La grieta del Barcelona
La posible eliminación del conjunto azulgrana de la Champions deja señalados a los capitanes y tocado a Xavi, además de debilitar la marca y el prestigio de la entidad
En el palco del Barcelona el clima era de rabia. “Ahora no vamos a Madrid”, le soltó un directivo azulgrana a otro, nada más terminar el duelo ante el Inter en el Camp Nou el pasado miércoles (3-3). La sensación entre los líderes de la junta azulgrana no era que el cuadro de Simone Inzaghi había dejado tocado al Barça en la Champions. Era, simplemente, que los italianos habían desnudado las miserias de un grupo en el que no terminan de confiar.
Los primeros a los que la directiva puso en el...
En el palco del Barcelona el clima era de rabia. “Ahora no vamos a Madrid”, le soltó un directivo azulgrana a otro, nada más terminar el duelo ante el Inter en el Camp Nou el pasado miércoles (3-3). La sensación entre los líderes de la junta azulgrana no era que el cuadro de Simone Inzaghi había dejado tocado al Barça en la Champions. Era, simplemente, que los italianos habían desnudado las miserias de un grupo en el que no terminan de confiar.
Los primeros a los que la directiva puso en el disparadero fueron los capitanes. “Bueno, Sergi Roberto se salva”, subrayan en la junta del Barcelona. No es casual que disculpen al futbolista de Reus, ya que su último contrato lo renovó a la baja. En la última asamblea de socios compromisarios, el presidente, Joan Laporta, recordó la difícil situación del área económica para cuadrar la descontrolada masa salarial: 656 millones, un 77% de los ingresos ordinarios (856). La UEFA recomienda no pasar del 70%. “Hemos intentado hablar con distintos jugadores para que se bajaran el salario, pero no salió. No solamente no se produjo, sino que hemos tenido nosotros que avalar 10 millones [para la inscripción de Koundé]. Si se hubiese producido la rebaja no hubiera sido necesario ese aval”, expuso el presidente frente a los socios. Los sueldos de Piqué, Alba y Busquets repercuten en cerca de 120 millones en la masa salarial. El director de fútbol azulgrana, Mateu Alemany, dejó claro lo que piensa: “Queremos que desaparezcan esos contratos”. Mientras el contrato de Busquets expira en 2023, los de Alba y Piqué se extienden hasta 2024.
Ocurre, en cualquier caso, que no solo en la directiva miran con recelo a los capitanes. Busquets, hasta ahora intocable en el once, quedó en el disparadero tras el empate ante el Inter. “A Xavi le gusta un pivote posicional”, defendían desde el área deportiva azulgrana. Pero una pifia del mediocentro se tradujo en el segundo gol del cuadro italiano. “Es un error que no puede suceder en el fútbol de élite”, se quejó Xavi, que cambió a Busquets por De Jong justo después del tanto de Lautaro Martínez. “Sabemos cómo funciona este club. Cuando las cosas no van bien se mira a los veteranos. Nada de qué preocuparse. Nada nuevo”, sostienen desde el entorno del pivote.
A Jordi Alba el club lo puso en el mercado hasta el último día de la venta de verano. De hecho, hasta se filtró una supuesta oferta del Inter que desde el entorno del jugador se desmintió. El caso es que el lateral tiene competencia en el lateral izquierdo (Marcos Alonso y Balde) y juega poco con Xavi: 382 minutos de los 1.080 que lleva el cuadro azulgrana en la temporada, el 35% del tiempo.
La situación de Piqué es la más delicada. En el cierre de la temporada pasada, Xavi le explicó que no contaba con él para su proyecto. “Gerard debería tomarse sus palabras más en serio”, se queja un miembro de la junta. En 2020, tras la catastrófica derrota ante el Bayern en Lisboa, el central expuso: “Yo soy el primero que me ofrezco. Si me tengo que ir para que venga sangre nueva, me voy”. Un año después, en una entrevista a este periódico, remarcó: “No aceptaré retirarme siendo suplente”. Sin embargo, cuando Xavi le abrió la puerta de salida, Piqué, según TV3, le contestó: “Si tienes narices, trae al mejor central del mundo, que vendrá para ser suplente”. Con Koundé, Araujo y Christensen en la enfermería, el central saltó al campo ante el Inter. Su partido se convirtió en un meme en las redes sociales, señalado en el primer y en el tercer gol del cuadro de Milán.
Xavi no anduvo con rodeos para realizar su análisis del partido. “La primera parte fue excelente. En la segunda parte, comenzaron los errores puntuales”, expuso en la sala de prensa. La observación de Xavi no llamó la atención de la directiva. Sí, en cambio, agudizó un pensamiento que se expande en los despachos del Camp Nou. “Cero autocrítica”, se quejan desde el área deportiva. “No hay plan b. Solo hay un discurso y un plan. En el momento en que hay algo que se tuerce, nada cambia”, añaden las mismas fuentes.
Este jueves, Xavi habló con su plantilla. El mensaje fue claro, sobre todo optimista. “Podemos hacer una gran temporada”, les recordó. El Barça es el líder de la Liga y el técnico confía en recuperar el nivel previo al parón de selecciones que dejó al equipo con un saldo de cinco futbolistas lesionados (a los tres centrales se les sumaron Bellerín, en un entrenamiento en Barcelona, y Memphis. De Jong se recuperó). “Este calendario de octubre es ridículo para nosotros”, se queja un futbolista azulgrana. Al Barça, en cualquier caso, le quedan ocho partidos antes del parón por el Mundial. “Ahora toca ir a por todo”, insisten en la Ciudad Deportiva. En la Champions, se necesita un milagro para seguir, pero el Barça no quiere perder el pulso con el Madrid. “Por lo deportivo, por supuesto, pero también por lo económico”, recuerda un miembro de la junta.
El Barcelona tenía presupuestado alcanzar los cuartos de final en la Champions. Los azulgrana, según lo planeado, dejarán de recibir 20,2 millones si no alcanzan esa meta. Sin embargo, Eduard Romeu, vicepresidente económico del Barça, aseguró que, en el balance de la temporada pasada, el costo neto de haberse quedado fuera de la Champions se cifró en 12 millones. “Hay que descontarles los gastos”, dijo. Lo que sí está claro es que el valor de la marca Barça se resquebraja cuando el primer equipo se olvida de la lucha por la Orejona. “Hay dos cuestiones”, explican desde el área de marca del club. “Una es la objetiva. Las audiencias de la Champions no son las mismas que las de la Europa League. Te deja de ver gente”, explican. Y añaden: “El otro tema es el del prestigio. Un año no pasa nada, pero cuando se repite es un problema. Para los aficionados del mundo dejas de pertenecer a la élite mundial”.
La virtual eliminación de la Champions League abre la grieta en el Barça, la económica y también la deportiva. Xavi ya trabaja para rescatar a la plantilla. “Vamos a por la Liga”, les dijo a sus jugadores. El domingo visitan el Santiago Bernabéu.
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