Las palancas de Laporta no se activan en la Champions para el Barcelona

Los fichajes del club azulgrana, simbolizados en la adquisición de Lewandowski y la renovación de Dembélé, destacan en España al tiempo que se apagan en Europa

Robert Lewandowski pelea el balón con Stefan de Vrij en el duelo entre el Inter y el Barcelona.Antonio Calanni (AP)

La angustia del Barcelona en la Champions se agudiza temporada tras temporada. Desde que tocó el techo de Europa en Berlín 2015, el equipo azulgrana salta de golpe tras golpe, sin remediar si en el campo manda la MSN (Messi, Suárez y Neymar), Messi solo o Lewandowski. Tampoco importa si en el banquillo se sienta Luis Enrique, Valverde, Setién, Koeman o Xavi Hernández. Tras el fiasco de la campaña pasada, cuando el Barça descendió a la Europa League -”Me da rabia escuchar la música de la Champions...

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La angustia del Barcelona en la Champions se agudiza temporada tras temporada. Desde que tocó el techo de Europa en Berlín 2015, el equipo azulgrana salta de golpe tras golpe, sin remediar si en el campo manda la MSN (Messi, Suárez y Neymar), Messi solo o Lewandowski. Tampoco importa si en el banquillo se sienta Luis Enrique, Valverde, Setién, Koeman o Xavi Hernández. Tras el fiasco de la campaña pasada, cuando el Barça descendió a la Europa League -”Me da rabia escuchar la música de la Champions y no estar ahí”, se quejaba Xavi-, la junta directiva de Joan Laporta miró los activos del club para potenciar la plantilla del primer equipo - “Palancas financieras”, según el presidente. El Barça vendió el 25% de los derechos de televisión y el 49% de Barça Studios e invirtió cerca de 170 millones de euros para fichar a Raphinha, Koundé y Lewandowski. Una maniobra económica que, además, le permitió aumentar la masa salarial para inscribir a los cuatro jugadores que llegaron a coste cero (Christensen, Kessie, Bellerín y Marcos Alonso), más firmar la complicada renovación de Dembélé.

Con el dinero en la plantilla, la directiva miró a Xavi. “Ahora depende del entrenador”, aseguraban desde los despachos. Y el Barça volvió a lo más alto de la tabla en la Liga después de 91 jornadas; en la Champions, sin embargo, los fichajes no arrancan. Koundé pasó inadvertido en Múnich y, lesionado, estuvo ausente en Milán. Raphinha, por su parte, tiene sus estadísticas en cero (no ha marcado ni asistido) después de 125 minutos disputados. El caso más llamativo es el de Lewandowski. El polaco, fichaje franquicia de Laporta, arrasa en la Liga -nueve goles- y amagó con estirar su racha goleadora en la Champions después de su triplete ante el Viktoria Plzen en el Camp Nou. Pero en las dos salidas más ásperas de la campaña -Bayern e Inter-, el delantero no dijo ni pío.

Este martes, frente al conjunto de Simone Inzaghi, el polaco sumó 30 intervenciones. Fue el cuarto azulgrana que menos tocó el balón, solo tres veces más que el portero Ter Stegen (27). Se fue de San Siro con un solo remate, sin consecuencias para Onana. El entramado defensivo del Inter le quitó protagonismo a Lewandowski al mismo tiempo que se lo entregó a Dembélé. “Al final, era intentar encontrar por fuera”, analizó Xavi. El problema, para el Barça de Xavi, es que Dembélé solo generó tres ocasiones por las 38 pérdidas de balón que firmó. “Nos ha faltado tener ese talento y último pase, la toma de decisión correcta... para tomar la decisión correcta. Podíamos haber chutado más desde fuera del área. Una pena”, amplió el preparador del Barcelona.

Dembélé fue el cuarto jugador del Barcelona que más veces tocó la pelota ante el Inter (100), por detrás de Sergi Roberto (120), Eric García y Pedri (108). Un dato que llama la atención si se lo compara con las intervenciones de Busquets (68) y Gavi (41). El Barça se olvidó de cocinar el fútbol en la medular y se entregó a la inspiración de Dembélé, que andaba con las musas de excursión en el estadio de San Siro.

En la otra banda, ni la profundidad de Marcos Alonso ni la incorporación de Raphinha “al cuadrado” de Xavi en la medular asustaron al Inter. Mucho menos, Ansu Fati, que cuando saltó al campo solo tocó 15 balones, solo cinco más que Kessié, todavía perdido en el ecosistema azulgrana. Y si el ataque del Barça sufre para prosperar en Europa, la defensa no para de sumar efectivos a la enfermería. Ante el Inter cayó Christensen -esguince en el tobillo izquierdo-, que se suma a Koundé, Araujo y Bellerín.

El Barça se mete en un lío en la Champions después de cerrar la primera vuelta de la zona de grupos. “Nos quedan tres finales”, anunció Xavi en referencia a los partidos ante el Inter y el Bayern Barcelona y el de Viktoria Plzen en República Checa. Un agobio deportivo y económico. La Orejona le podría reportar 52 millones a las arcas azulgranas en caso de conquistarla (9,6 millones por pasar a octavos, 10,6 por estar en cuartos, 12,5 por llegar a semifinales, 15,5 por ser finalista y 4,5 al campeón). Y, el Barça, si de algo no anda sobrado es de dinero, ahora también parece que de fútbol. Al menos, en Europa, donde no se activan las palancas de Laporta.

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