El camaleónico Rodrygo también cumple de Benzema
Ancelotti elogia la inteligencia del brasileño para adaptarse y suplir con éxito al francés en los partidos más comprometidos
Poco antes de que se cumpliera la primera media hora del Celtic-Real Madrid, Karim Benzema se agachó a palparse la rodilla derecha, y al madridismo casi se le corta la respiración. Si hay un futbolista en el Real Madrid sin recambio natural, es el francés.
El club exploró el mercado en verano por si identificaba un recambio, pero sin excesiva convicción. Se tanteó contratar a Gabriel Jesús, muy del gusto de Ancelotti, pero la llegada del brasileño requería que Vinicius J...
Poco antes de que se cumpliera la primera media hora del Celtic-Real Madrid, Karim Benzema se agachó a palparse la rodilla derecha, y al madridismo casi se le corta la respiración. Si hay un futbolista en el Real Madrid sin recambio natural, es el francés.
El club exploró el mercado en verano por si identificaba un recambio, pero sin excesiva convicción. Se tanteó contratar a Gabriel Jesús, muy del gusto de Ancelotti, pero la llegada del brasileño requería que Vinicius Jr. obtuviera antes la nacionalidad española, un trámite atascado desde la pandemia. Se completó el 2 de septiembre, al día siguiente del cierre del mercado. El entrenador contemplaba inquieto la posibilidad de una lesión de Benzema, pero en los despachos se repetía que bastaba con Rodrygo, que había explotado en las remontadas de la Champions.
Sin embargo, era una incógnita cómo respondería si llegaba la temida baja del francés. Sucedió, y el Madrid ha superado airoso el trance de su primera ausencia, como resumió Ancelotti después de apuntarse el domingo en el derbi Metropolitano su novena victoria del curso en nueve partidos: “La plantilla es muy competitiva, también si no está Karim, que puede ser el jugador más importante de esta plantilla”. Sin él, han marcado 11 goles en cuatro partidos.
El italiano tenía en mente la solución de Rodrygo desde la temporada pasada, y lo ubicó brevemente en esa posición. Se trataba del futbolista al que más condiciones veía para ese hueco, incluso cuando todavía contaba con Jovic, además de Mariano y Hazard.
De hecho, antes de llegar a Rodrygo, Ancelotti, extremadamente respetuoso de las jerarquías, hubo de pasar por el belga. Cuando Benzema se lesionó en Glasgow, en su lugar entró el siete, mientras algunas personas del entorno del brasileño se sorprendían por la elección. Tres días antes, después de anotar el gol de la victoria contra el Betis (2-1), Rodrygo había declarado su mayoría de edad: “Sé que tengo todo para ser titular”, dijo. Ancelotti coincidió con él: “Su aprendizaje ha terminado. Es un jugador del Real Madrid a todos los efectos”. Y pareció desvelar su visión para cuando faltara el francés: “Es un delantero especial. Puede jugar en todas las posiciones. Es rápido e inteligente sin balón, y eficaz en el uno contra uno”.
La capacidad de adaptación de Rodrygo ha contribuido de manera decisiva a que el brasileño se haya ido abriendo un hueco en el Real Madrid. Siempre se encontró más cómodo jugando por la izquierda. Cuando se cruzó con Jorge Sampaoli en su último año en el Santos y el argentino lo situó en la derecha, pasó un periodo de disgusto. Pero esa polivalencia, y las exigencias del técnico para que ayudara en defensa, le dieron rédito cuando aterrizó en Valdebebas y se encontró con Zidane.
El domingo, después del derbi, Ancelotti también elogió esa ductilidad: “Rodrygo es inteligente, se desmarca bien, tiene mucha calidad, puede jugar en todas las posiciones. No está tan acostumbrado a jugar de delantero, pero es inteligente y aprende rápido”. El italiano lo percibió pronto cuando la temporada pasada comenzó a explorar posibilidades para suplir al francés.
Además de la inteligencia que mencionó el técnico, a Rodrygo le ha ayudado a ocupar con éxito el hueco de Benzema el plan de progresión física ejecutado desde que llegó al Madrid. De manera coordinada con el club, su preparador personal, Marcel Duarte, ha ido dotando al futbolista de mayor estabilidad y resistencia al choque, tratando al mismo tiempo de que no pierda chispa. Desde que el brasileño llegó a Madrid, ha ganado alrededor de siete kilos. El cambio le ha resultado especialmente útil estos días en los que ha jugado de nueve, lo que hizo como titular en los dos encuentros más comprometidos, contra el Leipzig en la Champions, y contra el Atlético en la Liga. Más peso supone más estabilidad al cuerpear para recibir de espaldas y descargar, por ejemplo.
Rodrygo ha cumplido con éxito en ese apartado, además de aportar opciones al ataque con carreras a la espalda de la defensa, como la que terminó en su 0-1 en el Metropolitano, después de una asistencia de Aurelién Tchouameni. Aunque no fue la única ocasión en la que conquistó ese espacio a la carrera, conjugando velocidad y cuerpo.
Sin embargo, pese a la progresión y al reconocimiento de Ancelotti después del partido contra el Betis, cuando Benzema cayó en Glasgow, a quien llamó el italiano fue a Hazard, que además se desenvolvió con cierta soltura cuando se abrieron espacios, y marcó el 0-3. Eso le llevó a ponerlo de inicio cinco días más tarde contra el Mallorca en el Bernabéu. Ahí el belga se vio más superado, y llegó por fin el momento Rodrygo, que acumula tres goles y dos asistencias, casi un tanto cada 90 minutos.
“Lo único que ha cambiado es que la temporada pasada metí goles al final y ahora empecé metiendo”, dijo el domingo. Estaba feliz por las cifras, pero también por haber ayudado al equipo a llegar sin Benzema al parón de selecciones: “Es imposible sustituir a Karim, pero lo intento. Creo que lo estoy haciendo bien. Es una función nueva porque muchas veces no tengo que hacer lo que hacía Karim. Hago cosas distintas”.
El francés estará de vuelta para el partido contra Osasuna del 2 de octubre.
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