Araujo hace mejor a Pedri en otro triunfo del Barcelona
Los azulgrana, líderes con 11 puntos de ventaja, se agarran a una buena defensa para hacer valer un gol del tinerfeño ante un estéril Villarreal
La marcha triunfal del Barça pasó por Villareal con la misma solvencia y también con el mismo agobio que en la mayoría de los campos del campeonato si se exceptúa el Bernabéu. También los protagonistas fueron los de siempre si se tiene en cuenta que Araujo defendió como un jabato el delicado gol de Pedri. La historia de cada jornada porque ya son 11 victorias en 2023, tantas como puntos le sacan los azulgrana al Madrid, y 16 partidos sin encajar un gol en...
La marcha triunfal del Barça pasó por Villareal con la misma solvencia y también con el mismo agobio que en la mayoría de los campos del campeonato si se exceptúa el Bernabéu. También los protagonistas fueron los de siempre si se tiene en cuenta que Araujo defendió como un jabato el delicado gol de Pedri. La historia de cada jornada porque ya son 11 victorias en 2023, tantas como puntos le sacan los azulgrana al Madrid, y 16 partidos sin encajar un gol en la Liga. A veces llega el juego y en ocasiones el deseo cuando no mezclan ambos en el equipo del 1-0. El Barcelona rebosa confianza y se siente seguro desde la conquista de la Supercopa.
El partido empezó con una ocasión franca de Lewandowski. El remate del polaco fue rechazado por Reina después de una asistencia de Pedri. La línea de pase depende más que nunca del tinerfeño en ausencia de Busquets. Aunque la fórmula de los cuatro centrocampistas ya es innegociable para Xavi cuando enfrenta a rivales exigentes como el Villarreal, la mecánica de juego no es la misma cuando no está el capitán y más si le sustituye Kessié. La dependencia de Pedri aumenta de la misma manera que son más decisivos los movimientos de Gavi y la profundidad de Balde en el despliegue asimétrico del Barcelona.
Xavi reprendió precisamente de salida a Gavi por no saber leer una transición del Barça. El interior andaluz choca, compite, recupera, chuta, asiente y aprende de la finura de Pedri. El canario decidió acabar también la jugada rápida y precisa empezada antes de intercambiar los papeles con Lewandowski. Koundé anticipó ante Baena y el balón llegó hasta Pedri después de intervenir De Jong y Raphinha. El interior tiró la pared con el polaco, controló el cuero y remató a la red de la portería de Reina. Arrimado al área, Pedri suma cuatro goles —siete en total— en los últimos siete partidos, más productivo que nunca, bien conectado con Frenkie De Jong.
A Quique Setién no le sirvió de nada sacrificar a un delantero —Chukwueze— para ganar un medio —Coquelin— en un intento de disputar la posesión de la pelota a los azulgrana a partir de un 4-4-2. Coquelin se lesionó gravemente ya con 0-1 en el marcador y el técnico cántabro recurrió a Chukwueze. El delantero nigeriano agitó el ataque hasta sacar de punto a Araujo y el Villarreal encimó al Barcelona. El juego profundo y la velocidad de balón decrecieron en el bando barcelonista, animado por las conducciones liberadoras de De Jong, y se alcanzó el descanso con una oportunidad fallida de Morales.
El Villarreal tiene dificultades para marcar goles y es menos equipo sin el desequilibrante Gerard Moreno. Nunca renuncia, sin embargo, al balón y obligó al Barcelona a poner los cinco sentidos en la defensa del área de Ter Stegen. Los azulgrana perdieron el control del partido, faltos de fluidez y de sentido asociativo, y se entregaron a un intercambio de golpes después de mostrar sus debilidades en los dos flancos, enfrentado por los atacantes del Villarreal. Atacaban los muchachos de Setién y contragolpeaban los de Xavi. Los groguets no encontraban la meta de Ter Stegen y los azulgrana echaban en falta el remate terminal de Lewandowski.
Las salidas del Barça eran muy cortas y demasiado barrocas, sin continuidad por las reiteradas pérdidas, mientras que la ofensiva del Villarreal resultaba tan intensa como inofensiva, sin mordiente, en una contienda muy abierta en La Cerámica. La incertidumbre favoreció el cuerpo a cuerpo y la reiteración de faltas ante una hinchada expectante y crítica con el desconcertante arbitraje de Hernández Hernández. Los escorzos de Araujo acostumbran a ser tan frecuentes que necesariamente evocan cada vez más a la figura de Puyol.
Los azulgrana no supieron rematar el partido y se vieron asediados en el tramo final incluso por Reina. El portero acudió a rematar el último córner sin éxito ante un líder que supo sufrir sin que apenas tuviera que intervenir Ter Stegen. Nadie rentabiliza mejor el 1-0 que el Barça.
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