Una vuelta de campeonato con el sostén del Camp Nou
El Barcelona suma por sexta vez 50 o más puntos en el ecuador de la Liga
El Barça ha completado una primera vuelta de mucho mérito si se tiene en cuenta la situación de quiebra económica del club y la dificultad de armar una plantilla competitiva después de la partida en verano de 2021 de Messi. “Hablamos mucho de las deudas y poco de una situación futbolística igualmente mala”, advierten desde la Ciudad Deportiva. “Todavía se está en la fase de reconstrucción y de ahí la satisfacción del vestuario po...
El Barça ha completado una primera vuelta de mucho mérito si se tiene en cuenta la situación de quiebra económica del club y la dificultad de armar una plantilla competitiva después de la partida en verano de 2021 de Messi. “Hablamos mucho de las deudas y poco de una situación futbolística igualmente mala”, advierten desde la Ciudad Deportiva. “Todavía se está en la fase de reconstrucción y de ahí la satisfacción del vestuario por la marcha en la Liga y el título de la Supercopa”.
Los azulgrana han sumado 50 puntos sobre 57, 16 partidos ganados de 19, después de perder en el Bernabéu y ceder dos empates en el Camp Nou contra el Rayo y el Espanyol. Los triunfos en campos tan exigentes como el de la Real Sociedad, Atlético, Sevilla, Osasuna o Betis refuerzan a efectos numéricos el liderato del Barça. No es en cualquier caso una cifra récord si se tiene en cuenta que los barcelonistas han sumado 50 puntos o más en cinco temporadas anteriores: 2010-2019: 50; 2010-2011: 52. 2012-2013: 55, 2013-2014: 50 y 2017-2018: 51.
En cuatro de esas cinco ocasiones, Guardiola (dos veces), Tito Vilanova, que alcanzó los 100 puntos, y Valverde, acabaron por ganar la Liga. La excepción fue en 2013-2014 Tata Martino. El Barça perdió el campeonato cuando empató en el estadio contra el campeón Atlético. Los jugadores rojiblancos salieron aplaudidos del Camp Nou por una hinchada a la que mayoritariamente no le acababa de gustar el juego del Barça.
No sorprendió que el técnico argentino renunciara a continuar después de ser calificado de intruso por no aplicar el estilo de juego implantado en los tiempos del dream team de Cruyff. Martino se sintió víctima de un entorno que de alguna manera asumía que el Barça no era merecedor del título de Liga. Aquella inercia condenó al Barça y favoreció al Atlético. “Tu suerte depende de si el público sopla para que el balón entre o para que salga de la portería”, recuerda Charly Rexach.
El factor campo es hoy el mejor aliado del equipo de Xavi. La hinchada se ha puesto decididamente de parte del equipo incluso después de la eliminación de la Champions. La media de espectadores supera los 70.000. La afición sabe que la viabilidad del club depende del éxito de los jugadores y por tanto la militancia se impone al escepticismo o incluso al absentismo sin reparar en la obra de gobierno del presidente Laporta ni debatir tampoco sobre las dudas que haya generado durante un tiempo el plan de Xavi.
Los partidos con el Madrid
Barça se corrigió después del 3-1 del Bernabéu y se liberó con 1-3 de la Supercopa. Los dos partidos contra el Madrid fueron claves para Xavi. El técnico dio con una fórmula que respeta el ideario azulgrana por el protagonismo de los centrocampistas con independencia del dibujo —un 4-4-2 o un 4-3-3. El encaje de Frenkie de Jong en la base en lugar de actuar como interior, más importante en la conducción y la ruptura de líneas, ha favorecido el funcionamiento de un equipo que mantiene el equilibrio con Busquets y en ataque entrega a sus volantes Pedri y Gavi.
Xavi ha ganado un cuarto volante que ataca por las bandas a cambio de perder a uno de los dos extremos por los que apostaba —Dembélé y Raphinha. “No se renuncia al cómo ganar porque que es la mejor vía para la victoria”, sostienen en el Camp Nou. “No olvidamos, sin embargo, que cada partido es como una final”, reiteran en el Barça.
El rol de cada jugador ha empezado a quedar definido desde el asentamiento de Christensen, la recuperación de Araujo y la disposición de Koundé a jugar de lateral derecho mientras en el izquierdo Balde desbancó de la titularidad con su profundidad y velocidad a Alba. Afirmada la defensa, la delantera gira sobre Lewandowski. El polaco es el Pichichi con 14 goles de la misma manera que Ter Stegen lidera el Zamora con siete goles encajados, cifra que evoca los tiempos de Liaño, portero del Deportivo, cuando únicamente le marcaron seis en el curso 1993-1994.
Los azulgrana se han acostumbrado a ganar los partidos por la mínima —así ha ocurrido con los últimos cuatro de Liga y el de Copa ante la Real— sin olvidar que precisan “ser más agresivos de cara al gol, tener más precisión en el último pase, generar más ocasiones, chutar”, como reconoce Xavi. Únicamente uno de sus 39 goles ha sido desde fuera del área y lo marcó Lewandowski al Villarreal.
La mejora es progresiva si se tiene en cuenta que el Barça derrotó al Betis con dos jugadas a balón parado y que el repliegue funcionó mejor que nunca porque el equipo fue más compacto y jugó como una unidad en el Villamarín. El desafío es que el fútbol tenga la misma continuidad que los números y sumar jugadores a la causa para favorecer las rotaciones y atemperar las posibles lesiones como la de Dembélé. “Hemos demostrado que no todo es teoría sino que se puede poner en práctica lo que se dice por más que el cómo no salga siempre”, defienden en la Ciudad Deportiva Joan Gamper.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.