El Real Madrid sale líder de la trampa del Alba Berlín
El conjunto de Chus Mateo logra su 13ª victoria de la temporada ante un rival (77-84) que estuvo a punto de remontar 19 puntos
El Real Madrid sale de la doble cita en la Euroliga de esta semana invicto y encumbrado como el líder en solitario de la clasificación, a la espera de lo que haga este viernes el Barcelona. Los de Chus Mateo lograron su 13ª victoria de la temporada ante el Alba Berlín (77-84) en un partido trampa que parecía resuelto para los blancos antes del descanso, pero que acabó con los dos equipos con opciones de llevarse la victoria en la recta final. Después de gozar de 19 puntos de ve...
El Real Madrid sale de la doble cita en la Euroliga de esta semana invicto y encumbrado como el líder en solitario de la clasificación, a la espera de lo que haga este viernes el Barcelona. Los de Chus Mateo lograron su 13ª victoria de la temporada ante el Alba Berlín (77-84) en un partido trampa que parecía resuelto para los blancos antes del descanso, pero que acabó con los dos equipos con opciones de llevarse la victoria en la recta final. Después de gozar de 19 puntos de ventaja, el Madrid dejó que el Alba se colocara a solo una canasta de lograr el empate en el último cuarto (64-66), pero un gran Musa apareció para despertar a su equipo y sellar un triunfo que casi se les escapa entre las manos.
Los de Chus Mateo cayeron en una trampa de la que ya estaban avisados. Hace solo dos días, el Estrella Roja les levantó 13 puntos y pusieron a los blancos contra las cuerdas en Belgrado. El Alba Berlín, uno de los equipos más atractivos de la Euroliga, sabía que los blancos no siempre aciertan a la hora de gestionar la ventaja y tendrían su oportunidad si esperaban su momento. Con un juego ágil y muchos triples, volvieron de la tumba y estuvieron a punto de darle un revolcón al Real Madrid, que volvió a mostrar su mejor versión después de verle de nuevo las orejas al lobo.
El Madrid comenzó en modo apisonadora, con Sergio Rodríguez a los mandos. El base canario (seis puntos y cuatro asistencias) fue de más a menos pero dejó un registro histórico, superando los 3.500 puntos en la Euroliga, el sexto máximo anotador de la historia del torneo. Causeur metió el primer estirón con dos triples seguidos para poner el +9 (10-19) y el Alba no encontraba la manera de entrar a canasta, negado en los tiros de dos (solo encestó uno hasta mediado el segundo cuarto). El Madrid se lo pasaba en grande defendiendo a un rival sobrexcitado, al que manejaban en los dos lados de la pista. Un nuevo triple del Chacho abrió la que parecía una brecha insalvable de +19 (15-34) en un parcial de salida del segundo cuarto de 11-2 para los blancos.
La tropa de Israel González no daba muestras de reacción, colgado de los triples de Jaleen Smith. El escolta era el único elemento que se escapaba del control del Madrid, autor de cuatro triples en la primera parte. Su empuje contagió al equipo y la grada, que apretó las tuercas para llegar con vida al descanso (35-46). El Madrid había perdido su inercia aunque aún conservaba una notable ventaja y el Alba se aprovechó de ese exceso de confianza de los blancos. Los recursos desde el perímetro metieron a los teutones de nuevo en el partido. Tres triples seguidos de Maodo Lo, Mattisseck y Delow les pusieron a 5 puntos de la remontada (57-62) mientras que el Madrid capeaba a duras penas el temporal.
De nuevo, al igual que en Belgrado, el Madrid visualizaba el abismo de la remontada, que estuvo a un pelo de consumarse en el inicio del último cuarto. Un nuevo triple de Blatt puso el 64-66, la menor distancia desde los primeros minutos del partido. El Madrid necesitaba reaccionar y encontró a su agitador preferido en esta semana de Euroliga: Dzanan Musa. El bosnio pasó desapercibido durante la primera parte pero se puso la capa de héroe en los minutos finales, liderando la defensa y el ataque de su equipo, anotando 9 de sus 15 puntos en el último parcial. Su acierto devolvió la ventaja de +10 (67-75) tras varios momentos de apuro, aunque el Madrid no cantó victoria hasta que Llull se sacó una de sus mandarinas estratosféricas para poner la guinda al partido (74-84) a 30 segundos del final.
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