Opinión

Una victoria de rebote, descaro y mucho más

Las recuperaciones de balón del Madrid desequilibraron por completo el primer clásico

El ala-pívot del Real Madrid Guerschon Yabusele (c) lucha con el letón Rolands Smits (i), del Barça, durante el primer partido de la final de la Liga ACB, este lunes.Enric Fontcuberta (EFE)

El primer punto de la final de la Liga cayó del lado del Real Madrid por múltiples factores que se pueden resumir en que el equipo de Chus Mateo cuando se dio el pitido inicial llevaba ya cuatro días en ese primer encuentro y el Barça aun se acababa de recuperar de su semifinal. Jugar sin miedo, ser tremendamente vertical desde el minuto uno y un planteamiento muy trabajado con unos cambios defensivos que le permitían contener a los tiradores dejando jugadores como Hanga, Rudy o Deck que aguantan como titanes en la batalla física.

Sobre esa base, sobre todo en ese primer cuarto clave, ...

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El primer punto de la final de la Liga cayó del lado del Real Madrid por múltiples factores que se pueden resumir en que el equipo de Chus Mateo cuando se dio el pitido inicial llevaba ya cuatro días en ese primer encuentro y el Barça aun se acababa de recuperar de su semifinal. Jugar sin miedo, ser tremendamente vertical desde el minuto uno y un planteamiento muy trabajado con unos cambios defensivos que le permitían contener a los tiradores dejando jugadores como Hanga, Rudy o Deck que aguantan como titanes en la batalla física.

Sobre esa base, sobre todo en ese primer cuarto clave, el Real Madrid se sintió como ese caballo salvaje al que le dan rienda suelta pudiendo galopar muy a su estilo —quizás el que no acabó de encontrar en los duelos precedentes— con transiciones rápidas y mucho descaro hasta anotar una treintena de puntos en diez minutos y abrir una renta importante.

Además hay que sumar otro factor clave, probablemente el que desequilibró por completo el choque. Cualquiera que tenga un mínimo conocimiento de baloncesto sabe que el rebote es una faceta fundamental, de las más importantes aunque muchas veces se mire después de ver el porcentaje de acierto en el tiro o los puntos anotados por tal o cual jugador. El rebote también desequilibra partidos y una buena muestra es este partido. El rebote es cuestión de estrategia, de saber dónde estoy situado. También de ese deseo por quererlo coger. Hay una parte de todo. Primero la posición, luego estar predispuestos para bloquearlo bien y luego tener ese deseo que por momentos llevaba a ver lo que casi era una batalla de hombres contra niños con el Madrid en algunas acciones cogiendo dos y hasta tres rebotes ofensivos. Con ese control bajo los aros han logrado contener las reacciones del equipo de Jasikevicius que cada vez que conseguían situarse en torno a la decena de puntos concedían uno de esos rebotes para dos o tres puntos que le daban oxígeno a su rival.

En general, todo un ejercicio coral del Real Madrid aunque con sus nombres propios como Hanga, en una primera parte espectacular, y Deck, que suma y suma sin hacer ruido, y el jugador sin contrato, Fabian Causeur, que está siendo el pilar junto con Rudy de la recuperación en el tiro del Real Madrid. Contundentes, aunque sin tanto protagonismo como con Baskonia, Tavares y Poirier con la ayuda de Yabusele y en el FC Barcelona, sin duda, Jokubaitis que es un jugador valiente y con su descaro ha impulso a su equipo hacia el intento de remontada mostrando un poco el camino que seguramente intentarán seguir en el segundo capítulo de este best seller.

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