Lorena Wiebes repite victoria en la etapa más larga del Tour de Francia femenino
La joven neerlandesa, mejor velocista del mundo, se exhibe en el esprint y sella su segundo triunfo parcial tras el conseguido en París
En la quinta etapa, la más larga del Tour de Francia femenino —175,6 kilómetros—, bosques frondosos y granjas camino a Saint-Dié-des-Vosges, lugar en el que se publicó el primer mapamundi con la palabra América, la neerlandesa Lorena Wiebes se ha impuesto al esprint con una contundencia asombrosa. No tanto, pensará ella. Wiebes, ganadora de 17 carreras este año, también en los Campos Elíseos, el día del estreno del Tour, se mostra...
En la quinta etapa, la más larga del Tour de Francia femenino —175,6 kilómetros—, bosques frondosos y granjas camino a Saint-Dié-des-Vosges, lugar en el que se publicó el primer mapamundi con la palabra América, la neerlandesa Lorena Wiebes se ha impuesto al esprint con una contundencia asombrosa. No tanto, pensará ella. Wiebes, ganadora de 17 carreras este año, también en los Campos Elíseos, el día del estreno del Tour, se mostraba cauta en meta: “Estoy muy contenta, ha sido un esfuerzo enorme, pero no me corresponde a mí decir si soy la mejor velocista o no”.
Mucho antes, Mavi García, magullada todavía por la caída de este miércoles en los senderos del champán, sonreía en la llanura oriental de Francia. “Estoy mejor de lo que esperaba. Los golpes podían haber sido peores. Ayer había muchos nervios y fue todo muy rápido”, decía en la previa de la etapa. Y añadía, sincera: “No diría que salvé el día [a pesar de llegar a un minuto y medio de las favoritas]. Para mí eso es perder. Me encontraba muy bien, incluso para intentar algo importante. Da rabia, pero hay que tirar para adelante. Los dos últimos días son muy duros y si me recupero, quién sabe...”.
A 50 kilómetros de meta, como en una rutina, el pelotón marchaba tranquilo. Miradas a cámara, charlas amistosas e incluso alguna broma entre las corredoras. Entendible. Tras el esfuerzo titánico en los caminos de tierra, las ciclistas afrontaban una jornada tranquila, de aparente transición antes de la traca final en la montaña.
Inmerso en una calma engañosa, adormecido, el grupo se dio de bruces con la realidad. Caída. Otra más. Y esta vez numerosa. Cuando se rodaba en una recta abierta, sin aparente peligro, un enganchón en la parte delantera del grupo desató el efecto dominó. Montonera. Más de 30 corredoras al suelo.
En el tumulto repentino, inundado por ciclistas con las calas aún enganchadas a las zapatillas, Emma Norsgaard se llevó la peor parte. La danesa, velocista del Movistar, único equipo español en competición, se llevó la mano a la clavícula y, con lágrimas en los ojos, fue atendida por los médicos de la carrera. No tardó en hacerse oficial su abandono. Baja importante para Annemiek Van Vleuten, que pierde a una de sus principales gregarias. Tal es así, que en la locura empolvada de Champaña, fue Norsgaard la que entregó su bicicleta para que Van Vleuten, líder del equipo, pudiera llegar a meta sin tiempo perdido.
Reagrupado el pelotón, la fuga, más combativa que de costumbre, fue neutralizada a dos kilómetros de meta. Estuvo cerca la joven Victoire Berteau, del Cofidis, de romper la primera regla no escrita del ciclismo femenino: las escapadas nunca llegan a buen puerto.
En el tramo vallado, ya con los nombres habituales en primera línea, Elisa Longo Borghini lo intentó antes de tiempo, pero confundió el trazado y terminó en tierra de nadie, tras las vallas.
Una menos, pensó Lorena Wiebes. Aunque no hacía falta. La neerlandesa, imponente, se vio ganadora antes incluso de afrontar los metros finales. Su pedalada, apabullante, sacó metros de distancia a la campeona del mundo, Elisa Balsamo, segunda, y a la líder de la carrera, Marianne Vos, tercera. Victoria incontestable, la segunda de este Tour para la velocista del DSM.
La bonificación en meta entregó a Vos cuatro segundos más para la general, aumentando la ventaja respecto a sus rivales por primera vez. Silvia Persico, segunda clasificada, ahora a 20 segundos, luchará para arrebatarle la prenda más querida: “Quiero vestir de amarillo antes de la montaña”. No será fácil, este viernes, última oportunidad antes de los grandes puertos.
Entre tanto, Mavi García ha recuperado un puesto en la clasificación general, volviendo al Top-10. La mallorquina es décima a 2m30s del liderato. El viernes, 129 kilómetros entre Saint-Dié-des-Vosges y Rosheim: llegada en llano, sí, pero previo paso por tres puertos de cuarta categoría y uno de tercera.
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