Mavi García: “A veces pienso que soy la peor; luego lo supero”
La ciclista mallorquina, gran esperanza española en el Tour, encara la carrera como una de las favoritas después de ser tercera en el Giro de Italia
Margarita Victoria García (Palma; 38 años) afronta este domingo, “algo nerviosa”, el comienzo del primer Tour de Francia femenino de la historia. El primero, al menos, regulado por la misma organización que la prueba masculina. “Es algo muy especial para nosotras y para el deporte”, dice. Campeona de España en ruta y contrarreloj por tercer año consecutivo, García debutó en el Movistar en 2018, con 34 años. Antes, su disciplina era el duatlón, donde acumuló varias medallas en Europeos y Mundiales. Ahora, en su tercera temporada como ...
Margarita Victoria García (Palma; 38 años) afronta este domingo, “algo nerviosa”, el comienzo del primer Tour de Francia femenino de la historia. El primero, al menos, regulado por la misma organización que la prueba masculina. “Es algo muy especial para nosotras y para el deporte”, dice. Campeona de España en ruta y contrarreloj por tercer año consecutivo, García debutó en el Movistar en 2018, con 34 años. Antes, su disciplina era el duatlón, donde acumuló varias medallas en Europeos y Mundiales. Ahora, en su tercera temporada como líder indiscutible del equipo de Tadej Pogacar, el UAE, donde ha conseguido este año su primera victoria en el World Tour —en la Vuelta a Burgos— y un tercer puesto en el Giro de Italia, García, inquieta por naturaleza, atiende por teléfono a EL PAÍS relajada, con la sensación de tener los deberes hechos: “Llego al Tour con mucha tranquilidad”.
Pregunta. ¿Cómo han sido estos últimos días?
Respuesta. De descanso. Lo primero era recuperarme después del Giro. También he trabajado, pero la parte más dura se hizo antes, así que estos últimos días los he pasado en casa, descansando y sin estrés.
P. ¿Qué sensaciones tuvo en Italia?
R. Me sorprendió a mí misma estar así de bien. Nunca había alcanzado ese nivel, quedándome de tú a tú con Van Vleuten. Y además, con sensaciones de poder ganar y pelear la maglia rosa, algo casi impensable. Era todo nuevo para mí. Las dos últimas etapas fueron peores y tuve una sensación extraña, de no saber qué me pasaba. Pero cuando crucé la meta y supe que había conseguido el podio, no podía estar más contenta.
P. Cambió sus expectativas en mitad de la carrera.
R. Eso es. Mis sensaciones eran de nunca haber estado así de bien, más aún sabiendo que el nivel está cada vez más alto, así que mis expectativas crecieron conforme a mis sensaciones. Aun así, conseguir el podio era el objetivo y lo pude lograr, así que llego al Tour con mucha más tranquilidad.
P. ¿Qué ha cambiado como ciclista en los últimos años?
R. Ha sido todo muy progresivo. Al principio, con el cambio desde el duatlón, me costaba mucho el ciclismo, pero creo que la genética siempre la he tenido y he trabajado para mejorar en muchos aspectos: ahora bajo mejor, me coloco mejor, leo mejor las carreras…[Piensa unos segundos] También me he centrado mucho, he hecho un entrenamiento en altura más prolongado, cuido más la alimentación. A este nivel, todos esos cambios se notan.
P. En los inicios estuvo a punto de dejarlo.
R. Sí, tuve muchas caídas duras, una detrás de otra. Me hice daño de verdad. En una me destrocé la cara, en otra me rompí las dos clavículas… Y ahora lo pienso y me pregunto cómo fui capaz de salir de aquello. Porque a los dos días estaba otra vez con unas ganas enormes de correr.
P. Ahora se ve con las mejores.
R. Sí, también por una cuestión de mentalidad. Cuantas más veces te ves en ese tipo de situaciones, mejor sabes actuar. Hasta que no lo haces muchas veces, las cosas no te salen como quieres.
P. ¿Cómo gestiona los momentos de debilidad?
R. Es difícil. Yo tiendo a ser muy catastrofista de primeras, pero salgo rápido de ahí. Hay momentos durante la competición en los que siento que soy la peor, que no valgo. Me digo: ¿Lo ves? ¡No vas! Pero luego, al poco, lo supero, no sé muy bien cómo ni por qué. No es algo que trabaje específicamente.
P. ¿Qué le parece el recorrido del Tour?
R. Me gusta bastante. La única etapa que me da un poco más de respeto es la cuarta (entre Troyes y Bar-sur-Aube). No he podido estar, pero me han pasado vídeos y hay cuatro tramos de tierra, sin asfaltar y con muchas piedras. Será un día en el que hará falta suerte para evitar pinchazos y caídas.
P. La montaña va de menos a más.
R. El último día es el más duro, sí. Y el sábado también. Me gusta, creo que va a ser un Tour muy bonito para nosotras y para los espectadores. Veremos cómo guardamos fuerzas para ese tramo final.
P. ¿Dónde ha puesto el ojo?
R. La penúltima etapa, con final en Le Markstein, tiene tres puertos duros, uno de ellos muy al final, pero termina en un páramo antes de meta. Creo que puede ser buena para mí.
P. Pero el objetivo no es ganar etapas.
R. No, no. No vamos con esa idea. Quiero ser regular y luchar por la general. He venido a eso.
P. ¿Quiénes serán sus rivales?
R. En principio, las que todos tenemos en mente. Van Vleuten va a por todo, pero hay equipos tan fuertes que pueden decidir la carrera. Está todo muy igualado. Hay dos favoritas que no estuvieron en el Giro: Niewiadoma y Vollering, que se conoce los finales en alto al dedillo por lo que veo en su Instagram [risas].
P. Ellas también la temen.
R. Eso es una buena señal. Hay que creérselo un poco. Antes me bastaba con estar en la parte delantera del pelotón, ahora quiero ganar.
P. ¿Qué titular le gustaría leer cuando finalice la carrera?
R. Puf, qué difícil. [Piensa] Venga, va: “Mavi García se vuelve a subir al podio, esta vez en el Tour”. Me haría muy, muy feliz.
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