El US Open es también el primer grande de Billy Foster, ‘caddie’ de Seve

El inglés, que también trabajó con Tiger Woods, se emociona al recordar a Ballesteros, “el gran señor”

Matt Fitzpatrick y Billy Foster, con el trofeo del US Open.Jared C. Tilton (AFP)

El primero que rompió a llorar no fue el campeón. Cuando el error en el putt de Will Zalatoris en el hoyo 18 hizo imposible el desempate y convirtió a Matt Fitzpatrick en ganador del US Open, el joven inglés con cara de niño miró a su derecha. Las lágrimas ya mojaban los ojos de su caddie, Billy Foster, que se tapaba la cara con la gorra. En ese llanto no se escondía solo la felicidad por el primer grande de su jefe, Fitzpatrick, sino la emoción de...

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El primero que rompió a llorar no fue el campeón. Cuando el error en el putt de Will Zalatoris en el hoyo 18 hizo imposible el desempate y convirtió a Matt Fitzpatrick en ganador del US Open, el joven inglés con cara de niño miró a su derecha. Las lágrimas ya mojaban los ojos de su caddie, Billy Foster, que se tapaba la cara con la gorra. En ese llanto no se escondía solo la felicidad por el primer grande de su jefe, Fitzpatrick, sino la emoción de una recompensa inesperada a toda una carrera. Para Foster era también su primer título de Grand Slam, cumbre a sus 58 años de una silenciosa trayectoria en la que ha llevado la bolsa de palos a Severiano Ballesteros, Tiger Woods, Sergio García, Lee Westwood, Darren Clarke y Thomas Björn.

“Es un momento muy especial ganar mi primer grande después de 40 años. Creo que el gran señor estaba mirando hacia abajo”, contó Foster en Movistar Golf señalando a las nubes de Brookline. Así recordaba el inglés a Seve, para quien trabajó entre 1990 y 1995, cuando el cántabro ya había celebrado sus cinco grandes (Open Británico de 1979, 84 y 88, y Masters de 1980 y 83).

Fue una relación muy intensa, como no podía ser de otra forma con el genio de Pedreña. Foster guarda enmarcada una carta escrita a máquina que recibió en casa de sus padres a finales de 1990. En ella el español le remarcaba las “condiciones” que suponía aceptar el trabajo de llevar su bolsa de palos y acompañarle en viajes, entrenamientos y rondas de competición. Como no era una labor sencilla, mejor dejar muy claros los requisitos. La primera norma que Foster debía aceptar no tenía que ver con el juego, sino con el entorno: nada de hablar con la prensa. Según Seve, eso creaba “problemas y confusión”. Luego ya se adentraba en su carácter. Ballesteros, entonces de 33 años, le hacía ver que era un “perfeccionista”, y que demandaba lo máximo igual que él se lo exigía a sí mismo. Foster aceptó la oferta y vivió unos años inolvidables junto a Seve. Hoy lo recuerda como el jugador con más carisma con el que trabajó, a la par que Tiger Woods. Con el legendario golfista tuvo una relación esporádica, solo para la Presidents Cup de 2005, ya que el caddie de Tiger, Steve Williams, era baja por paternidad. Foster fue el elegido y sumó otro cromo a su brillante colección de jefes.

“Para Billy este grande significa el mundo”, expresó Fitzpatrick, de 27 años, tras la victoria este domingo en el US Open. “Sé que es algo que ha querido durante mucho, mucho, mucho tiempo. Cuando empezamos a trabajar juntos, él acababa de separarse de Lee [Westwood]. Me dijo que iba a estar conmigo 25 semanas y que lo compaginaría con otros jugadores. Creo que en cuatro años ha tenido dos semanas libres. Con él he aprendido a tener más paciencia”. Tan celebrado en el mundo del golf fue el triunfo del joven Fitzpatrick como el del veterano Foster. “Ahora ya eres una leyenda”, escribió Nick Faldo. Caddie y jugador miran ya a Saint Andrews, sede en julio de la 150ª edición del Open Británico, allí donde Seve alimentó su mito con aquella victoria en 1984 y la icónica imagen que el fotógrafo David Cannon captó al embocar el putt decisivo.

En medio de las celebraciones por el US Open, Foster caminó llorando al centro del green. Allí besó la bandera roja del 18, un símbolo de respeto hacia el juego que recordó a la reverencia del caddie de Matsuyama cuando el japonés ganó el Masters de 2021. Son esos gestos que engrandecen a este deporte. Luego Foster volvió a lanzar una mirada al cielo, esperando la sonrisa de Seve.

Clasificación del US Open.

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