Roglic contra Evenepoel, el sabio contra el chico de oro
El esloveno, recuperado de su operación de hombro, se bate con Evenepoel en la Volta a Catalunya, reedición de la Vuelta y paso previo al Giro
Dolido por una aparatosa caída en la pasada Vuelta a España, que le hizo bajarse de la bicicleta antes de tiempo, Primoz Roglic, de 33 años y uno de los líderes del Jumbo-Visma, pasó la pena y la rabia —acusó a Fred Wright (Bahrain) de meterle la rueda por detrás para que se diera de bruces con el asfalto— tumbado en el sofá de casa. Tenía magulladuras y un dolor en el hombro que no remitía. “No podía soportarlo y ape...
Dolido por una aparatosa caída en la pasada Vuelta a España, que le hizo bajarse de la bicicleta antes de tiempo, Primoz Roglic, de 33 años y uno de los líderes del Jumbo-Visma, pasó la pena y la rabia —acusó a Fred Wright (Bahrain) de meterle la rueda por detrás para que se diera de bruces con el asfalto— tumbado en el sofá de casa. Tenía magulladuras y un dolor en el hombro que no remitía. “No podía soportarlo y apenas podía dormir, por lo que no había otra solución que no fuera una operación. No sé cómo será mi temporada y no tiene sentido decir en qué carreras participaré”, resolvió entonces el tres veces ganador de la Vuelta, que pasó por el quirófano el 10 de octubre. “Fue una pena que no pudiera continuar en la carretera”, deslizaba a muchos kilómetros de allí Remco Evenepoel, de 22 años, cabecilla del Quick-Step, vencedor de esa Vuelta que le resaltó como uno de los mejores, después adornada por el maillot arcoíris del campeón del mundo, laureles que le llevaron a ganar el Velo d’Or (galardón que es como el Balón de Oro pero para los ciclistas). Pasados los meses, se volverán a encontrar en la Volta a Catalunya —carrera de una semana que comienza este lunes—, toda una pelea de gallos que es el paso previo al Giro de Italia, la fecha en rojo marcada para este curso por los dos ciclistas.
Con el brazo en cabestrillo alrededor de siete semanas, Roglic se pasó casi tres meses sin poder rodar, por más que sí hacía bicicleta estática una hora al día. Pero el esloveno respondió de maravilla y acortó plazos, feliz por poder hacer la pretemporada en el Teide (Tenerife) junto con 11 compañeros. “Vimos que estaba listo antes de lo previsto y no había razón para alargar la espera. Cuando Laporte enfermó, lo cambiamos por Affini en la París-Niza, lo que liberó un lugar para la Tirreno”, reflejan desde el equipo Jumbo, ya instalado en Sant Feliu de Guíxols para comenzar la Volta. Y aunque Roglic advirtió de que solo acudía a la cita para ponerse en forma, pronto explicó lo contrario, ganador de tres etapas y de la general. “Cada año te vuelves más viejo y más sabio. Esto me confirma que voy por el buen camino, pero todavía no estoy donde quiero”, expuso Roglic, que ahora encara la Volta, una de las dos competiciones grandes de una semana que le resta por vencer (además de la Vuelta a Suiza), ya en el bolsillo París-Niza, Tirreno-Adriático, Itzulia, Tour de Romandía y Dauphine. En el pelotón estará Evenepoel.
El belga, que también padeció un grave percance en 2020 al precipitarse por un puente en el Giro de Lombardía 2020, eclosionó el año pasado para explicar que tanto le da correr grandes clásicas, vueltas de tres semanas, Mundial… Una fuerza indomable. Algo que volvió a demostrar, por ejemplo, al ganar el UAE Tour en febrero después de una puesta a punto en San Juan (Argentina). “El equipo está muy bien. No tengo dudas con mis compañeros y estamos preparados para competir. Además, yo estoy en gran forma y tengo buenas sensaciones, me he preparado bien”, aclaró este domingo Evenepoel en una rueda de prensa on-line. Así lo demostró en la última subida al Teide —acudió con sus compañeros Jan Hirt y Louis Vervaeke— que registró con la aplicación Strava; fulminó el récord de la ascensión, superando a otros fenómenos como Froome, Indurain, Supermán López… “No significa nada. Son ejercicios para entrenar. No es nada especial”, convino Evenepoel; “lo importante es la competición, estoy confiado”. Más en España.
Resulta que el belga ha logrado ocho de sus 37 victorias de etapa en España (la Klasikoa, la vuelta a Burgos, Comunitat Valenciana y Vuelta), donde también se ha instalado a vivir con su esposa, ya por tierras alicantinas. Ahora toca la Volta y luego sus carreras favoritas, la Lieja-Bastoña-Lieja y el Giro. Ahí estará Primoz. “Roglic no tiene miedo. Quiere tomar riesgos para ganar tiempo y lo da todo en cualquier final, ya sea en muros, en montaña o incluso en esprints llanos. Puede sacar tiempo en cualquier sitio”, señala Evenepoel, que, sin embargo, asegura que hay 10 ó 15 corredores en el pelotón que pueden ganarles. Mundo aparte, claro, Vingegaard (Jumbo) y Pogacar (UAE), los otros animales sobre las dos ruedas, los que aspiran al Tour.
En la 102ª edición de la Volta —cuenta con tres etapas de montaña— estarán otras primeras espadas como Carapaz (EF), Bernal (Ineos), Hindley (Bora) y Almeida (UAE). “Evenepoel no me sorprendió en la Vuelta, ya sabía que era muy bueno. Estaba preparado para el duelo pero la caída...”, remarcó Roglic tras la retirada. Ahora sigue el duelo.
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