Carlos Sainz pide la palabra
El piloto de Ferrari, liberado tras su victoria en Silverstone, hace suyo un coche que se le atravesó al principio de curso y aumenta su relevancia en la escudería
Carlos Sainz ha puesto el turbo, o al menos esa es la sensación que transmite el piloto de Ferrari tras los últimos grandes premios, en los que parece haberse liberado tras lograr su primer triunfo en la Fórmula 1, en Silverstone, en lo que fue una victoria con efectos totalmente reparadores.
En su segunda temporada en el mono de ...
Carlos Sainz ha puesto el turbo, o al menos esa es la sensación que transmite el piloto de Ferrari tras los últimos grandes premios, en los que parece haberse liberado tras lograr su primer triunfo en la Fórmula 1, en Silverstone, en lo que fue una victoria con efectos totalmente reparadores.
En su segunda temporada en el mono de Il Cavallino Rampante, el español lo pasó mal durante la primera mitad del calendario al no pillarle el truco a un monoplaza que se le atravesó, y que le sacaba de pista (Australia e Imola) a la mínima que le buscaba las cosquillas y lo llevaba al límite. Esos dos errores, combinados, con las averías que le llevaron a abandonar en Bakú y en Austria, coincidieron en el tiempo con el tirón que dio Max Verstapppen, vencedor de siete de las 12 pruebas disputadas hasta la fecha y principal favorito a llevarse el título, que sería el segundo consecutivo para el de Red Bull.
A pesar de que las matemáticas todavía dan margen para sorpresas, la inercia que lleva el actual campeón y la fragilidad que ha demostrado el bólido rojo en las últimas fechas hacen difícil imaginarse un cambio de dinámica tan agudo como para que Charles Leclerc, el segundo en la tabla general, pueda recuperar los 63 puntos que le saca el neerlandés. Sainz, por su parte, ya hace tiempo que se quitó de la cabeza la corona —ocupa el cuarto puesto, a 89 puntos de Verstappen—, y su objetivo ha pasado a ser maximizar esa buena sintonía con el F1-75 que comenzó a encontrar en Mónaco —terminó el segundo—, que le llevó a pelear por ganar en Canadá —repitió la segunda plaza— y que le permitió estrenarse en Gran Bretaña.
En Austria y Francia, las dos últimas citas, el ritmo del madrileño le hubiera colocado en disposición de luchar por imponerse de no ser por un problema en el motor (Red Bull Ring) que, además, derivó en una sanción que le condenó a las catacumbas de la parrilla en el siguiente evento (Paul Ricard). A pesar de ello, Sainz ha recuperado su mejor versión y son muchos los que le ven como el principal candidato a ocupar el peldaño más alto del podio hoy (15.00, DAZN) en Hungaroring. En Budapest, arrancará el segundo después de que George Russell cuadrara una última vuelta perfecta que le dio al de Mercedes la primera pole de su hoja de servicios. Se trata de la primera vez que un Mercedes comenzará sin tráfico delante desde que Lewis Hamilton (octavo) lo hiciera en el Gran Premio de Arabia Saudí del ejercicio anterior. Leclerc saldrá el tercero; Fernando Alonso lo hará el sexto y Verstappen, el décimo, perjudicado por un problema en la unidad de potencia de su prototipo.
La recuperación del hijo del bicampeón del mundo de rallies (1990 y 1992) ha sido tan evidente que incluso hay quien le considera más líder que su vecino de taller. Especialmente después del gatillazo de Leclerc del domingo pasado, en Francia, donde cometió un error de conducción “imperdonable”, según definió él mismo, al estamparse contra las barreras cuando circulaba al frente del pelotón. “Carlos da más sensación de líder del equipo que Charles; creo que está más lúcido y ve más claras las estrategias”, declaraba Damon Hill, excampeón del mundo con Williams (1996), en Sky.
En las últimas cuatro carreras, Sainz ha sumado siete puntos más que su compañero, un margen que irá a más si se mantiene la tendencia de los tres últimos años, tanto en McLaren (2019 y 2020) como en su debut con Ferrari (2021). Desde que se enfundó en el mono de McLaren y hasta ahora, el de Ferrari se ha mostrado más efectivo en la segunda mitad de calendario que en la primera.
Preguntado por esa misma cuestión, Laurent Mekies, director deportivo de la tropa de Maranello, descartó de forma rotunda que el estado de forma de Sainz le sitúe en esa posición de dominancia, por más que destacó el salto de calidad dado por su piloto. “Está claro que no se encontraba a gusto con el coche a principios de temporada. Tuvimos que trabajar mucho para poder ofrecerle un monoplaza más de su estilo”, convino Mekies, este mismo sábado, desde Budapest. “Poco a poco”, añadía el ingeniero, “hemos encontrado la dirección correcta. ¿Convierte eso a alguien en líder? No, no lo hace. Sabemos que tenemos a dos corredores muy rápidos y les tratamos a ambos con la idea de maximizar nuestras posiciones en el Mundial”.
Para Mekies, la clave para entender el vuelco y la mejora que ha dado Sainz radica en dos elementos: su sensibilidad y su precisión para transmitir esas sensaciones. “En primer lugar, destacaría la habilidad de Carlos para analizar qué hace el coche y qué necesita de él. Y ligado a eso, su capacidad para transmitírselo a los ingenieros”, puntualizó Mekies.
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