El gran salto de Mikel Arteta, cabeza visible de un Arsenal “de autor”
Los técnicos que le trataron intentan explicar la repentina evolución del entrenador que lidera la Premier después de tres temporadas de tropiezos
Hasta tres veces debatió el consejo de administración del Arsenal la destitución de Mikel Arteta. Fichado por el club del norte de Londres en diciembre de 2019, el entrenador guipuzcoano atravesó un largo desierto. Durante casi dos años y medio, su labor resultó agónica. Dos octavos y un quinto puesto en tres temporadas sucesivas de la Premier le empujaron al borde del finiquito después de que la directiva le proporcionara una inversión en fichajes de más de 300 millones de euros. El club, qu...
Hasta tres veces debatió el consejo de administración del Arsenal la destitución de Mikel Arteta. Fichado por el club del norte de Londres en diciembre de 2019, el entrenador guipuzcoano atravesó un largo desierto. Durante casi dos años y medio, su labor resultó agónica. Dos octavos y un quinto puesto en tres temporadas sucesivas de la Premier le empujaron al borde del finiquito después de que la directiva le proporcionara una inversión en fichajes de más de 300 millones de euros. El club, que hasta 2016 jamás había caído por debajo de la cuarta plaza en lo que va de siglo, no se acomodaba a las medianías. Este verano la suerte y la estrategia de Arteta comenzaron a cambiar. Las causas no se conocen. El resultado, sí. Hoy el Arsenal, tras inyectar otros 150 millones en nuevas contrataciones, no solo es el líder de la Premier. Es, junto con el Nápoles, el Manchester City y el Bayern, el equipo de referencia en Europa por su juego dinámico y vanguardista.
La imagen más visible de la revuelta no la proyectan los jugadores, jóvenes en su mayoría, sino el pálido Arteta y sus repentinas metamorfosis: del hieratismo al histrionismo gritando consignas desde el banquillo. “¡Hoy lo veo muy excitado!”, dice Luis Fernández, el hombre que, siendo entrenador del PSG, se convirtió en el primer jefe de Arteta en el fútbol profesional, cuando le fichó en el año 2000. “Como jugador era un pivote muy tranquilo. Lo hacía todo con facilidad. Ahora lo veo en la banda con su pasión, poniéndose nervioso de vez en cuando, viviendo el partido. Y veo a su equipo jugar muy bien. ¡Me encanta!”.
Mikel Arteta Amatriain (San Sebastián, 40 años) acompañaba a Pep Guardiola como asistente en el Manchester City cuando le llamó el Arsenal para debutar como primer entrenador. Le recibió una plantilla opulenta y contrastada. Destacaban Özil, Pepé, Lacazette, Kolasinac, Aubameyang, Xhaka, Bellerín, Willian, David Luiz, Leno, Torreira, Mkhitaryan, Chambers, Mustafi y Papastathopoulos. Casi todos titulares, pasarían por una criba implacable. Todos, de entre una lista que sobrepasó los 30 futbolistas, fueron vendidos, prestados o despedidos, menos Xhaka.
“Aprendió de Pep”
“Mikel vio cosas que no le gustaron”, explica Luis Fernández. “A veces los futbolistas llegan a cierta edad y por más que tengan un gran potencial no quieren hacer los esfuerzos que hicieron en años pasados. Ya no pueden hacer esas carreras que les pide el entrenador cuando se recupera un balón, cuando hay que ir a buscarlo, cuando hay que volver, cuando hay que repetir los ejercicios. No basta con hacerlo un partido. Tienes que hacerlo todos los domingos. Y en los entrenamientos. Mikel ha sabido componer un grupo de trabajo fenomenal”.
La limpia no tuvo precedentes. El club, propiedad del empresario estadounidense Stan Kroenke, respaldó al entrenador novato a lo largo de dos años de resultados irregulares y extraños planteamientos tácticos, generalmente muy defensivos, considerando el currículum del técnico. Jugaba con cinco defensas y, sin balón, replegaba como los conjuntos más conservadores. Si tenían que pegar pelotazos los pegaban.
