El Tottenham deja seco al Manchester City
El equipo londinense resquebrajó el plan de Guardiola, que dejó de inicio a De Bruyne en el banquillo y no consiguió activar a Haaland
Pep Guardiola imaginó un partido y sucedió otro. Se atasca el Manchester City, que encadena dos derrotas consecutivas a domicilio y deja pasar la oportunidad de acercarse al Arsenal en la clasificación. Cayó el campeón de la Premier (1-0) en el norte de Londres ante un Tottenham de lo más resultón. Por primera vez en lo que va de temporada, los Spurs vencieron a un rival que les precede en la clasificación. Lo hicieron a tiempo para mantenerse en la carrera por la c...
Pep Guardiola imaginó un partido y sucedió otro. Se atasca el Manchester City, que encadena dos derrotas consecutivas a domicilio y deja pasar la oportunidad de acercarse al Arsenal en la clasificación. Cayó el campeón de la Premier (1-0) en el norte de Londres ante un Tottenham de lo más resultón. Por primera vez en lo que va de temporada, los Spurs vencieron a un rival que les precede en la clasificación. Lo hicieron a tiempo para mantenerse en la carrera por la cuarta plaza y mantener su estatus como equipo de la Liga de Campeones. Ahora es quinto a un punto del Newcastle, inesperado invitado a la fiesta. Más arriba todo sigue igual. El Arsenal, con un partido menos, distancia en cinco puntos al City. En el horizonte llega el primer duelo entre ambos, el próximo día 15.
Todo empezó con Kevin de Bruyne en el banquillo, un suceso extraordinario. “Razones tácticas”, explicó Guardiola al final. Con el resultado en la mano existe un argumento para criticar a su entrenador, que quiso pegada y se encontró un calvario. Guardiola buscó atajos, juntó a Julián Álvarez y Erling Haaland en el mismo once, pero le negaron los caminos hacia esa doble delantera a la que flanqueaban en los costados Mahrez y Grealish, dos de los favoritos del técnico en los últimos tiempos. En la medular se armó con Rodri y con Rico Lewis, el chico de 18 años al que cocinan en el City para operar en el rol de lateral-centrocampista con el que hizo fortuna João Cancelo, ahora cedido en el Bayern. Bernardo Silva operaba como bisagra. El plan no funcionó. El Tottenham se acomodó sin mayores problemas y se hizo más fuerte incluso cuando poco antes del cuarto de hora de partido Kane castigó un error de Rodri en la salida del balón. No fue el mejor partido del mediocentro de la selección española.
Kane festejó un gol con sabor especial, el número 200 en la Premier, el 267 en su carrera con el Tottenham para convertirse en el máximo goleador de la historia del club, por delante del mítico Jimmy Greaves, un campeón del mundo. “Ha sido mágico”, refirió Kane al final del partido. Su alegría contrastaba con el abatimiento de Haaland, que se fue sin rematar ni una vez a gol y, lo que resulta más alucinante, sin tocar bola en una sola ocasión en el área rival. “Haaland es único. De repente no marca y ya hay preguntas sobre si jugamos mejor con él, pero no escuché a nadie decir eso cuando el otro día marcó su gol número 25 en lo que va de temporada”, zanjó Kyle Walker, uno de los pesos pesados del vestuario del City.
El Tottenham tenía la baja de su entrenador Antonio Conte, que convalece de una operación quirúrgica de vesícula. Fue un equipo pétreo que se cerró con el paso de los minutos y alternó periodos de sosiego con momentos de zozobra. Mahrez le pudo hacer daño al filo del descanso con un remate que se fue al larguero. Y cuando Guardiola llamó a Kevin de Bruyne se acostaron aún más sobre su área. “Buscaba último pase”, explicó el técnico. Pero ese pase no llegó. Julián Álvarez, que tuvo más participación que Haaland, oteó la igualada en una acción de pizarra que se fue cerca del palo con todos los spurs bajo el larguero.
Parece cosa de brujas, quizás la explicación sea más racional. El City se atasca cuando visita el nuevo estadio del Tottenham, al que ha acudido ya en cinco ocasiones y no solo perdió en todas sino que ni siquiera ha marcado gol. “Encontrar una explicación no es fácil”, resumió Guardiola.
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