La alcalina blanca luce más cargada
Determinación en defensa, energía para romper el timing de pase y una determinación en la carga de cada rebote capaz de desequilibrar
El coraje, la determinación, la creatividad, la terquedad, la ética de trabajo y la toma de decisiones deciden donde dónde llegas. Determinación y energía son dos palabras que se están utilizando mucho en esta final de la Liga, tanto por parte de los protagonistas que hay en la pista como en el análisis que se está realizando en los partidos que se suceden, y ambas palabras han definido la resolución del tercer punto a favor del Real Madrid que, de hecho, ha...
El coraje, la determinación, la creatividad, la terquedad, la ética de trabajo y la toma de decisiones deciden donde dónde llegas. Determinación y energía son dos palabras que se están utilizando mucho en esta final de la Liga, tanto por parte de los protagonistas que hay en la pista como en el análisis que se está realizando en los partidos que se suceden, y ambas palabras han definido la resolución del tercer punto a favor del Real Madrid que, de hecho, ha conseguido definirse por esa mayor resolución durante casi toda la serie.
Determinación en defensa hasta ir a puntear un tiro de lado a lado, energía para romper el timing de pase y una determinación en la carga de cada rebote capaz de desequilibrar un partido de este nivel con un ataque que además ha tenido las ideas muy claras.
Ya en partidos anteriores había quedado claro que se necesitaban más nombres propios que asumieran el liderazgo en ataque. Uno, dos, tres y hasta cuatro jugadores del Real Madrid con más de diez puntos anotados más Yabusele con nueve puntos y ocho rebotes, cinco de ellos ofensivos. Enfrente el FC Barcelona se fue viendo lastrado porque no encontró remedio a las pérdidas, hasta 19 en el partido con trece de ellas como recuperaciones de su rival que le han dado muchos puntos. La diferencia en el número de tiros es evidente y eso en equipos con tanto poder ofensivo se nota una barbaridad.
Si en el segundo partido emergió Mirotic como nombre propio, esta vez cabe destacar la clara superioridad física por dentro además de unos Hanga y Taylor, tremendos en el tercer cuarto. También la capacidad revulsiva de Llull saliendo desde el banquillo, Causeur volvió a la línea de los play off y un Yabusele, que al margen de su aportación ofensiva también en defensa ha sido importante y solo hay que mirar los números de Nikola que no encontró demasiados compañeros que asumieran ese papel de líder. Sólo Kuric y Calathes mostraron un poco la cara y la opción de ver que podría ofrecer el cambio de Hayes-Exum no se pudo ver porque se cargó demasiado pronto de faltas.
A priori había quienes pensaba que una rotación más corta podía ir a la contra del Real Madrid frente a un Barcelona con más efectivos pero en el tercer partido se vio más claramente lo que ya se había dejado mostrar en los dos anteriores, que en una final es vital la calidad, el liderazgo, la clase pero también la energía y en esta final la alcalina blanca parece más cargada.
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