El Madrid no piensa

Los blancos son un equipo desgastado, fuera de punto y con problemas para lo más importante que hay en el fútbol: tener ideas, al menos una

Karim Benzema, con Luka Modric en frente, saca de centro tras uno de los goles del Barcelona, este domingo en Riad. Foto: GIUSEPPE CACACE (AFP) | Vídeo: EFE

Un día al actor John Krasinski le asaltó una fan en un bar y estaba hablando con ella cuando una amiga de la chica, que no conocía al actor, le metió a Krasinski los dedos en la boca. Se quedaron los tres paralizados, y la chica, aturdida, echó a correr. Lo contó Krasinski en una entrevista en la que relató otro caso: una mujer, conduciendo un coche a muy poca velocidad, vio a George Clooney y se bajó del auto en marcha persiguiéndolo: “¡George, George!”. Varias personas echaron a correr detrás del coche, y una consiguió meterse dentro y frenarlo; cuando se giró, vio que detrás había un bebé. ...

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Un día al actor John Krasinski le asaltó una fan en un bar y estaba hablando con ella cuando una amiga de la chica, que no conocía al actor, le metió a Krasinski los dedos en la boca. Se quedaron los tres paralizados, y la chica, aturdida, echó a correr. Lo contó Krasinski en una entrevista en la que relató otro caso: una mujer, conduciendo un coche a muy poca velocidad, vio a George Clooney y se bajó del auto en marcha persiguiéndolo: “¡George, George!”. Varias personas echaron a correr detrás del coche, y una consiguió meterse dentro y frenarlo; cuando se giró, vio que detrás había un bebé. “Fíjate si será famoso ese tipo”, resumió Krasinski, que ponía los dos ejemplos como un fenómeno de desconexión cerebral que comparó a un ordenador quemado, ese momento del ser humano en el que la máquina se gripa por completo unos segundos.

Si la entrevista Krasinski la diese mañana podría añadir el que se convertiría en ejemplo canónico: el Real Madrid con el balón en su campo, intentando sacarlo jugado y regalando goles, no solo contra el Barcelona en la final de la Supercopa sino en cuanto partido se lo proponga. Y también con algo en la parte trasera del coche: una temporada que, a estas alturas y con este ritmo endiablado de desenchufe, amenaza con quebrar. Equipo desgastado, fuera de punto y con problemas para lo más importante que hay en el fútbol, pensar. Pensar corriendo con el balón, pensar haciéndolo correr, pensar cuando lo tiene el contrario; el Madrid no piensa, está quemado, y el buenrollismo de vestuario y técnico quizá esté provocando que jugadores intocables, necesitados de descanso y terapia sigan saliendo al campo como si nada con las piernas y la cabeza a kilómetros de distancia.

El Barcelona pasó por encima de un náufrago. Nada grave si, como el 0-4 del año pasado en el Bernabéu, que al menos no provocó la pérdida de un título, el Madrid se lo toma de manera anécdotica y sigue faenando en marea alta esperando a Moby Dick. Pero no es el primer partido, ni el segundo ni el tercero que los blancos, desde noviembre, se marcan de esta guisa. Vinicius solo no puede con todo, y no será porque no lo intenta. El Madrid repite errores, hay un patrón de juego reconocible que le ha hecho perder ya la Supercopa española y el liderato de la Liga. La imagen da igual: la imagen se puede recuperar en primavera. Lo que no da igual es el estado depresivo de un equipo que, creíamos, jugaba los últimos partidos en modo semivoluntario de pachanga playera y resulta que es porque no da. Lo mejor que le puede pasar es que esta final sea la bengala de salvamento.

Los jugadores del Barcelona, Ousmane Dembele y Gavi, celebran la victoria.AHMED YOSRI (REUTERS)
Los jugadores del Barcelona celebran el tercer gol del partido anotado por Pedri.AHMED YOSRI (REUTERS)
El jugador del Barcelona, Pedri, celebra el tercer gol de su equipo durante la final de la Supercopa.AHMED YOSRI (REUTERS)
El defensor brasileño del Real Madrid, Eder Militao, lucha por el balón con el delantero polaco del Barcelona, ​​Robert Lewandowski, durante el partido.GIUSEPPE CACACE (AFP)
Luka Modric y Karim Benzema se lamentan tras un gol del Barcelona durante la final de la Supercopa.GIUSEPPE CACACE (AFP)
El centrocampista español de Barcelona Gavi celebra tras marcar el primer gol de su equipo durante la final.GIUSEPPE CACACE (AFP)
Gavi, del Barcelona, anota el primer gol de su equipo durante la final de la Supercopa de España ante el Real Madrid.GIUSEPPE CACACE (AFP)
El delantero del FC Barcelona, Robert Lewandowski, celebra el gol de su equipo ante el portero del Real Madrid, Thibaut Courtois.Juan Carlos Cárdenas (EFE)
El centrocampista del Barcelona Frenkie de Jong chuta ante el defensa del Real Madrid Éder Militão durante la final de la Supercopa.Juan Carlos Cárdenas (EFE)
El entrenador del Barcelona, ​​Xavi, da instrucciones a sus jugadores durante la final.GIUSEPPE CACACE (AFP)
Ousmane Dembélé, delantero del FC Barcelona, se escapa con el balón en una acción del partido.Juan Carlos Cárdenas (EFE)
El delantero del FC Barcelona Robert Lewandowski pelea un balón con el defensa del Real Madrid Antonio Rüdiger, durante el partido de la final de la Supercopa de España.Juan Carlos Cárdenas (EFE)
El defensa francés del Barcelona Jules Kounde pasa el balón ante la presión de Karim Benzema, durante la final.GIUSEPPE CACACE (AFP)
El jugador del Barcelona Frenkie de Jong pasa el balón ante Federico Valverde, del Real Madrid, durante el parido.Hussein Malla (AP)
El entrenador italiano del Real Madrid, Carlo Ancelotti, golpea el balón durante el partido. GIUSEPPE CACACE (AFP)
El delantero francés del Real Madrid Karim Benzema controla el balón en una acción del partido.FAYEZ NURELDINE (AFP)
El defensa uruguayo del FC Barcelona Ronald Araújo trata de hacerse con la posesión del balón, en una jugada del partido.Juan Carlos Cárdenas (EFE)

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