“Hacía otras cosas porque se encontró un equipo que no era el suyo”, explica Domènec Torrent, que antes de dirigir al Flamengo y al Galatasaray compartió con Arteta la labor de asistir a Guardiola en el cuerpo técnico del City. “A lo mejor tenía seis centrales y no los necesitaba, o tres nueves y a él le gustaba uno que viniera a recibir y fuera al espacio como Gabriel Jesús. Él hizo su equipo. Muchos se creen que un equipo se hace en cinco meses. ¡Es imposible! Los jugadores tienen contratos que no puedes rescindir. Si a él no le gustaba Aubameyang o Lacazette era por algo. Este año tiene a su equipo: ha recuperado a Odegaard, Martinelli es una bomba, vemos la mejor versión de Saliba y Magalhaes, dos centrales que eran casi desconocidos, ha cambiado al portero, y ahora es el equipo de Mikel. Se lo dije en un mensaje: Equipo de autor”.
“La primera vez que no ganamos nada con Pep fue nuestro primer año en el City”, recuerda Torrent. “¿Por qué? Teníamos a seis o siete jugadores de más de 32 años. No era el equipo de Pep. Nos clasificamos terceros. El segundo año hicimos 100 puntos, récord absoluto. Estaba Mikel y estaba yo. Es lo que hay. Es muy difícil que el entrenador se imponga en equipos grandes. Mikel ha dicho: ‘a todos estos no los quiero, quiero gente joven, que los voy a hacer yo como jugadores y me van a seguir a muerte con mis ideas’. Esto ha sido mucho mérito de Mikel, pero también del Arsenal. Si apostaron por Mikel al cabo de dos años sin ganar nada es porque algo vieron en él, en los entrenamientos, en cómo llevaba el grupo, en su personalidad”.
”Se la jugaba este año”
Los fichajes de Gabriel Jesús y Zinchenko, ambos procedentes del City en el pasado verano, inyectaron al Arsenal una energía desconocida. También activaron la maquinaria de un orden basado en el 4-3-3. “Como entrenador, él tiene rasgos que emocionan y arrastran a los jóvenes”, señala Juanma Lillo, sucesor de Arteta en el banquillo del City. “Él no terminó de encajar con jugadores más veteranos que no estaban tan dispuestos a hacer determinadas cosas. Aunque las hacían, no las hacían con el corazón con que las hacen estos chavalines. El Arsenal ha juntado un equipo que se ha fortalecido con los dos más chicos del City, que son Zinchenko y Gabriel Jesús, más un hombre como Jorginho. Jóvenes, apasionados, entusiastas, en dirección a una forma de jugar que invita al atrevimiento y a mirar a la portería contraria. Si luego ganas y ganas… ¡Eso invita a más!”.
“Pep es un genio”, zanja Torrent, cuando le sugieren que el modelo que ha puesto al Arsenal en órbita esta temporada replica el 4-3-3 que afina Guardiola desde hace 15 años. “Mikel ha aprendido de Pep porque ya le gustaba mucho el estilo. Con diez años menos que Pep, con las ganas que tiene, es una bomba. Lo va a querer fichar media Europa pero él es muy inteligente: sabe que en ningún sitio estaría mejor que en el Arsenal. Ahí es el líder absoluto. ¿Sabes lo importante que es que cuando te digan: ‘tienes que fichar a éste…’, tú digas ‘no’, y los dueños lo acepten, o te traigan al que tú pides? Eso lo pueden hacer cuatro o cinco entrenadores en el mundo, no más”.
“Mikel ha tenido tiempo”, concluye Torrent. “Claro que si quedaba octavo este año lo habrían echado. Él sabía que se la jugaba. Le ha salido bien y da gusto ver a su equipo jugar”.
Luis Fernández se regocija pensando en su amigo: “Un día fui a ver un entrenamiento del City de Guardiola y el que lo dirigía era Mikel. Me gustó mucho. Desde ese día dije: ‘Éste, un día será entrenador de fútbol”.
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