El Real Madrid conquista la Liga ACB tras derrotar al Barcelona
El equipo blanco se impone en el cuarto partido de la final al cuadro azulgrana (81-74) con un Tavares estelar (25 puntos y 13 rebotes) y corona una temporada milagrosa
El Real Madrid vuelve a ser rey del baloncesto español. No hay mayor error que dar por muertos a los grandes campeones, y este año, a muchos no les entraba el Madrid en las quinielas a final de temporada. Pero este equipo forjado en las entrañas del Tártaro no entiende de imposibles, y este domingo ha dado por concluida su última gesta con la conquista del título de la ACB, el 36º de la historia del club, ante el Barcelona (81-74),...
El Real Madrid vuelve a ser rey del baloncesto español. No hay mayor error que dar por muertos a los grandes campeones, y este año, a muchos no les entraba el Madrid en las quinielas a final de temporada. Pero este equipo forjado en las entrañas del Tártaro no entiende de imposibles, y este domingo ha dado por concluida su última gesta con la conquista del título de la ACB, el 36º de la historia del club, ante el Barcelona (81-74), en el cuarto partido en el Wizink Center. Una última catarsis en la cancha madrileña, con el público llevando en volandas al equipo y aportando ese punto de energía que ha permitido a los jugadores superar al Barcelona en los dos últimos partidos de la serie.
Los de Jasikevicius habían dominado la temporada regular con puño de hierro, y tras la eliminación en semifinales de la Euroliga a manos del equipo blanco, una serie amplia, con el factor cancha a favor, se intuía como la opción perfecta para seguir ampliando su reinado un año más. Pero la realidad ha sido que los azulgrana llegaron a este tramo de la temporada con el tanque en la reserva y su rival, aunque menos talentoso, les ha superado con una exhibición física. Así fue en el primer partido en el Palau, en el segundo se equilibraron las fuerzas, pero llegada la final a Madrid, no ha habido color.
Desde el primer cuarto se pudo comprobar que el Barcelona seguía adoleciendo de los mismos problemas, incapaz de contrarrestar el poderío del Madrid en la pintura. Así comenzó el partido, con los blancos lanzados en los primeros minutos en los que no había quién le quitara un rebote a Tavares. En un abrir y cerrar de ojos consiguieron un parcial de 9-2, y el Barcelona no daba síntomas de reacción. Jokubaitis trataba de tirar del equipo a base de lanzamientos de tres, la única alternativa azulgrana ante la superioridad blanca por dentro. Pero sin posibilidad de cazar un rebote ofensivo, las opciones de anotar se reducen, y así terminó el primer cuarto el Barça con solo 10 puntos en su casillero, ningún rebote ofensivo y cuatro pérdidas. El Madrid, en cambio, había atrapado 8 de sus 14 rebotes en la canasta contraria, pero solo mandaba por tres puntos en ese momento.
El segundo cuarto trataron de dinamitarlo los veteranos, Sergio Llull y Rudy Fernández, que protagonizaron un arreón que estuvo a punto de llevarse por delante al Barcelona. En dos minutos, Rudy anoto dos tiros libres y un triple, y Llull se marcó otra canasta de tres y sumó un 2+1 tras un lanzamiento circense marca de la casa para poner el Madrid 14 arriba (24-10). Jasikevicius rearmó el ataque, dio entrada a Kuric y Exum, y señaló que la fórmula para volver al partido pasaba por seguir lanzando de tres. El Madrid sufrió un bajón en su especialidad, el rebote ofensivo, y dejó que el Barça se le subiera a las barbas a base de triples. Calathes y Exum, con dos seguidos en el último minuto, sembraron las dudas en el Wizink Center justo antes del descanso. El Barcelona había logrado remontar la desventaja y la final se situaba en 34-33. Partido nuevo para la segunda parte.
En la tempestad, el Madrid se agarró a su mástil, Edy Tavares, que iba camino de firmar un partido histórico (25 puntos y 13 rebotes). Sus compañeros comenzaron a buscarle con insistencia, conscientes de la superioridad de caboverdiano en la pintura, y el Madrid comenzó a despegarse con los mates y los rebotes de su pívot (cuatro en el tercer cuarto), tan intimidante que fue capaz de evitar la canasta en un tres contra uno ante Calathes, Davies y Kuric.
El Barça seguía sujeto a los triples, cuyos porcentajes (10 de 16 hasta el momento) les mantenían con vida, con Mirotic y Calathes especialmente inspirados (dos de tres cada uno). En los últimos segundos del cuarto, con una canasta del griego y una buena acción en transición culminada por Higgins, el Barça consiguió ponerse por delante por primera vez en el partido (55-56), pero Poirier sacó una falta antideportiva a Calathes y devolvió al Madrid al +1.
El último acto comenzó con los dos equipos acongojados por miedo, con varios fallos en canastas claras. Calathes encestó la primera pelota del cuarto, pero rápidamente respondió el Madrid con un triplazo de Hanga que levanto a la afición, algo apagada después del intento de remontada azulgrana. En esa guerra de imprecisiones, con porcentajes de tiro muy bajos, los blancos demostraron ser expertos en minar a sus rivales haciéndose con todos los rebotes y con una defensa asfixiante. El porcentaje de tres del Barcelona se humanizó, con cuatro fallos consecutivos.
Tavares seguía siendo imparable y Causeur orbitaba a su alrededor castigando cualquier resquicio. Una bandeja del francés puso el 69-61, la máxima ventaja en la segunda parte, y Tavares amplió el parcial con un 2+1, entre gritos de MVP del Palacio de los Deportes. A dos minutos del final, Exum volvió a sembrar las dudas con un triple, pero fue contestado con otro 2+1 de Causeur, que puso el cerrojo a la final con un triple a 1,13 para el final y 79-70 en el marcador. No hubo tiempo para milagros en el equipo azulgrana. El Madrid había devorado la final, al Barcelona, y a todos aquellos que en algún momento habían dudado de ellos.
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