La guerra devuelve a casa a Alba Torrens
La alero, ganadora de seis Euroligas y capitana de España, habla sobre su regreso a la Liga tras ocho años en Rusia
Se fue de España con 22 años, campeona de la Euroliga con el Salamanca y nombrada mejor jugadora de Europa. Y ha vuelto a casa con 33, después de tres temporadas en el Galatasaray y ocho en el Ekaterimburgo, el gigante ruso, y con seis coronas de campeona europea. Alba Torrens (Benissalem, Mallorca; 1989) fichó el pasado verano por el Valencia Basket y cerró un ciclo majestuoso en Rusia en medio del ruido por la guerra con Ucra...
Se fue de España con 22 años, campeona de la Euroliga con el Salamanca y nombrada mejor jugadora de Europa. Y ha vuelto a casa con 33, después de tres temporadas en el Galatasaray y ocho en el Ekaterimburgo, el gigante ruso, y con seis coronas de campeona europea. Alba Torrens (Benissalem, Mallorca; 1989) fichó el pasado verano por el Valencia Basket y cerró un ciclo majestuoso en Rusia en medio del ruido por la guerra con Ucrania. Esta tarde (17.00, Teledeporte) capitanea a la selección española contra Hungría en Huelva después de vencer el jueves a Islandia por 120-54 (nueve puntos de Torrens). Una victoria del grupo de Miguel Méndez dejaría a la selección a un dedo de la clasificación para el Eurobasket de 2023 tras perderse el último Mundial.
“Ha sido mucho tiempo fuera, en que he estado muy bien, y ahora es la vuelta a casa después de 11 años”, cuenta Torrens durante la concentración de España. La alero (1,91m) regresa con la camiseta llena de galones: otra Euroliga con el Galatasaray, cuatro con el Ekaterimburgo y un nuevo galardón a mejor jugadora de Europa en 2014. “Sentí que era el momento de volver. He estado muy a gusto en Rusia, si no, no hubiera seguido tantos años. Mi experiencia ha sido muy buena. He compartido equipo con las mejores jugadoras del mundo y en un club que ha apostado mucho por el baloncesto femenino. La parte humana es la que queda. Estuve con personas maravillosas que me dieron la bienvenida a Rusia. Pero con la situación actual, cuando estalló la guerra, tuve que replantearme cosas y decidí volver, con la tristeza por dejar lo que había sido mi lugar durante tanto tiempo”, revive la mallorquina.
Las bombas también cayeron en la pista. Los equipos rusos fueron excluidos de la Euroliga (la competición femenina depende de la FIBA), y muchas estrellas hicieron la maleta. “Si no es por la guerra, puede que hubiera permanecido más tiempo. Pero ese fue el momento y mi realidad. Quién sabe qué hubiera pasado”, explica Alba. Su destino fue el Valencia Basket, un club que en abril de 2021 ganó la Eurocup y que este viernes anunció un presupuesto récord de 2,5 millones de euros para esta temporada. “Es un equipo que estos últimos años ha hecho las cosas muy bien. En muy poco tiempo se ha situado en la élite nacional, ha ganado la Eurocup... Es un proyecto muy ilusionante por lo que vienen haciendo y por lo que plantean, con una mentalidad de ir poco a poco, con paciencia, apostando por las jugadoras jóvenes de la cantera. Yo intento sumar a ese objetivo de seguir creciendo, de competir a buen nivel en la Liga y con la ilusión del primer año en la Euroliga. También importa estar cerca de casa, compartir estos momentos con mi gente”, afirma la alero. El Valencia es tercero en su grupo de la Euroliga y cuarto en la Liga Endesa.
Torrens llegó al baloncesto de rebote. Hija de un futbolista de Tercera División, de niña solo pensaba en el fútbol hasta que un profesor del colegio le convenció de probar con la canasta. Así comenzó una carrera que la llevó a debutar en la selección con 18 años en los Juegos de Pekín 2008. Desde entonces, son 183 partidos de rojo y ocho medallas, entre ellas los oros europeos de 2013 y 2017, la plata mundial en 2014 y la olímpica en 2016. Una racha de éxitos que España vio truncada al quedarse fuera del pasado Mundial. La reconquista comienza con la actual fase de clasificación para el siguiente Eurobasket, con Torrens como capitana y líder después de la retirada de Laia Palau, que sigue en la selección como jefa de equipo, ya al otro lado de la línea de banda. “Del año pasado me quedo con que no conseguimos los resultados que queríamos, pero el equipo compitió contra los mejores en el Europeo y los Juegos. La línea entre ganar y perder es muy fina. Muchos partidos estuvieron muy igualados, igual que cuando ganábamos. La cosa va de trabajar, prepararse, mirar al día a día. Nuestra fuerza ha de ser competir. Y ser conscientes de lo difícil que es estar arriba”, apunta Alba.
La campeona que se fue y que ha vuelto también mira al futuro a sus 33 años. “Voy temporada a temporada. Intento ser lo más honesta conmigo misma para serlo también con los demás”. El suyo es el palmarés más brillante en la Liga y en la selección, pero Torrens aparca el pasado y las copas. “Es el ahora. En el Valencia soy la pieza nueva del puzle. Debo buscar dónde colocarme y cómo. No lo entiendo de otra manera que tener humildad. Importa cómo puedo ayudar, integrar mi juego dentro del equipo para que funcione. No soy la misma persona que se fue. Somos cambios. Y en Rusia aprendí a tener diferentes roles. A veces fue difícil, porque lo había hecho menos y debía aprenderlo. No siempre puedes ayudar de la misma manera, no siempre estás arriba”.
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