España contra Ingebrigtsen: tres atletas del 1.500 luchan por las medallas en el Mundial de Atletismo
Katir, Romo y Fontes participan esta madrugada en la carrera decisiva. Hacía 15 años que el mediofondo español no contaba con tantos representantes
Pasan los españoles en pleno a la final de 1.500 metros, único país con tres atletas, y flota de repente una pregunta: ¿está de vuelta el mediofondo que tantos éxitos dio? Como mínimo, el Mundial de Oregón ha servido para emprender un viaje a tiempos mejores: 15 años hacía, desde Osaka 2007, que no ocurría algo así. El resultado de la prueba esta noche (4.30 de la madrugada), ayudará a despejar la incógnita, aunque pase lo que pase el balanc...
Pasan los españoles en pleno a la final de 1.500 metros, único país con tres atletas, y flota de repente una pregunta: ¿está de vuelta el mediofondo que tantos éxitos dio? Como mínimo, el Mundial de Oregón ha servido para emprender un viaje a tiempos mejores: 15 años hacía, desde Osaka 2007, que no ocurría algo así. El resultado de la prueba esta noche (4.30 de la madrugada), ayudará a despejar la incógnita, aunque pase lo que pase el balance será ya positivo. Enfrente estará el gran favorito, el noruego Jakob Ingebrigtsen, campeón olímpico en Tokio, que buscará el más difícil todavía doblando prueba en Eugene, donde además corre los 5.000 metros. También los kenianos Timothy Cheruiyot y Abel Kipsang.
Es la del 1.500 español una generación pareja en edad, pero muy complementaria en estilos. Mohamed Katir, hijo de inmigrantes que llegaron a España cuando él tenía cinco años, y criado en Mula, un pueblo murciano sin pista de atletismo, es el mayor, con 24 años. Tiene la mejor marca personal (3m 28s) del combinado nacional, aunque esta temporada no ha conseguido aún sacarla a relucir. En Oregón, tras una primera ronda en la que casi se queda fuera, exhibió músculo en una semifinal solvente donde hizo su marca de la temporada (3m 34s). A priori se beneficiaría de una carrera rápida.
Ignacio Fontes, granadino, 24 años también, pero unos meses menor, ha sido el último en unirse a la expedición. Y casi se queda fuera. En un primer momento fue seleccionado Adel Mechaal, pero tras dar este positivo por coronavirus, Fontes, tercero este año en el campeonato de España tras Katir y García Romo, fue finalmente seleccionado. Su participación hasta ahora en Eugene se asemeja a la de Katir: dudas en la primera serie (se clasificó por tiempos), y buenas sensaciones en la semifinal, donde pasó por puestos (3m 37s) pese a ser la más dura de las dos. Si el grupo llega compacto, puede ser peligroso.
Su compañero de habitación (y de bromas) en Eugene, Mario García Romo, salmantino de 23 años, actual campeón de España, es la nueva sensación del mediofondo nacional. Tras forjarse en las competiciones universitarias de EE UU, su éxito en el campeonato de España ha elevado las expectativas sobre él. En Oregón ha controlado perfectamente la estrategia de carrera, con marca personal en la primera (3m 35s) pese a dejarse llevar al final, y 3m 37s en la semifinal, también sin forzar más de lo debido. Prefiere los ritmos intermedios, ni muy rápidos ni muy lentos. Y destaca por su potente final.
La última medalla española en un Mundial la obtuvo Reyes Estévez en Sevilla 1999. Y es la quinta vez en la historia que tres españoles se plantan en la final de un Mundial. En la última, en Osaka 2007, estuvieron Sergio Gallardo, Juan Carlos Higuero y Arturo Casado. Este último atiende a EL PAÍS por teléfono.
Para Casado, el buen momento del 1.500 “nos recuerda a esas otras décadas en que era más común, tanto con nosotros como en los noventa con Fermín Cacho y Reyes Estévez”. Ve probable que haya una carrera rápida lanzada por Ingebrigtsen, Kipsang y Cheruiyot, algo que cree que interesa a Katir.
Sobre Fontes, destaca que ha sido capaz de pasar por puestos en la semifinal más complicada, “lo que habla de su estado de forma”. De Katir, su capacidad de competir a ritmos altos: “en este campeonato se ha visto la diferencia con la que ha funcionado entre una carrera rápida y una lenta”. Y por García Romo expresa sentir una debilidad especial: lo ve desinhibido, con una gran habilidad táctica y valiendo mucho menos de los 3m 35s que acredita. “Transmite la sensación de querer comerse el mundo. Me recuerda a mí en Helsinki 2005, cuando tenía 22 años”, dice el campeón de Europa en Barcelona 2010. “Creo que tiene unas posibilidades altísimas de hacer lo que el quiera”, añade.
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