El Sevilla resucita en Old Trafford y logra un empate in extremis en ocho minutos
Después de ser superados por el United, los andaluces igualan un 2-0 con dos goles en propia puerta en el tramo final y dejan abierto el pase a las semifinales
El Sevilla, el rey de la Liga Europa, ofreció un capítulo más y ciertamente inesperado en su idilio con su competición preferida. Después de que el Manchester United le superara en la primera mitad de manera amplia, el Sevilla igualó un 0-2 en contra en el tramo final del choque gracias a su fe, a lo mal que gestionó el United el segundo tiempo y a dos goles muy afortunados provocados por Navas y En-Nesyri, autores intelectuales de ese empate por bien que los t...
El Sevilla, el rey de la Liga Europa, ofreció un capítulo más y ciertamente inesperado en su idilio con su competición preferida. Después de que el Manchester United le superara en la primera mitad de manera amplia, el Sevilla igualó un 0-2 en contra en el tramo final del choque gracias a su fe, a lo mal que gestionó el United el segundo tiempo y a dos goles muy afortunados provocados por Navas y En-Nesyri, autores intelectuales de ese empate por bien que los tantos les fueran asignados a Malacia y a Maguire en propia puerta. El fútbol, algunas veces, ofrece situaciones que superan cualquier análisis. El Sevilla, un desastre en la primera mitad, escapó muy vivo de un estadio mítico como Old Trafford. Cuando lo tenía todo perdido tras haber sido superado de manera evidente, la mística que tiene este equipo en esta competición salió a relucir con un empate en el alargue que le da mucha vida. José Luis Mendilibar supo rectificar a tiempo su débil planteamiento en el primer acto y luego la fortuna le sonrió en los minutos finales. El United, que gozó de varias ocasiones con el 2-0, decidió pararse y esperar a un rival que parecía muerto. No contó con la épica de un equipo que siente como suya una competición en la que jamás se rinde.
Pintaba tan mal el partido para el Sevilla que todos daban por bueno el 2-0 del primer acto. Ahora, los andaluces, que están sufriendo muchísimo en la Liga, se traen un buen resultado para la vuelta, dentro de una semana y bajo el amparo de su gente en el Pizjuán. El United, un equipazo, no tuvo grandeza. Había eliminado con anterioridad al Barcelona y al Betis. Después de aplastar al Sevilla, se convirtió en un equipo muy conservador. Lo acabó pagando. Ten Hag quitó a sus mejores hombres y gestionó de manera nefasta un encuentro que tenía ganado. No contaba con la fortuna de su rival.
Un abismo separaba al United del Sevilla. Una distancia importante en lo futbolístico que Mendilibar decidió agrandar con una alineación de mucho riesgo en un escenario tan intimidante. Si el gran problema que ha expresado el Sevilla a lo largo de todo el curso es su debilidad defensiva, colocar a una zaga inédita con dos centrales como Nianzou y Marcao, que solo han jugado tres partidos juntos, era toda una invitación al ataque a un United de veloces transiciones e internadas muy verticales.
Sin muchos de sus titulares, quizás pensando más en el duelo de Liga ante el Valencia del próximo domingo, con uno y otro flirteando con el descenso, el primer tiempo fue un absoluto suplicio para un Sevilla superado por la fogosidad y las combinaciones de los red devils. Los locales, muy bien conducidos por Bruno Fernandes, superaron una y otra vez el sistema defensivo del Sevilla, con sus dos centrales siempre fuera de sitio y los medios defensivos como Fernando y Gudelj persiguiendo fantasmas. A los 30 segundos había marcado ya Sancho, pero el gol anulado por fuera de juego. A los 20 minutos, dos tantos de Sabitzer habían colocado ya un 2-0 inquietante en el marcador.
La posición del austriaco fue un enigma para el Sevilla. Incrustado como delantero centro, se marchó como quiso de Marcao para hacer el primer gol y entró en carrera solo tras un gran pase de Martial y anotar el segundo.
Los de Mendilibar, sin delantero centro, mostraban cierto peligro cuando asomaba al área del United. No obstante, su pésima organización en defensa y la ausencia de contundencia lo condenaban a los continuos contragolpes de los de Mánchester. El conjunto inglés, favorito para hacerse con el título, llegaba en masa al área andaluza. Casemiro pudo hacer el tercero y Bono salvó ante Sabitzer, convertido ya claramente en delantero. Todo, ante la mirada atónita de Mendilibar y los 700 sevillistas desplazados hasta Mánchester. Solo en la última jugada de la primera mitad, un remate de Nianzou a la salida de un saque de esquina fue muy bien despejado por De Gea. Varane salvó luego bajo palos. El Sevilla, al menos, solo perdía 2-0 al descanso.
El Sevilla ajustó líneas y mejoró en su rendimiento defensivo. Sus hombres se posicionaron mejor. Entre ese paso adelante y el carácter conservador del United, los andaluces se fueron metiendo en el choque. Nadie, no obstante, podía esperar la traca final: dos goles en ocho minutos. Un balón al área pequeña de Navas fue empujado hacia su portería por Malacia. Lisandro Martínez se lesionó cuando el United había hecho todos los cambios y el Sevilla insistió. Tuvo fortuna. Un remate hacia la nada de En-Nesyri fue tocado por Maguire y entró. Lo del Sevilla es increíble.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.