El Cádiz aprovecha la tarde negra del Betis

El Cádiz aprovechó una tarde negra del Betis, cuyos jugadores perdieron los nervios desde la expulsión de Canales en el minuto 38. Los locales acabaron con nueve futbolistas después de una segunda roja a Aitor Ruibal por golpear a Fali en el minuto 60. Los béticos pusieron una alfombra roja a un Cádiz que obtuvo tres puntos vitales en la pelea por la permanencia. El Betis, por su parte, se aleja de la lucha por la Champions después de los triunfos de la Real Sociedad y el Villarreal...

El Cádiz aprovechó una tarde negra del Betis, cuyos jugadores perdieron los nervios desde la expulsión de Canales en el minuto 38. Los locales acabaron con nueve futbolistas después de una segunda roja a Aitor Ruibal por golpear a Fali en el minuto 60. Los béticos pusieron una alfombra roja a un Cádiz que obtuvo tres puntos vitales en la pelea por la permanencia. El Betis, por su parte, se aleja de la lucha por la Champions después de los triunfos de la Real Sociedad y el Villarreal. Los de Manuel Pellegrini deben sacar una lección importante. Por más que las decisiones arbitrales puedan condicionar un partido, el control de las emociones es vital en el desarrollo de este deporte. Los futbolistas béticos, desquiciados y sin temple, entregaron el choque a un Cádiz que se defendió con orden y fue efectivo. Ahora, los de Sergio González tienen la zona de descenso a cuatro puntos después de obtener su primer triunfo en la Liga en el campo del Betis en toda su historia.

No hay partido en esta Liga, y más cuando llegan las jornadas decisivas, que esté exento de la polémica arbitral. El Betis se afanó durante toda la semana, hasta recurrir a la justicia ordinaria, para que Canales jugara ante el Cádiz por su suspensión de cuatro partidos. A los 38 minutos, Cuadra Fernández lo mandó al vestuario por un agarrón del cántabro a Sobrino en la mitad de su propio campo, siendo discutible que hubiera sido ocasión manifiesta de gol. Es cierto que Sobrino encaraba el área bética, pero también que Edgar podía llegar a molestar la carrera de Sobrino. Cuadra fue inflexible y el VAR no lo corrigió.

Puede tener sus razones el Betis para estar molesto por la decisión arbitral, producida también en un ambiente en el estadio bético bastante enervado por la sanción a Canales. Lo que también debería mirarse el equipo verdiblanco es por qué el Cádiz le superó en intensidad en la primera mitad para gozar de claras ocasiones de gol, una resuelta de manera excepcional por Ruiz Silva a disparo de Bongonda. Un Betis lento y sin llegada, que especuló demasiado con la necesidad de un Cádiz más intenso, que siempre llegó antes que su rival y que prácticamente no pasó por apuros a excepción de un remate de Miranda que salió rozando el palo de Gil.

Con el Villamarín convertido en una caldera, una falta de Alcaraz tocó en la mano de Miranda. Penalti claro que convirtió Alcaraz para hacer el 0-1. El Betis, entonces, ante tanta adversidad y errores propios, entregó el choque después de un doble error de Aitor Ruibal. Primero falló como último hombre en un pase en largo para que Ramos, en un contragolpe claro, hiciera el 0-2 entrando con el balón en la portería de Rui Silva. Luego, golpeó a Fali para ver una justa tarjeta roja. Fue el propio Pellegrini el que intervino para templar los ánimos de sus jugadores, absolutamente fuera del partido. Sacó a Miranda, que rozó también la expulsión, y metió a Joaquín para apaciguar los ánimos. El partido, en realidad, había ya acabado media hora antes del final, aunque no faltaron más errores locales, como el de Abner, que falló solo bajo palos de la meta visitante. Buen triunfo del Cádiz y jornada negra para un Betis primero alterado por el árbitro y luego por sus propios jugadores.

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