El Barcelona se coge el día de fiesta en Milán

El equipo azulgrana, ya clasificado para la ronda previa de la Final Four de la Euroliga, pierde la tensión y el encuentro ante un rival más atinado

Sanli, pívot del Barcelona.Ramón de la Rocha (EFE)

Asegurada ya la plaza para la eliminatoria previa que da el salvoconducto a la Final Four, también la condición del factor cancha a su favor, el Barcelona compareció en Milán pero decidió cogerse el día de fiesta. No le interesó el duelo ni la batalla, tampoco el desenlace que señaló al Olimpia Milano como vencedor. Era un mal menor para los azulgrana y un caramelo insulso para los italianos, equipo configurado para el éxito pero ya apeado de las rondas decisivas de la Euroliga. No ocurre lo mismo con el Madrid, que superó ayer al Bayern (79-67), y está por ver qué sucede con el Baskoni...

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Asegurada ya la plaza para la eliminatoria previa que da el salvoconducto a la Final Four, también la condición del factor cancha a su favor, el Barcelona compareció en Milán pero decidió cogerse el día de fiesta. No le interesó el duelo ni la batalla, tampoco el desenlace que señaló al Olimpia Milano como vencedor. Era un mal menor para los azulgrana y un caramelo insulso para los italianos, equipo configurado para el éxito pero ya apeado de las rondas decisivas de la Euroliga. No ocurre lo mismo con el Madrid, que superó ayer al Bayern (79-67), y está por ver qué sucede con el Baskonia, que se mantiene en la pelea tras superar también ayer al Villeurbanne con un festín ofensivo al estilo NBA (120-100), bola extra que jugará en la última jornada ante el líder Olympiacos en el Pireo. Un choque de traca.

Nada que ver con lo sucedido en el Mediolanum Forum, donde Melli abrió el telón con un triple de esos que levantan al espectador del asiento, de lejos y limpio, bienvenida al Barça y órdago para Mirotic porque siempre hay quien quiere destronarle. En esta ocasión se medía con un cuatro de características similares y muñeca engrasada y, por una vez, el azulgrana pareció atorarse porque erró en sus tres primeros lanzamientos además de sumar una pérdida, un inicio de encuentro de lo más chirriante para alguien que no puede tener días de asueto por su salario y, claro, su nivel. Pero ni él ni el Barça estaban por la labor en la ciudad de la moda.

Al contrario que en los últimos encuentros, la segunda unidad azulgrana estaba atrofiada. No aparecieron los postreros protagonistas que se unían a la partitura coral. Ora Sanli, después de estar a la sombra de Vesely por tiempo y capaz en Milán de ganar la batalla física ante Voigtmann, un pívot que no le sienta bien la piel de pívot; ora Tobey, afinado en el lanzamiento por más que siga poniéndole pegas a la refriega en el parquet; y ora Kuric, que parecía desterrado del equipo y que ahora coge color y forma desde el perímetro —pocos francotiradores como él— con la ligera lesión de Kalinic, el enchufador que se enchufa en el mejor de los momentos, ya con el tramo final del curso a la vuelta de la esquina. Pero ninguno daba el callo en Milan (acaso Kuric con sus triples), tampoco Jasikevicius o Higgins. Y se evidenció que sin Mirotic no hay edén que valga porque el rival, catapultado por la dirección de Baron y la puntería de Napier y Melli, entusiasmado también por el ritmo plomizo, las posesiones que rozaban el límite y el tanteo escuálido, descosió al Barcelona.

Hervía mal humor Jasikevicius desde el banquillo, habitual gruñón con pizarra. “Estamos jugando sin tensión y sin físico, como si el partido no importara”, se lamentaba el técnico con acidez tras el entreacto. Pero el Barça no aceleraba ni se expresaba con Mirotic —acaso una pedrada que no tocó ni aro—, solo aliñado por un Laprovittola que calentó banquillo rápido por acumulación de faltas, todo enredos para el equipo. Así, sin chicha ni tensión, hasta Jasikevicius entendió la situación, pues dio minutos a Paulí y a Da Silva, habituales espectadores. Como lo fue el Barça en Milán.

E. ARMANI MILÁN, 84 – BARCELONA, 76

Emporio Armani Milan: Napier (18), Baron (12), Melli (11), Shields (5) y Voigtmann (5) —quinteto inicial—; Brandon Davies (8), Pangos (3), Ricci (10), Hall (0), Hines (10) y Datome (2).

Barcelona: Satoransky (2), Laprovittola (12), Kuric (17), Mirotic (11) y Sanli (0) —quinteto inicial—; Da Silva (2), Paulí (0), Vesely (9), Abrines (3), Higgins (6), Tobey (12) y Jokubaitis (2).

Parciales: 18-21, 21-15, 19-12 y 26-28.

Árbitros: Ilija Belosevic (Serbia), Matej Boltauzer (Eslovenia) y Gytis Vilius (Lituania).

Mediolanum Forum. Unos 9.000 espectadores.

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