España se pierde en las esquinas
Los goles de Suiza, ambos a la salida de un córner, exhiben el punto débil que Luis Enrique intenta reforzar
Al mediodía, las angostas callejuelas del Tubo de Zaragoza reflejaban el hervor de los 19 años que la selección española llevaba sin pisar la capital maña. Las terrazas teñidas de rojo anticiparon el graderío repleto que lució La Romareda. Allí, a pie de grada, Luis Enrique firmaba autógrafos y chocaba las palmas con chiquillos deslumbrados que ansiaban el inicio del encuentro. Para este, el seleccionador español eligió jugar sin un nueve de referencia. Repitió la fórmula de la semifinal de la ...
Al mediodía, las angostas callejuelas del Tubo de Zaragoza reflejaban el hervor de los 19 años que la selección española llevaba sin pisar la capital maña. Las terrazas teñidas de rojo anticiparon el graderío repleto que lució La Romareda. Allí, a pie de grada, Luis Enrique firmaba autógrafos y chocaba las palmas con chiquillos deslumbrados que ansiaban el inicio del encuentro. Para este, el seleccionador español eligió jugar sin un nueve de referencia. Repitió la fórmula de la semifinal de la Eurocopa con Italia en Wembley y alineó a tres extremos, Ferran Torres, a la derecha, Sarabia, a la izquierda y Marco Asensio como nueve mentiroso.
Nada que ver en el primer tiempo con aquel partido que desplegaron Oyarzabal, Dani Olmo y el propio Ferrán en Londres. Anoche, por primera vez en los 17 encuentros de la Liga de Naciones que ha disputado, España se quedó sin rematar a puerta. En las pocas ocasiones que Ferran y Sarabia lograron centrar no había un rematador puro. Tampoco se asomaron Pedri y Gavi desde la segunda línea. La estadística de la inoperancia ofensiva de la Roja desveló a una selección chata y abrió el debate de si tres jugadores que nos son titulares en sus equipos tienen la chispa suficiente para desarmar a una selección tan bien cosida atrás como Suiza con dos armarios de centrales como son Akanji y Elvedi Los cánticos de La Romareda reclamando a Borja Iglesias también confirmaban el desierto ofensivo español.
De la nulidad de esa delantera, el foco pasó a la endeblez defensiva en las jugadas a balón parado. Parte del trabajo de Luis Enrique en su afán por perfeccionar al equipo ha estado encaminado a mejorar la defensa de los centros laterales. Su intención era reforzar las marcas activas y las anticipaciones ante algunos problemas que había detectado. El gol de Akanji hizo saltar por los aires las consignas del preparador asturiano. El central del City se impuso primero en el cuerpeo para ganar la posición y después se elevó con facilidad por encima de Azpilicueta para picar la pelota con frentazo. El rebote rápido y alto superó la estirada de Unai Simón.
El mismo problema se atisbó en los cuatro siguientes saques de esquina que lanzó Suiza casi de seguido. La pelota se paseaba por las inmediaciones de la frontal del área pequeña sin que ni Unai Simón ni Eric García, ni Pau Torres se impusieran. Tiene aún trabajo el preparador asturiano por lo que se apreció también en el segundo gol de Suiza. De nuevo fue Akanji el que rompió la defensa mixta española en los saques de esquina. Le hicieron un bloqueo y arrancó desde el segundo palo para anticiparse en el primero. Su toque con el interior lo acabó empujando Embolo sobre la raya de gol.
“No recuerdo tantos fallos técnicos de tantos jugadores”
El tanto fue un varapalo para España porque acababa de empatar con el único gran destello que ofreció Marco Asensio, con un giro y una conducción corajudas para asistir a Jordi Alba. Con todo, Luis Enrique limpió a la hora de juego a la tripleta de ataque por la que había apostado. La grada recibió en pie a Borja Iglesias y le dio calor al también debutante Nico Williams, ya son 31 con Luis Enrique, y a Yeremi Pino. El “sí se puede” inundó el ambiente mientras una manta de agua obligaba a los aficionados a taparse con las banderas la cabeza. Luis Enrique, en pie, se mostró más activo y vehemente en sus gestos que en el primer tiempo. España acabó con Unai Simón subiendo a rematar el último saque de esquina. Justo el lance en el que perdió España el partido. La segunda vez que cae derrotada en su historia ante Suiza. La otra fue en el primer partido de la fase del Mundial de Sudáfrica. También significó la primera derrota de España desde noviembre de 2018 cuando cayó en Sevilla ante Inglaterra.
El tropiezo obliga a España a ganar en Portugal si quiere meterse en la fase final de la Liga de Naciones que se disputa en junio de 2023. Y exigirá a un Luis Enrique más afinado. Anoche debió sentir que sus futbolistas necesitaban un refuerzo. Acudió al centro del campo a animarlos y a despedirse de una hinchada que, 19 años después, vivió una derrota. “Lo hemos intentado hasta el final, ellos se cierran bien, pero hemos tenido ocasiones de sobra para empatar”, explicaba el debutante Borja Iglesias.
Luis Enrique señaló a sus atacantes por las imprecisiones de la primera parte. “No recuerdo tantos fallos técnicos de tantos jugadores como en la primera parte”, lamentó al acabar el partido.
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