 de julio
La afición de Osasuna toma la capital de Andalucía en un despliegue espectacular ante una hinchada madridista mucho más calmada y desperdigada
“¿Por dónde queda Triana?”, preguntaban un par de aficionados de Osasuna justo al lado de la zona destinada al esparcimiento de la afición rojilla a primeras horas de la mañana. Justo al lado de la Torre Sevilla, el gran rascacielos de la ciudad, iban llegando miles de hinchas navarros que poco a poco le fueron tomando el pulso a la capital de Andalucía. Desde la denominada ...
“¿Por dónde queda Triana?”, preguntaban un par de aficionados de Osasuna justo al lado de la zona destinada al esparcimiento de la afición rojilla a primeras horas de la mañana. Justo al lado de la Torre Sevilla, el gran rascacielos de la ciudad, iban llegando miles de hinchas navarros que poco a poco le fueron tomando el pulso a la capital de Andalucía. Desde la denominada fan zone ubicada en el Parque de Magallanes, a la vera del Guadalquivir, los aficionados de Osasuna se fueron desplegando por todo el centro de la urbe. Sevilla, tomada por cerca de 2.000 miembros de la Policía Nacional y la Guardia Civil, más la Policía Local, fue invadida por una marea rojilla, emocionada con la segunda final de Copa del Rey que jugará su equipo, que se hizo sentir mucho más que la afición del Madrid, más tranquila y mucho más desperdigada. Ya la noche del viernes al sábado, los hinchas navarros comenzaron a disfrutar en zonas de Nervión y del centro de la ciudad, también cercanas al río. Bares de movida nocturna donde la cerveza corrió de lo lindo. Lo de este sábado fue un auténtico vendaval.
Una marea de aficionados de Osasuna se asentó en las calles adyacentes a la Catedral de Sevilla y la propia Giralda. No se podía dar un paso por Mateos Gago, la arteria que va de la propia Catedral al típico Barrio de Santa Cruz, ocupada por miles de fanáticos navarros. Algunos con boina, otros con los tradicionales pañuelos rojos y todos, absolutamente todos, con su camiseta de Osasuna. Con apenas 20.000 socios, el despliegue de los navarros en Sevilla ha sido espectacular. “Esto es Estafeta un 7 de julio”, afirmaban los hinchas de Osasuna, muchos de ellos muy jóvenes. No solo ocuparon el centro, sino que también se dejaron ver en otros emplazamientos emblemáticos de Sevilla como la Plaza de España, construida para la Exposición Iberoamericana de 1929, y el Parque de María Luisa que rodea la plaza construida por el arquitecto Aníbal González, donde se rodaron, por ejemplo, películas como la Guerra de las Galaxias o Lawrence de Arabia. La idea de los navarros estaba más o menos clara. Después de tomar el centro y el barrio de Triana, y con el Guadalquivir como eje, había que rematar en la fan zone (dos por uno de cerveza hasta las cuatro de la tarde) y encarar las avenidas de la Isla de la Cartuja en busca del estadio del mismo nombre. “Esto parece San Fermín”, afirmaban. El Ayuntamiento de Sevilla, que estima un impacto directo para la ciudad gracias a esta final de Copa de unos 50 millones de euros, habilitó autobuses para que ambas aficiones acudieran al estadio. La mayoría optó, sin embargo, por ir andando. En Sevilla hacía calor (30 grados a las cinco de la tarde), pero soportable. Al menos para los nativos.
La afición del Madrid fue llegando a lo largo del sábado. En general, mucho más tranquila, más profesional, si cabe el término, en el disfrute de acontecimientos como las finales. Los madridistas, que tuvieron su zona de esparcimiento en el Parque del Alamillo, cercano al estadio de La Cartuja, sí se hicieron notar mucho en la Alameda de Hércules. Un espacio abierto en la zona norte del centro de la ciudad, cercano al barrio de la Macarena, donde hay una gran cantidad de bares, restaurantes y cervecerías. El año pasado, fue la zona escogida por los aficionados del Betis para calentar la final de 2022, ganada al Valencia en la tanda de penaltis. En calles como Feria, más alejadas del centro histórico, pero también con mucha solera, sí llamó la atención la presencia de numerosos aficionados del Madrid.
Aunque espectadores, los sevillanos no son del todo ajenos al resultado de la final de Copa. Si bien muchos de los locales deseaban suerte a los seguidores del equipo más débil, Osasuna, y a pesar de que el sevillista es más contrario al Madrid de lo que lo es el bético, un triunfo del Madrid tendría consecuencias a orillas del Guadalquivir. Si los de Ancelotti ganan la Copa, la sexta posición de la Liga, ocupada ahora por el Betis, da derecho a jugar la Liga Europa. Al mismo tiempo, la séptima plaza, a la que pueden aspirar un buen número de equipos, incluido el propio Sevilla, daría derecho a jugar la Conference League, el tercer torneo continental. Reflexiones ajenas a una afición exultante, la navarra, que inundó Sevilla, y a otra, la del Madrid, más acostumbrada a vivir finales. El partido más bonito del año tiene un claro color rojillo en Sevilla.
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