Frank Lampard afronta al Real Madrid con pesimismo
El técnico del Chelsea, que cobrará cinco millones por dos meses, debuta en Wolverhampton con derrota (1-0) antes de viajar al Bernabéu. El club de Londres valora el fichaje de Roberto Martínez entre una lista de siete candidatos
Las cicatrices del Chelsea son profundas. El devastador legado de Graham Potter no se cura en dos días. Es el tiempo que transcurrió el equipo en manos de su nuevo entrenador, Frank Lampard, antes de viajar a Wolverhampton a jugar su partido de Premier, este sábado. Perdió 1-0. Un disparo desde fuera del área de Matheus Luiz, pudo irse arriba o pegar en el palo, pero se metió por la escuadra. L...
Las cicatrices del Chelsea son profundas. El devastador legado de Graham Potter no se cura en dos días. Es el tiempo que transcurrió el equipo en manos de su nuevo entrenador, Frank Lampard, antes de viajar a Wolverhampton a jugar su partido de Premier, este sábado. Perdió 1-0. Un disparo desde fuera del área de Matheus Luiz, pudo irse arriba o pegar en el palo, pero se metió por la escuadra. La mala suerte se mezcla con la pésima gestión en un club agobiado por el pesimismo. Los miembros más veteranos de la junta directiva creen que el Madrid los eliminará de la Champions en la ronda de cuartos que les espera la semana que viene. “Somos como el Anzhi de Majachkalá”, bromean; “tenemos grandes jugadores pero nos falta equipo”.
El Anzhi, el club que hace una década montó y desmontó el magnate ruso Suleiman Kerimov, es una leyenda y una alegoría de la confusión que puede producir el dinero en el fútbol cuando no hay nada más. El fichaje de Lampard es el primer paso en la búsqueda de la estructura, el ritmo, el dinamismo, y el sentido de familia perdidos en Stamford Bridge. El proceso mediante el cual le contrataron contempla la situación provisional de un equipo herido y apremiado por la visita al Bernabéu del miércoles que viene.
El Chelsea eligió a Lampard sin demasiada convicción. Lo hizo el miércoles pasado por la tarde, después de que Zinedine Zidane no respondiera, Julian Nagelsmann dijera que quería tomarse un año sabático, Mauricio Pochettino diera síntomas de tener otros proyectos en mente, y Luis Enrique inspirara dudas en los representantes del presidente Todd Boehly con los que se entrevistó. Según fuentes del Chelsea que prefieren el anonimato, los dueños del club interpretaron que Luis Enrique quería tener poder en materia de contrataciones, y su excesiva proximidad con Iván de la Peña, su agente, no les resultó alentadora. El técnico español se mostró, eso sí, más entusiasmado que nadie por sentarse en el banquillo. Les apuntó que el equipo necesitaba refuerzos en ataque, y llegó a decir que él era el hombre ideal para dirigir la eliminatoria de Champions contra el Madrid, ya que él era “antimadridista”, estaba motivado, y sabía cómo conducir el doble duelo. Esto dejó estupefactos a los enviados del Chelsea, que apreciaron la energía y la convicción de Luis Enrique pero no tardaron en volver a llamar a Lampard. En un contacto previo, el veterano jugador blue ya les había advertido que él quería ser más que un entrenador interino.
El Chelsea se comprometió a pagarle cinco millones de euros netos por dos meses de trabajo como entrenador, un verdadero récord, y le aseguró que contemplaría su continuidad en el banquillo siempre y cuando lograra al menos alcanzar las semifinales de la Champions con honores y acabar entre los dos primeros de la Premier en la clasificación parcial de las nueve jornadas pendientes. De lo contrario, le prometieron formar parte de un triunvirato en la dirección deportiva con un sueldo imbatible en el mercado. Lampard aceptó.
En previsión de lo peor, el Chelsea ha puesto en marcha un plan para asegurarse la contratación de un entrenador que comience de cero a partir de la temporada que viene. La lista de candidatos contiene siete nombres, por orden de prioridades: Zinedine Zidane, Luciano Spalletti, Julian Nagelsmann, Mauricio Pochettino, Roberto Martínez, Luis Enrique y Antonio Conte. Una nueva ronda de contactos con todos ellos, directa o indirectamente, comenzará pronto. Según las personas implicadas en las operaciones, el Chelsea espera que Luis Enrique comprenda los particularismos del club en materia organizativa. Del mismo modo, aseguran que entenderían que el asturiano se sintiera ofendido por el rechazo inicial y prefiriera elegir otros destinos en el futuro. Según corre la voz en la Premier, y esto consta al club londinense, Luis Enrique está en las ternas de candidatos a ocupar banquillos como el del Tottenham o el City, en el caso de que Guardiola ponga fin a su estancia en Manchester.
Los asesores del Chelsea estiman que Lampard necesitará al menos dos meses para poner en funcionamiento lo que hoy es solo una estructura vacía. Sus decisiones estratégicas ante el Wolverhampton resultaron acertadas. Disponer un 4-3-3 y deshacer la defensa de cinco fue el primer paso. El segundo fue el despliegue de un mediocampo sólido con Enzo Fernández en el eje, verdadera base de rendimiento del equipo, y Gallagher y Kovacic como volantes.
“Necesitamos más agresividad, ser más competitivos, más rápidos”, dijo Lampard, muy sereno, tras el 1-0. “Hay mucho talento en la plantilla, lo he visto, pero necesito más tiempo. Aquí todos los jugadores han ganado Champions o Mundiales, o han jugado finales o semifinales de Champions o de Mundiales. No es un problema de calidad, sino de organización y de la convicción que viene después”.
Juicios desatinados
“Kanté no entró en la convocatoria porque necesita mejorar su forma física”, explicó, sobre la ausencia del interior francés. La cuestión genera gran interés en la directiva del Chelsea. Lo último que decretó Lampard en 2021, antes de ser despedido al cabo de su primera etapa, fue que Jorginho y Kanté eran dos jugadores accesorios, de relleno de plantilla, nunca estratégicos; y que Mason Mount, al que equiparaba con Iniesta, era su interior ideal. No fue casual que ese mismo año el Chelsea ganara la Champions haciéndose grande alrededor de Jorginho y Kanté, suplentes habituales con Lampard y titulares imprescindibles con Thomas Tuchel, su sucesor, que liberó a Mount a posiciones de atacante, nunca de administrador.
El recuerdo del criterio desatinado de Lampard pesa como una tonelada en la conciencia de los viejos directivos del club de Londres. Lo primero que hicieron cuando se reunieron con él a lo largo de esta semana, para convencerle de que regresara, fue que no podía cometer los mismos errores de juicio en el mediocampo. Fundamentalmente, no debía superpoblar la zona ancha de mediaspuntas como Mount, Pulisic o Kovacic olvidando que ahí deben jugar los especialistas en la gestión de la defensa y del ataque. “Iniesta”, recordó un técnico que asesora al club desde hace décadas; “bajaba diez veces por partido a cerrar ataques rivales en su área. ¡Mount jamás hizo eso!”.
Frank Lampard ha escuchado las críticas con humildad. Dos años más tarde y muchas humillaciones después, el hombre ha vuelto a su casa. A sus 44 años, es posible que haya aprendido. Por delante tiene un trabajo ingente. La eliminatoria contra el Madrid es apenas una fracción en la gran tarta de problemas del Chelsea.
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