España denuncia la presunta alineación indebida de un jugador de Rumania para volver al Mundial
La Federación busca una rendija para acudir a Francia 2023 y pide a World Rugby que investigue si el neozelandés Jason Tomane incumplió las normas de elegibilidad al disputar cuatro partidos con el equipo rumano
La Federación Española de Rugby (FER) presentó ayer una denuncia ante World Rugby —la federación internacional— contra Rumania y su jugador, Jason Tomane. El neozelandés disputó cuatro partidos de clasificación para el Mundial con la selección europea y, según la reclamación de España, estuvo más tiempo fuera del país de los 60 días permitidos para ser elegible.
Precisamente hace tres meses, el XV del León se quedó fuera del Mundial de 2023 por una situación muy similar:...
La Federación Española de Rugby (FER) presentó ayer una denuncia ante World Rugby —la federación internacional— contra Rumania y su jugador, Jason Tomane. El neozelandés disputó cuatro partidos de clasificación para el Mundial con la selección europea y, según la reclamación de España, estuvo más tiempo fuera del país de los 60 días permitidos para ser elegible.
Precisamente hace tres meses, el XV del León se quedó fuera del Mundial de 2023 por una situación muy similar: la alineación indebida de Gavin Van den Berg en dos encuentros al pasar fuera del país 127 días. Ahora, la federación española denuncia un hecho parecido con Tomane y Rumania para buscar su plaza en la gran cita de este deporte. Si los organismos internacionales le dieran la razón a España, la plaza de Rumania se la quedaría Portugal y el equipo nacional pasaría a competir en la repesca.
La denuncia se basa en unos mensajes en Instagram de la mujer de Tomane, en los que agradece a Hungría su hospitalidad durante los tres meses que el matrimonio pasó allí. Esto acreditaría que excedió los 60 días establecidos por World Rugby como periodo máximo en que un jugador puede abandonar el país de destino para ser seleccionable, algo que debe cumplir durante tres años. La esperanza de España es que, de momento, no hay constancia de una autorización de la federación internacional para casos excepcionales. Rumania, el país que denunció a España en marzo por el caso de Gavin Van den Berg, asegura que cuenta con ese visto bueno.
Esta denuncia es una vía para volver al Mundial. La otra es el proceso de apelación por el caso Van den Berg, cuya vista se produjo el jueves 16 de junio en una larga sesión de más de cinco horas. España confía en su recurso porque entiende que la sanción fue desproporcionada debido a la presencia residual del jugador en dos partidos que la selección ganó por más de 40 puntos. Aunque la decisión abunda en la reincidencia –el XV del León también fue apartado del Mundial en 2018–, los abogados han argumentado sanciones más laxas en casos similares, como ocurrió con el club inglés London Welsh.
World Rugby anunció que resolvería el caso en una semana. Los responsables del rugby español contaban con una respuesta en días, pero ya han pasado ocho. Ese tiempo de reflexión se traduce en optimismo; lo fácil sería desestimarlo por los mismos motivos, así que los mensajes que llegan a España es que, al menos, han logrado sembrar dudas. “Decidan lo que decidan, lo querrán armar bien”, razonan los servicios jurídicos. “Esta resolución se carga al rugby español”, añaden.
La intención de la directiva de la federación española, que anunció su dimisión tras el escándalo del caso Van den Berg a la finalización de este proceso judicial, es agotar cualquier baza para entrar en el Mundial.
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